‘El Hoyo’ de Netflix, ¿por qué durante la cuarentena todo el mundo habla de esta inquietante película española (y de su final desconcertante)?

Una prisión agobiante de ficción con metáforas sobre nuestra organización social, y un final que ha confundido a muchos de sus fans. 

Iván Massagué en 'El Hoyo'

Iván Massagué en 'El Hoyo', la película española que está triunfando esta cuarentena.

/ Netflix

El punto de partida de 'El Hoyo', la película futurista del director vasco Galder Gaztelu-Urrutia, ya es desgarrador: una prisión vertical (una pesadilla) donde parejas de reclusos viven en celdas sin ventanas de 9 por 6 metros cuadrados con un agujero en el medio desde donde únicamente se pueden ver un sinfín de pisos idénticos por encima y otros tantos por debajo (imposible saber el número exacto) habitados por otros reclusos. Y donde además del cemento, la comida, que empieza a escasear a partir de un nivel (los de abajo deben comer las sobras de los de arriba) marca una convivencia basada en la supervivencia y la violencia. "El hambre desata la locura", justifica uno de sus personajes, Trimagasi (Zorion Eguileor) ante Goreng (Iván Massagué), protagonista de la cinta.

Pero, ¿podría ser de otro modo? Esto es lo que cuestiona la misma película, que rellena grietas con metáforas y fragmentos del Quijote, y que, pese a su crudeza, ha conseguido convertirse en una de las películas favoritas y más comentadas de las redes.

¿Las claves de su éxito? Para empezar, un suspense y el género de ciencia ficción que tanto nos hace reflexionar sobre nuestra realidad y que arrastra miles de fans hoy en día. Y que entremezcla el sabor internacional y los pecados globales (el egoísmo, la mezquindad, la violencia y el comportamiento deshumanizado de 'pobres' y 'ricos' en una situación crítica) con citas y referencias próximas (Don Quijote es el héroe, quien marca la luz).

La película 'El hoyo'

La película de ciencia ficción 'El hoyo'.

/ Netflix

Hay otros errores sociales en los que todos nos podemos reconocer: la tendencia de los de abajo a echar la culpa a los de arriba de lo que ocurre y abstenerse, por tanto, de tomar responsabilidades, o la indiferencia y el desprecio del sufrimiento de los que están peor. También la sensación de que solo unos pocos conocen los tejemanejes de todo mientras el resto obedece.

Además de las brillantes actuaciones de Zorion Eguileor, Iván Massagué o Antonia San Juan, sin olvidarnos de las miradas asesinas de Alexandra Masangkay, la película es una de las más comentadas en redes, donde cientos de usuarios (la cantante Edurne entre ellos) comentan los detalles de la película y su capacidad de dejar sin respiración desde el primer hasta el último plano. Pero también del desconcierto que ha provocado su final, y que muchos confiesan no entender.

Sin hacer 'spoilers', incluimos la teoría con más partidarios: el final, pese estar lleno de mensajes, no es relevante y quizá no cambie el mundo. Pero, tal vez, la actitud de alguna de las piezas de esa maquinaria (los presos, los trabajadores...), podría. ¿Tú que piensas?

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