Cómo 'Juego de Tronos' le ha fallado a las mujeres

A no ser que en el último capítulo un golpe en el tablero coloque a Sansa (en solitario o con Tyrion) en el Trono de Hierro, la serie que parecía una aliada feminista ha resultado ser más traicionera que Walder Frey.

Daenerys en 'Juego de Tronos'

Daenerys en 'Juego de Tronos'.

/ D.R.

(Atención, spoilers)

De acuerdo. Ha habido varios momentos gloriosos. Quién no recuerda el final de la sexta temporada, cuando todas las tramas culminaban con una mujer como heroína y/o al mando. Sansa Stark era la ganadora moral de la Batalla de los Bastados; Cersei Lannister ascendía al Trono de Hierro; Arya Stark llevaba el invierno a la casa Frey; las casas Tyrell, Greyjoy y Martell se aliaban entre ellas y bajo la casa Targaryen… ¿Hemos dicho que el cabeza de cada una de estas cuatro grandes familias de Poniente era una mujer?

¿Fue un espejismo este celebrado empoderamiento femenino? Para muchos críticos, la serie ha terminado con el difuminado o muerte de la mayoría de los personajes femeninos antes mencionados (las serpientes de Arena, Ellaria Arena, Olenna Tyrell y Cersei Lannister). Aún pueden darnos alguna sorpresa (pues queda un capítulo) Sansa y Arya Stark y, menos probablemente, Yara Greyjoy. Pero nada ha sido más decepcionante para algunos fans feministas que el viraje hacia la furia asesina de la heroína Daenerys Targaryen quien, a pesar de escuchar las campanas en señal de rendición, decide seguir quemando viva a la población de Desembarco del Rey a lomos de Drogon.

¿Eres tú, Daenerys? Aunque a lo largo de la serie Danny ha dado pistas de su impulsividad, crueldad y dificultad para aceptar las críticas; y aunque varios personajes en este mismo episodio nos mencionan la locura genética de los Targaryens, no podemos olvidar la esencia del personaje que encadenó a sus dragones por quemar a una niña inocente y que durante toda su educación gubernamental en la Bahía de los Esclavos aprendió la misericordia de consejeros como Balthasar Selmy, ¿era de verdad necesario que Daenerys se convirtiera en una tirana asesina más cruel incluso que Cersei, Joffrey o su propio padre, el Rey Loco? La respuesta parece ser que sí o, más correctamente, para que sea evidente que Jon Snow es inmaculadamente heroico, sí.

Se podrían debatir muchas cuestiones, como por qué disponiendo del poder del que dispone ha tardado tanto en hacer uso de él (recordemos que acudió al Norte a ayudar a los Stark contra el Ejército de los Muertos o que permaneció en la Bahía de los Esclavos hasta que estabilizó una zona conflicto). O por qué ha de esperarse de un personaje femenino que se comporte como un santón modélico a pesar de estar en un mundo feroz (acaban de traicionarla dos de los pocos aliados que le quedan, su amante le da la espalda porque resulta que su relación es incestuosa, han decapitado a su mejor amiga, han ensartado a su hijo dragón y la persona que más le ha amado ha muerto defendiéndola, ¡solo en los dos últimos capítulos!). Es decir, ¿por qué Daenerys no tiene el mismo derecho a volverse loca de furia como Robb Stark enloqueció por amor? Ambos fueron irresponsables, ambas decisiones tuvieron consecuencias catastróficas. Para la audiencia Robb es un héroe, Daenerys es una loca.

Fuertes “a pesar de”, “no gracias a”

“Las vergas importan, me temo”. La frase de Varys podría ser el antetítulo de la serie. Importan en el tratamiento que reciben los personajes por parte de los seguidores, pero también por parte de los guionistas. Una de las líneas más criticadas de la octava y última temporada (y mira que ha habido donde elegir) ha sido aquella en la que Sansa le dice a Sandor Clegane ‘El Perro’ que sin Joffrey, Meñique y, sobre todo, Ramsay Bolton, “probablemente habría sido un pajarillo toda la vida".

Incluso Jessica Chastain protestó en Twitter: "La violación no es una herramienta para hacer a un personaje más fuerte. Una mujer no necesita ser una víctima para convertirse en mariposa. El Pajarillo siempre fue un ave fénix. Su fuerza se debe únicamente a ella. Y a ella sola”.

Menos feminismo todavía fuera de las pantallas

Durante toda la serie, con el pretexto de que se ambienta en un mundo medieval, los guionistas han introducido la violación y la violencia a las mujeres como tema recurrente: más allá del muro Craster tenía un torreón con sus hijas/esposas; el Khal Drogo compra y viola a Daenerys y no recibe tratamiento de villano; Jaimie viola a Cersei ante el cadáver de Joffrey… Y no pasa absolutamente nada. De acuerdo, es la cruel Edad Media mezclada con dragones y caminantes blancos. Pero, ¿qué pasa en el siglo XXI?

En la serie de David Benioff y D.B. Weiss solo encontramos a tres mujeres en los créditos de guión y a una en los de dirección. La última en 2014. Muchas feministas han expresado en redes que la presencia de alguna guionista femenina había impedido frases tan escandalosas como la aparente defensa de sus maltratados de Sansa. O el llanto de Brienne cuando Jaime vuelve a Desembarco del Rey, impropio de uno de los personajes más fuertes de la serie (emocional y físicamente).

Solo queda un capítulo y no parece que vaya a ser suficiente para remediar todo este entuerto. De entrada, está escrito y dirigido por los productores y creadores David Benioff & D. B. Weiss, ambos varones. A no ser que una epifanía restaure en Daenerys los ajustes de fábrica; o unas sanas y salvas Arya y Sansa acaben ocupando el Trono de Hierro con justicia, Juego de Tronos habrá fallado a las mujeres a las que brevemente pareció servir.

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