La nomofobia o no poder vivir sin el móvil, ¿cómo sé si me está afectando más de lo que creo?

Hace tiempo que dimos paso a una era en la que hemos normalizado el hecho de que los teléfonos móviles se hayan convertido en una extensión de nosotros mismos. Desde mantenernos en contacto con amigos y familiares hasta llevar a cabo tareas cotidianas, estos dispositivos han revolucionado la forma en que vivimos nuestras vidas (y de qué manera). ¿Alguna vez te has preguntado si tu relación con tu teléfono se ha vuelto adictiva? Esta conectividad constante ha dado lugar a una preocupación creciente: la nomofobia.

La nomofobia, una abreviatura de "no mobile phobia" o "no mobile phone phobia" en inglés, es un fenómeno psicológico que indica el miedo irracional y la ansiedad que siente una persona cuando se le separa de su teléfono móvil o cuando no tiene acceso a él. Una actitud que puede manifestarse de diversas formas, desde la necesidad compulsiva de revisar el teléfono hasta síntomas físicos como sudoración, taquicardia y temblores.

Esta adicción puede llegar a tener un impacto significativo en la vida de quienes la padecen: desde afectar a la calidad de las relaciones interpersonales, el rendimiento laboral y académico o la salud mental. Además, la constante necesidad de estar conectado puede llevar a la fatiga, el agotamiento y la falta de concentración.

La nomofobia se origina en la dependencia tecnológica y la necesidad de validación social que a menudo se encuentra en las redes sociales y las aplicaciones de mensajería. Las personas pueden sentirse presionadas para responder a mensajes y notificaciones de manera inmediata, lo que les genera una ansiedad constante por no estar a la altura de estas expectativas.

¿Cómo sé si me está afectando demasiado?

• Necesidad constante de revisar el teléfono..., incluso en situaciones inapropiadas: Si sientes la necesidad constante de revisar tu teléfono, incluso en situaciones inapropiadas como durante una conversación con alguien o mientras conduces, es un signo de alarma. La adicción al teléfono a menudo se manifiesta como una urgencia incontrolable de revisar las notificaciones y las redes sociales.
• Insomnio digital: ¿Te encuentras despierta hasta altas horas de la noche mirando la pantalla de tu teléfono? La exposición a la luz azul de las pantallas puede perturbar tu ritmo de sueño, lo que puede llevar a problemas de insomnio. Si tu teléfono interfiere con tu capacidad para descansar adecuadamente, es un indicador de que podrías estar dependiendo demasiado de él.
• Tu refugio: las redes sociales: Si las redes sociales se han convertido en tu principal fuente de satisfacción y escape emocional, es hora de prestar atención. Usar constantemente las redes para buscar validación, compararte con otros o evitar enfrentar tus propias emociones puede ser un signo de adicción.
• Descuido de responsabilidades y relaciones: Una señal importante de adicción al teléfono es el descuido de tus responsabilidades y relaciones personales. Si has dejado de cumplir con tareas importantes en tu vida o has notado que tus relaciones personales se han deteriorado debido a tu tiempo excesivo en el teléfono, es un fuerte indicio de que debes tomar medidas.
• Intentos fallidos de reducir su uso: Si has intentado reducir el tiempo que pasas en tu teléfono y no has tenido éxito, es un claro indicio de que puedes estar lidiando con una adicción. La falta de control sobre tu comportamiento con el teléfono es un signo revelador.

Tratamiento y prevención

Si sientes que ya has probado las técnicas más recurrentes para ponerle freno, como establecer límites de tiempo, evitar usar tu teléfono al menos una hora antes de acostarte para mejorar la calidad de tu sueño, priorizar pasar tiempo de calidad con amigos y familiares en lugar de estar en tu teléfono en su presencia o usar aplicaciones diseñadas para controlar el tiempo que pasas en él..., y no has obtenido resultados, quizá sea el momento de buscar apoyo.

Si no puedes controlar tu adicción al teléfono por ti misma, considera contactar con un terapeuta. El tratamiento de la nomofobia generalmente implica terapia cognitivo-conductual y técnicas de modificación de la conducta. Los expertos enfatizan en la importancia de establecer límites en el uso del teléfono móvil y practicar la desconexión digital de manera regular. Es esencial que las personas aprendan a equilibrar su vida en línea y fuera de línea para evitar caer en la trampa de la nomofobia.

"No podemos estar más de media hora sin mirar el teléfono, nos angustia, es lo que se llama el fomo (fear of missing out, que en español es "el miedo de perderme algo"). El cerebro nos genera sustancias y necesitamos estar conectados constantemente. Tenemos que combatirlo, la voluntad consiste en saber que a pesar de que me apetece no lo voy a hacer, pospongo mi impuso, mis apetencias. Una persona con voluntad llega más lejos que una persona inteligente", advierte la psiquiatra Marian Rojas.

Recuerda, no se trata de eliminar por completo el uso del teléfono, sino de encontrar un equilibrio saludable que te permita disfrutar de la tecnología sin que ésta domine tu vida. Tu bienestar emocional y tus relaciones personales son más importantes que cualquier pantalla.