La reina Letizia recupera después de 20 años las joyas que portó durante su pedida

La pulsera que tanto ha dado que hablar durante el acto de recepción al Cuerpo Diplomático tiene un gran valor simbólico.

Letizia Ortiz durante una recepción con el cuerpo diplomático acreditado en Madrid. 31 de enero de 2024.
Letizia Ortiz durante una recepción con el cuerpo diplomático acreditado en Madrid. 31 de enero de 2024. / Gtres

La recepción al Cuerpo Diplomático acreditado en España, compuesto por 126 embajadas residentes en nuestro país y casi 800 Consulados, 153 de carrera y más de 600 honorarios, ha vuelto a dar que hablar por segundo año consecutivo.

Si el año pasado la reina Letizia sufría un desplante por parte del embajador de Irán, este año no ha ocurrido algo de tal impacto social, pero que si ha sido anecdótico.

El percance de la reina Letizia

En un momento de la encuentro la pulsera que portaba la esposa de Felipe VI se desprendía de su muñeca y se escodía debajo de la tela del vestido. Acto seguido, la recogía con una sonrisa aportando total naturalidad a la situación.

Sin darle mayor importancia al acto en sí, la reina continuába su camino intentando volver a colocarse el brazalete. Aunque tras varios intentos en vano, decidió pedir ayuda a su marido, quien finalmente ha vuelto a colocar la joya en su sitio.

El momento de la caída de la pulsera de la reina Letizia.

El momento de la caída de la pulsera de la reina Letizia.

/ Gtres

La escena ha sido muy comentada por los medios que han puesto los focos en el origen de la joya que ha dado tanto que hablar. Letizia Ortiz recuperaba de su vestidor real el vestido azul de botonadura frontal y cinta que le logra estilizar la figura, de origen desconocido que estrenó en la Pascua Militar de 2022. Y al igual que la pieza principal, los complementos que contienen un significado especial volvían a aparecer en escena.

Letizia recupera las joyas de su pedida

El 22 de mayo de 2024 ha pasado a ser una de las fechas más recordadas de la historia de nuestro país por ser la celebración del compromiso matrimonial de los actuales reyes de España. Meses previos a la boda, concretamente en noviembre del año anterior, don Juan Carlos y doña Sofía decidieron regalar a la que iba a ser su futura nuera un collar con unos pendientes a juego.

El conjunto compuesto por zafiros, diamantes y perlas a su vez también fue el regalo de bodas con el que el rey emérito obsequió a Sofía de Grecia, una pieza cargada de simbología y que veinte años después vuelve a salir del joyero para acompañar a su actual propietaria.

La primera vez que la reina apareció con estas joyas fue en la cena pre boda a cojunto con un vestido en color gris de Lorenzo Caprile, días antes ya había lucido el espectacular vestido rojo del diseñador madrileño que fue protagonista en todos los medios.

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