Los 7 errores más comunes que cometemos al maquillarnos y nos hacen parecer mayor

Los tenemos instaurados en nuestra rutina de belleza y están haciendo un flaco favor por nosotras. Estos son los fallos que deberíamos estar evitando cuando nos maquillamos porque envejecen claramente nuestro rostro.

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Rutina de maquillaje
Rutina de maquillaje / Istock

Por mucho que duermas tus horas, cuides al máximo tu alimentación, sigas al dedillo sin saltarte un solo paso de tu rutina de belleza y acudas periódicamente a someterte a distintos tratamientos para frenar los efectos del paso del tiempo en tu piel y que parezcamos más jóvenes, puede que el maquillaje que utilizas esté jugándote una mala pasada en este sentido.

Quizá no has reparado en ello, pero a la hora de elegir y aplicar determinados cosméticos para tratar de mostrar tu mejor versión puede que estés consiguiendo el efecto contrario. Y es que hay errores de maquillaje que cometemos todas que, sin darnos cuenta, nos hacen parecer más mayores de lo que en realidad somos.

Hemos recopilado los siete fallos más frecuentes que, según los expertos, te ponen años encima, para que de una vez por todas los elimines de tu ecuación si tu objetivo es una apariencia rejuvenecida:

No limpiar la piel antes de maquillarse

Es una premisa universal: no hay una piel sana sin una adecuada limpieza facial. Es imprescindible antes de ponernos manos a la obra con brochas, esponjas y pinceles hacer una correcta higiene del rostro para prepararlo porque, de lo contrario, estarías favoreciendo la aparición de brotes de acné, puntos negros, obstrucción de poros, irritaciones, etc.

En el mercado hay una variedad muy amplia de productos para que puedas elegir el que mejor le conviene a tu tipo de piel según sus necesidades. Hazte con él y utilízalo con delicadeza como parte del ritual, tu rostro te lo agradecerá.

Mujer frente al espejo mientras se hace una limpieza facial

Mujer frente al espejo mientras se hace una limpieza facial

/ Istock

Elegir un tono inadecuado de base

Una vez la piel esté preparada, toca empezar a plicar la base y aquí siempre suele darse el mismo fallo. Por querer parecer que estamos bronceadas o porque creemos que es mejor para cubrir arrugas e imperfecciones, la tendencia suele ser la de inclinarse por tonalidades más oscuras que la de nuestra piel. ¿Y qué consigue eso? Ponernos años encima.

Lo recomendable según los maquilladores es elegir una lo más similar posible a aspecto de nuestra piel y que sea no demasiado densa sino más bien fluida y ligera para aportar jugosidad.

Confundir corrector con iluminador

El corrector puede ser el mejor de nuestros aliados pero hay que seleccionar muy bien el adecuado porque, al igual que ocurre con la base, es imprescindible que sea de un tono correcto. Su objetivo es neutralizar un pigmento oscuro en la zona de la ojeera por lo que, si en lugar de eso utilizamos iluminador en ese área, lo que estaremos es realzando la zona cosa que no queremos en absoluto.

Cada producto tiene su cometido, trata de no equivocarte a la hora de utilizarlos porque de lo contrario se potenciarán más las arrugas y las bolsas que es justo lo que no queremos.

Abusar del colorete

El efecto buena cara del colorete es de lo más eficaz... si se aplica con mesura. Nada de pasar la brocha sin ton ni son por todo el rostro porque lo único que lograrás es un acabado artificial en el que tus pómulos se verán caídos.

Lo mejor es recurrir a tonos suaves y extenderlos de manera sutil por la parte más elevada de los pómulos para ganar en frescura y apariencia juvenil.

Delinear la línea inferior del ojo

Otro error que cometemos sin darnos cuenta que nos hace parecer mayores es maquillar la conocida como línea de agua del ojo.

Puede que la intención sea la de conseguir una mirada más profunda y enigmática, pero el hecho de aplicar eyeliner en la zona inferior no hace más que empequeñecer los ojos y, al mismo tiempo, centra la atención en las patas de gallo.

Usar sombras de ojo brillantes

Del mismo modo que un abuso de eyeliner hará se centre la atención en las arrugas de la zona de los ojos, abusar de las sombras con acabado brillante o en tonos demasiado llamativos hará que se alcance el mismo objetivo. Si no quieres que se marquen los pliegues en los párpados, opta por tonalidades discretas y suaves que sean mate.

Tirar de sencillez es fundamental por lo que lo mejor es olvidarte del exceso de color y poner el foco en aplicar una buena máscara de pestañas que ayude a abrir tu mirada.

Por último, no olvides elegir un tono de labios que realce tu boca, no que la minimice. Los colores oscuros como marrón, negro, granate o burdeos hacen que los labios parezcan más pequeños y con menos volumen, luego hacen que pierdan definición como ocurre con el paso del tiempo.

Rosas y empolvados te ayudarán mejor a ese acabado rejuvenecedor que deseas. ¿El truco definitivo de experto? Un toque muy sutil y ligero de gloss en la parte central para ayudar a cargarlos de jugosidad.

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