Tiaras y un vestido de H&M: todas las fotos de la inolvidable cena de gala en Suecia con los Macron

La princesa Victoria ha recuperado para la ocasión uno de sus vestidos más aplaudidos: un diseño de H&M Conscious (la línea más sostenible de la firma sueca) con escote asimétrico y brocados dorados confeccionado especialmente para ella. Lo estrenó en la gala de los Premios Nobel 2016 y, curiosamente, está fabricado a base de materiales reciclados. 

En este caso lo ha acompañado con la espectacular tiara Pavo Real, una joya de oro, plata y acero que lleva en la familia desde 1810. Se dice que estuvo olvidada durante muchos años y la reina Silvia la encontró en un viejo armario del Palacio Real; la mandó restaurar y desde entonces la han lucido diferentes mujeres de la Casa. 

Por su parte, Sofía de Suecia ha optado por un look de estreno, con un vestido dorado que es obra de Lars Wallin. Para adecuar su escote palabra de honor al protocolo, cuenta con una pieza de tul que cubre los hombros y brazos. 

La princesa ha recurrido una vez más a la tiara que sus suegros le regalaron en 2015 por su boda con Carlos Felipe. Con un cuerpo de diamantes, se trata de una joya transformable que, a lo largo de los años, ha llevado con distintas piedras preciosas (esmeraldas, turquesas…); esta vez se ha decantado por las perlas, a juego con sus pendientes y el broche. 

En su caso, la reina Silvia ha combinado un vestido morado con encaje con la llamada tiara de los Camafeos, una de las más especiales del joyero real sueco. Su origen se remonta a la época de Napoleón Bonaparte, quien se la regaló a la emperatriz Josefina. Forma parte de un conjunto que incluye collar, broche, pendientes y brazalete, el cual la monarca ha querido sacar al completo esta noche. Los suecos le tienen un gran cariño dado que fue la tiara elegida por la princesa Victoria para su boda.

Brigitte Macron no ha necesitado tiara para brillar: además de demostrar una gran sintonía con su anfitriona, la invitada principal ha hecho gala de su elegancia con un vestido azul celeste de corte largo, como indica la etiqueta en este tipo de reuniones, manga larga, hombrera estructurada que le sienta como un guante. El escote joya con bordados a juego con la cinturilla eleva al máximo el vestido, que ha llevado con un clutch metalizado a tono con sus stilettos. 

El salón de baile del Palacio Real de Estocolmo, un espacio digno de película, ha servido como escenario para poner el broche de oro a esta jornada, en la que el rey Carlos Gustavo ha nombrado caballero de la Orden de los Serafines al primer ministro francés. Se trata de la orden más antigua y prestigiosa del país y es otorgada tan solo a jefes de Estado (o personas de rangos comparables). En España la ostentan tanto el rey Felipe y la reina Letizia como los eméritos Juan Carlos y Sofía. La primera dama francesa, por su parte, ha recibido la Gran Cruz de la Orden de la Estrella Polar o Estrella del Norte.

Antes de este viaje, el presidente Macron tuvo un gesto similar con sus convidantes, nombrando a la princesa Victoria gran oficial de la Legión de Honor, un título que ya poseen los reyes Carlos Gustavo y Silvia.