Huga Rey nos abre su refugio

Anfitriona de lujo, no pasa un día en el que Huga no reciba a algún amigo en su casa. Por eso, aunque siempre había vivido de alquiler, decidió comprar esta. "Hace seis o siete años, la tía de una de mis amigas, María Fraile, que tiene una inmobiliaria, me la enseñó. Aunque era la segunda que visitaba, me pareció especial –eran las antiguas cocheras del Palacio de Medinaceli– y la vi muy cómoda. Además de su encanto, estaba en un barrio de los de toda la vida, en el Madrid antiguo y, sobre todo, sentí que iba a convertirse en un centro de reunión para amigos. No hay semana que no vengan varios a comer, a cenar o a tomar algo, me encanta", explica la dueña. Huga, que empezó trabajando en las oficinas de Hoss Intropia hace años –"aún se llamaba Homeless cuando yo estaba allí, ¡fíjate si hace! (risas)"–, ahora se dedica en cuerpo y alma a la televisión. Encabeza el departamento de vestuario del exitoso programa de cocina "Masterchef" (TVE), lo que le deja poquísimo tiempo libre. "Fuera de este medio, hago cosas puntuales, como lo de Pablo Alborán. Su discográfica me contrató para vestirlo en un videoclip y, desde ese día, no hemos dejado de trabajar juntos. Pero nuestra relación va más allá: es un ser maravilloso, al que todo el mundo querría tener cerca. Nos entendemos bien y nos reímos mucho. Es un tío súper gracioso", confiesa la estilista.

Huga –que nunca ha renegado de su nombre, ni siquiera en la adolescencia: "Tiene su lado bueno, no necesito apellido"–, se lo pasa bomba en el trabajo. Asegura que los cuatro presentadores de “Masterchef” forman un gran equipo y su buen rollo llega a todos los departamentos: "Siento debilidad por Pepe Rodríguez: me encanta su sentido del humor. Es rápido, ingenioso, soy fan. Pero todos me dejan arriesgar con el estilismo... no sé si es porque se fían o porque son muy educados." Huga se niega a definir su estilo, dice que prefiere que su trabajo hable por ella. Eso sí, cuando le preguntamos por sus diseñadores imprescindibles, no lo duda: "Jorge Vázquez –él la define como su musa: “Cada vez que me acompaña a una fiesta, parece una diosa”, asegura el creador–, Elie Saab y Valentino." Sin duda, la elegancia y la feminidad por encima de todo. Algo que contrasta con su día a día: "Necesito ir cómoda por mi trabajo... son muchas horas de grabación seguidas, así que suelo ir informal." Vaqueros, deportivas, camisetas The Hip Tee y las kurtas antiguas –blusas largas–, que compra en India cada vez que viaja allí.

Su casa y su vestidor están llenos de guiños a las culturas árabe y asiática. "Me resultó fácil decorar la casa. Tengo las ideas bastantes claras y no dudo cuando veo que algo me encaja", explica la dueña de esta luminosa vivienda en dos alturas. Su habitación favorita es la cocina, quizá la más pequeña de la casa pero con un encanto especial: sus vistas al patio parecen multiplicar el singular espacio. "¡Me iría encantada mañana mismo a vivir a Nueva York! Mi perro Gómez es un bulldog y no necesita demasiado ejercicio y, como se viene a trabajar mucho conmigo, quiero pensar que no echa de menos un jardín (risas). Soy 100 % urbana... el momento campo o playa está genial, mientras no sea de forma fija", confiesa la madrileña. Huga Rey no se plantea el futuro... no sabe dónde quiere llegar, solo vivir el presente: "Llevo tiempo en un momento profesional dulce y estoy contenta. Creo que tengo suerte: la gente con la que trabajo es un amor." El mismo buen rollo que transmite su hogar.