La 'influencer' que no ha sido capaz de vender sus propias prendas a pesar de tener 2,6 millones de seguidores

Así lo comunicó en una publicación de Instagram que posteriormente decidió borrar. 

La 'influencer' arii
La 'influencer' arii / @arii

La 'influencer' Arii se ha convertido en cuestión de horas en el centro de burlas y de duras críticas en las redes tras desvelar a través de una publicación en Instagram que ha sido incapaz de vender las prendas de su propia marca. Y después de ver las primeras reacciones de seguidores, y también de 'haters', ha sido ella misma quien se ha encargado de borrar dicho mensaje.

Vender 36 camisetas nunca fue tan difícil. Nada que hacer ni aun teniendo 2,6 millones de seguidores en Instagram y los mejores contactos para ello. El hecho de 'convertir en oro todo lo que toca', o mejor dicho, convertir en likes y ventas todo lo que se ponen, como promocionan los nuevos canales de venta personificados con seres de carne y hueso en lo que al mundo 'influencer' se refiere, no siempre puede funcionar en el mundo de las redes sociales.

Y el claro ejemplo de ello es Arii (@arii) que, después de que los fabricantes con los que trabajaba no le asegurasen la unión entre ambos por no vender el mínimo requerido con el que seguir juntos, mostró su desesperación y disgusto a través de un mensaje que, pese a todo, dejaba una nota esperanzadora para sus verdaderos seguidores.

"Hola, me rompe el corazón tener que escribir este 'post'. Como todos sabéis, he lanzado mi propia marca. He puesto todo mi corazón en esto. Para la sesión de fotos he tenido que traer de fuera a un fotógrafo y un maquillador, lo he tenido que planear con semanas de antelación y por suerte he podido contar con amigas que han posado para mí. He alquilado un estudio fotográfico enorme para ese día para que pudiera contar con el mayor número de fotos y vídeos promocionales", empieza el texto.

Erashop, su marca, comenzó con buenos datos y así lo avalaban los resultados hasta que de repente algo se estancó. "Para que yo pueda encargar y fabricar mis productos (incluso para poder seguir trabajando con ellos), tengo que vender al menos 36 piezas. Por lo visto me he vuelto súper irrelevante, así que sabía que iba a ser difícil, pero me estabais dando tan buen 'feedback' que pensé que a la gente le gustaba y lo compraría. Pero no lo hizo".

Quizá la burbuja en el mundo 'influencer' es ya muy real. La pregunta es, ¿hasta qué punto están dispuestos a hacer, decir o, incluso, pagar, para que sus productos se agoten? El problema no son los seguidores en sí, sino más bien la inexistente relación verdadera que existe con ellos en la mayoría de los casos.

El mensaje continúa: "Nadie mantuvo su palabra así que la empresa no va a poder atender los pedidos de la gente que sí que hizo alguna compra y me rompe el corazón. No os preocupéis, se os devolverá el dinero. Suena rencoroso, pero yo he apoyado la música o todo lo que me han pedido de todo el mundo y ni siquiera me lo han podido devolver. Pero esto no es el final de mi marca, solo es un bache".

Tras todo lo ocurrido, la marca no ha desaparecido y en su web tienen colgado el cartel de "volveremos pronto". Hasta entonces puede que Arii afiance el vínculo con sus casi 3 millones de seguidores y pruebe suerte de nuevo.

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