Los modelos más icónicos de la historia de Cristóbal Balenciaga

Un diseñador considerado y valorado como uno de los mejores por Dior y Chanel. Su perfeccionismo le llevó a crear todo un reino bajo su homónimo. Una dura pérdida que supuso el fin de una era que venía anunciando el paso de la alta costura al Prêt-à-porter.

Cristóbal Balenciaga con decorado

El modisto Cristóbal Balenciaga fuera de sus talleres de alta costura.

/ D.R.

“En mi juventud, un profesional me dijo que nunca podría dedicarme al oficio de costurero, porque era demasiado sensible. Detrás de todo el lujo y el glamour (…) la verdad es que es una vida de perros”, decía en <strong>la única entrevista que concedió a la prensa</strong>,Cristóbal Balenciaga en la única entrevista que concedió a la prensa, tras decidir retirarse. En 2020, 125 años después de su nacimiento, sería inconcebible pensar en moda y en la libertad entre el cuerpo femenino y el encorsetamiento de las estructuras de las prendas, sin pensar en el imperio que dejo.

Su trabajo fue tan reconocido por tantos que el diseñador Givenchy, quien compartió amistad y admiración (incluso considerándolo un ‘Dios’) por el maestro fue el “presidente fundador” del Museo Cristóbal Balenciaga, nos cuenta Igor Uría, director de las colecciones que podemos encontrar en este espacio. Ubicado en la ciudad natal del modisto, Getaria. Donde se puede disfrutar de más de 3.500 obras originales y que ha recibido más de 450.000 visitas desde que abrió en junio de 2011.

Uría, nos lo describe como un profesional con “sólidos valores personales: la honestidad, la coherencia y la creatividad. Con una capacidad de asumir riesgos, que buscaba la perfección constantemente y una idea, la del aire entre el cuerpo y el vestido de la mujer, que tenía que caminar cómoda y a la que deseaba hacer bella”. La visión de aquel profesional que no le vio futuro, fue más que superada. Balenciaga es y será reconocido como el gran genio de la costura. Porque como dice Juan Miguel Fernández, (responsable de la colección Contemporánea del Museo del Traje) “es difícil resistirse a decir que no fue el mejor”. Incluso los grandes de la alta costura francesa, Chanel y Dior lo veían como el maestro de maestros. Coco siempre decía: “couturier

El diseñador Cristóbal Balenciaga

El diseñador Cristóbal Balenciaga.

/ D.R.

Su carácter reservado, hace que en pleno siglo XXI, siga siendo intrigante saber algo más sobre él. No le gustaba hablar de su vida y prefería que lo conociesen por su trabajo, no por su persona. Se sabe muy poco del ‘pacesetter’ (así lo llama él), nos explica Igor. Tenían que conocerlo por su alta costura y disfrutaba haciendo felices a sus clientas. Su modelo más recurrente, Nicole Parent, contaba en una entrevista que nunca salía a saludar tras cada desfile. “Nos pedía que caminásemos, pero sin contornearnos. Quería que camináramos como chicos”, comentaba Nicole. Y añadía que “su maniquí ideal tenía los hombros un poco anchos, como de chico, la cintura no demasiado estrecha, casi nada de pecho y las piernas largas”.

Todo lo que le rodeaba estaba lleno de misterio. “Ni música, ni aplausos. Solo clientas alucinadas con lo que sacaba”, comenta Juan Miguel. El silencio reinaba en su vida, no podía con el ruido por lo que pedía completo sigilo siempre a sus trabajadores. La señora Florette, que fue la primera vendedora de su tienda, creada en 1917, le acompaño hasta el cierre de la maison, desvelaba en una entrevista como organizaban los desfiles. “Había 150 modelos que pasaban por turnos (…) ¡Y a pesar del trajín, el señor Balenciaga no quería que se oyera ni una mosca! Al final del desfile, las clientas nos entregaban su lista, y les traíamos los vestidos que habían elegido para que pudieran probárselos”. Para tener una de sus piezas, se necesitaban tres semanas, en las que se hacían tres pruebas. Sus clientas como narra Eloy Martínez de la Pera Celada (director fundador de Proyectos S.L), decían que hacía perfectos, sus cuerpos imperfectos. “Era muy consciente de las imperfecciones que tenemos todos nosotros. Intentaba que, si tenían un hombro más alto que otro, lo recomponía con una hombrera. Siempre quería que una mujer se sintiera bella y cómoda dentro de sus vestidos. Era muy famoso porque hacia un patronaje un centímetro mayor a la propia medida de la clienta”, nos cuenta Eloy.

Y como homenaje a su trabajo, que comenzó con tan solo 24 años abriendo su primera tienda ‘C. Balenciaga’, en el número 2 de la calle Vergara en San Sebastián. Vamos a recordar los diseños más icónicos que se esconden tras más de 50 años de trabajo.

Vestido Infanta de 1939.

Balenciaga aparte de inspirarse en la belleza, se influenciaba de la pintura española. Con esta idea, el Museo Thyssen y su implicación por mostrar el valor de la moda y el arte, realizó el año pasado la exposición ‘Balenciaga y la pintura española’. Eloy Martínez, fue el comisario de la colección y nos describe como “él encontró en los volúmenes de Zurbarán, en los colores del Greco, en la belleza del encaje de Goya... Una fuente de inspiración traducida en alta costura. De Velázquez y de Juan Carreño de Miranda le inspiran mucho las formas y los volúmenes que le llevaron a crear en 1939, el vestido Infanta”. Este traje tiene una connotación historicista del siglo XVII y es unos de los más conocidos de los inicios del diseñador.

La línea Barril de 1947.

En esta época comienzan a verse los nuevos patrones, ensancha los hombros y va dando fluidez a sus creaciones. “A partir de 1949 hasta sus últimos diseños aleja la cintura del cuerpo femenino, la libera”, dice Martínez de la Pera.

Traje semientallado, la Marinera y Midi, 1951.

Estos tres van sucediendo, según han sido nombrados. Sigue evolucionado, camino de representar a una mujer con una vida mucho más activa. Un momento en el que empieza la “revolución de Balenciaga”, nos plasma el comisario.

Vestido Túnica, 1955.

Un patrón que evoluciona del vestido Midi. El color negro es uno de los colores más característicos de la gama cromática del diseñador. Todas las mujeres de su círculo más cercano vestían de negro, por lo que fue un color predominante en su día a día. Su madre fue fundamental en su vida, empezó siendo su ayudante de costura. Tras la muerte de su padre con 11 años y vivir en una familia pobre de pescadores, no tuvo más remedio que ponerse a trabajar. Y a los 12 años, ya había hecho un vestido a la marquesa de Casa Torre, mujer que fue su mentora. El negro fue tan importante, que en 1948 tras la muerte de su amado Wladzio. Presentó una colección casi toda teñida de negro. “Fue una colección homenaje”, nos cuenta Eloy.

Vestido Saco, 1957.

Vestido Saco Balenciaga

Vestido Saco de Balenciaga de 1957.

/ Museo Cristóbal Balenciaga

Una verdadera revolución, junto a la silueta ‘pavo real’ que presentara más adelante. El vestido saco rompía las formas femeninas, el pavo real acentuaba la cintura y resaltaba el largo más por detrás que por delante.

Vestido 'babydoll', 1058.

Vestido &quot;babydoll&quot; de Balenciaga

Vestido 'babydoll' creado por Balenciaga en 1958.

/ Museo Cristóbal Balenciaga

Muchas personas desconocen que el famoso patrón de los vestidos de verano, vienen del diseñador. Creo este vestido y desdibujo la silueta femenina, llevándola a una forma trapezoidal con la que consiguió, que desapareciera el talle.

La abstracción de Balenciaga de 1960 a 1968.

Su última época se llena de forma. Sus obras más representativas son sus trajes de novias futuristas. Para llegar a materializar esto, tuvo que inventar sus propios tejidos. Según Juan Miguel “era un auténtico genio en este sentido: no se le resistía ni una tela y de todas sacaba lo mejor, como si las domesticara”. El gazar y fagar de seda fueron los nuevos tejidos, gracias al endurecimiento del textil, pudo realizar formas más puras.

El cansancio de tanto trabajo y la crisis de la alta costura, hicieron que el maestro decidiera abandonar la moda. El Prêt-à-porter no estaba concebido para él. Su perfección y sofisticación, no serían posibles de realizar en un oficio que construía las prendas en serie y no se ajustaba al cuerpo de cada mujer. Tras el cierre de la casa Balenciaga, se retiró a Altea y en un parador de Jávea, falleció de un infarto.

Desde entonces la casa Balenciaga no había vuelto a crear alta costura. En julio de este año, la maison tras 52 años volverá a la esencia y los orígenes de quien la fundo. Demma Gvasalia el director creativo actual, puntualizaba en un comunicado un día antes del cumpleaños de Cristóbal que, “la costura está por encima de la moda”.

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