El desfile de Benetton en Milán, o como tirarse a la piscina y acertar

La piscina Cozzi –una joya de la arquitectura construida en 1934 y la primera piscina cubierta de Italia– fue el lugar elegido para el primer desfile de la semana de la moda de Milán y el segundo de Benetton bajo la dirección creativa de Jean Charles de Castelbajac.

Desde el punto de encuentro, todo fue atípico, como es propio de Benetton. Las primeras modelos en salir a la palestra no eran modelos, sino nadadoras profesionales que, con bañadores teñidos con los colores del arcoiris, se lanzaron al agua. Mientras los looks empezaron a salir, las nadadoras braceaban de un lado a otro haciendo honor al título de la colección: 'Let’s Surf the Color Wave'.

El primer look sorprendió por lo austero y por la abundancia del negro. Pero pronto empezaron los estampados, las mezclas y una paleta pletórica en la que los “pastel-bajac”, como el creador los ha llamado” comparte protagonismo con el azul en todas su declinaciones, ejerciendo de hilo conductor cromático en un show orquestado en torno al agua. Porque el líquido elemento no es solo una referencia inspiracional para la elección del escenario, de los colores o de Popeye -donde la temporada anterior lo fue Snoopy- como estrella invitada y estampada en camisetas y pantalones. También es la razón de ser de una preocupación por la sostenibilidad que se ha traducido en el desarrollo de tintes naturales y no tóxicos, fibras recicladas y materiales como el papel del que se componen las gabardinas. “En un mundo en el que las tendencias se evaporan en una temporada, UCB propone su visión única, desde siempre actual, diseñada para todos, bien hecha”, reza la nota de prensa, probando que en la era del fast fashion ellos se atreven a nada a contracorriente.

Porque si algo define a Benetton desde sus inicios es, además del color, ese estado de animo irreverente que entona la moda como una expresión tanto estética como ética. De ahí que las campañas de Oliviero Toscani -el tercer hombre en el actual triunvirato al frente de la enseña, junto a Castelbajac y Luciano Benetton-, esas que en los años 80 y 90 escandalizaron tanto como concienciaron al público, vuelvan a escena estampadas en camisetas que tienen tanto de prenda como de pancarta. “Quería crear una exposición en movimiento para mostrar, incluso a los más jóvenes, el caracter explosivo del trabajo de Oliviero, que es una sola cosa con el ADN de la marca”, comentaba Castelbajac. “La idea de la “Ola de Color” es la idea de un movimiento, de una ola cultural y social”.