El vestido de novia de Lorenzo Caprile con el que confirmamos que el velo ha caído en el olvido

Una boda en A Coruña, una novia llamada María, un sencillo vestido con sello 'made in Spain' y un detalle inesperado cargado a su espalda con dimensiones extra grandes encargadas de corroborar que el velo ya es cosa del pasado. Así es la prueba definitiva de que, a falta de este, bienvenidos son los lazos...

Hay veces en las que dejar atrás tradiciones supone arriesgar pero también triunfar. Y en cuanto a la moda 'bridal' se refiere, puede que las novias que buscan originalidad (como estas que triunfan en Instagram) al mismo tiempo que piden a gritos sorprender, se convierten en la mejor prueba de todo ello. Cualquier vestido de novia siempre nos parecerá increíble; pero hay diseños que van mucho más allá y nos confirman que soñar con modelos que son una auténtica obra de arte, ya no solo por sus patrones sino también por sus cortes, mínimos detalles y cada una de sus puntadas, son el resultado de un talento del que muy pocos pueden presumir.

Como Lorenzo Caprile. El mismo que siempre nos dejará mudas ante cualquiera de sus creaciones nupciales y que con las mismas las añadimos a una lista de espectaculares novias que jamás pararemos de admirar (imposible dejar en el olvido el vestido con capa y alas de Isabel Núñez o la original espalda del firmado por Fernando Claro).

Y es que solo a una mente como la suya se le podía ocurrir añadir a un vestido ajustado, de manga larga y cuello que no requiere de la ayuda de ningún escote para sorprender, un inmenso lazo que se encarga de jugar también el papel de una discreta cola. Unos cuantos centímetros de tela de más que, acompañando un diseño acorde al clima que el norte español ofrece en pleno verano, han conseguido los elogios de todo aquel que se ha topado con imágenes de esta novia en Instagram.

Claro está, no es para menos. Puede que los escotes en la espalda sean una premisa indiscutible para muchas. Y si un vestido 'bridal' no cuenta con ellos, al menos esta luce a tramos gracias a tules o semitransparencias. Pero este no ha sido el caso. Y no lo iba ser si el diseñador era quien se escondía detrás de semejante diseño.

Defensor absoluto de novias diferentes, cargar de lazos los diseños se convierte ahora de su mano en una nueva tradición que tardaremos en ver desaparecer (o, al menos, eso esperamos).