Entrevista a Jacquetta Wheeler

Son las ocho de la tarde. Una ducha y apenas tres horas después de la sesión de portada, el equipo de WOMAN se reúne en el último local de moda para celebrar el cumpleaños de la asistente de estilismo. Suena el móvil. Alguien ha recibido un SMS. Es Jacquetta: «Me apunto, voy de camino.» Cinco minutos más tarde, la top británica aparece con jeans, una camiseta y sin rastro de maquillaje. Ella es así de cercana.

En una sesión de fotos hay muchísimos tiempos muertos. ¿En qué piensas?

En lo que debería estar haciendo con mi vida. La semana que viene empiezo un curso de fotografía; y estaba pensando en algunas ideas para mi proyecto.

¿Cuándo decidiste estudiar fotografía?

Hace solo dos semanas. Antes de Navidad, me fui dos meses a India, con mi cámara, una mochila y el único propósito de captar instantáneas de lo que veía. Fue increíble.

¿De dónde nace esa pasión?

En realidad, siempre ha estado ahí. Mi madre era fotógrafa; mi novio, Alexi, es fotógrafo. De hecho, es una profesión tan cercana que, inconscientemente, la he mantenido siempre en un segundo plano. Hasta que un día, hace dos meses, cogí una cámara, salí a callejear por Nueva York y empecé a disparar fotos.

Imagino que, en esta industria, tarde o temprano necesitas un plan B, ¿no?

Tú lo has dicho. Y descubrir a qué quieres dedicar el resto de tu vida no es fácil. Yo soy afortunada, porque tengo una profesión. Pero por mi propia salud mental, necesito encontrar algo más que hacer que posar delante de una cámara.

¿Te arrepientes de no haber estudiado en la universidad?

A veces. Tras siete años viajando alrededor del mundo aprendes muchísimo. Pero mis amigos acaban de salir de la universidad y tienen todo un universo de conocimiento en su interior que yo echo de menos. En este momento, mi prioridad es encontrar algo que me llene de verdad. Hace dos años organicé un evento a beneficio de los niños de Marruecos y recaudamos mucho dinero. Quiero repetirlo.

Con tantos proyectos aquí y allí, debe de ser difícil mantener una relación…

Alexi y yo llevamos juntos cinco años; ya está acostumbrado. Además, él también tiene que viajar por trabajo, así que no hay celos. Sabemos que es necesario.

Y todo empezó a finales de los 90 cuando Mario Testino te descubrió en plena calle.

¡Era imposible no fijarse en mí! Una chica tan larguirucha, con el pelo teñido de rubio platino y un corte superatrevido…

¿Destino o casualidad?

Suerte. La necesitas para empezar. Después, mantenerte en lo más alto depende solo de ti. Es muy duro, te lo aseguro.

¿Y qué queda del glamour?

Pronto desaparece. La gente no tiene en cuenta que esas chicas de dieciséis años que están dando la vuelta al mundo en primera clase, cuando empiezan, están completamente solas; y eso no es tan divertido como parece, aunque te alojes en un hotel de cinco estrellas. Si no tienes a nadie con quien compartirlo, te sientes fuera de lugar.

Sobre todo, cuando tu familia y tus amigos están tan lejos, ¿no?

Sí. ¿Y sabes qué es lo que también echo de menos? Los medios de comunicación británicos: The Times, la BBC… En Estados Unidos, la programación televisiva es absolutamente espantosa.

El mejor casting

En enero, desfiló para Christian Dior Haute Couture. «Galliano es un genio. Sus creaciones te transportan a un mundo de fantasía, como las colecciones de Gaultier y Lagerfeld.»

«Para vestirme cada día, me quedo con los diseños de Rick Owens, Ann Demeulemeester, Stella McCartney, Chloé y Alice Temperley.»

«La moda no me obsesiona. No necesito comprarme el último it-bag para ser feliz.»

En un minuto

Con solo 15 años, conoció a Jansen, diseñador de Pucci, en Tánger. Impresionado por su físico, el creador la fichó para su desfile.

En 1999, la revista The Face nombró a Jacquetta Wheeler maniquí del milenio.

Su primera gran campaña: Testino convenció a Tom Ford para convertir a la top en imagen de Gucci.

Ha protagonizado campañas para Givenchy, Ferragamo, Burberry, Krizia y Prada.