Dior y Avedon, historia de amor

Como la de la modelo Renée con un tailleur New Look o de Christian Bérard, amigo de Dior de toda la vida, cuyas poses en el París popular de la posguerra atrajeron a vecinos curiosos hasta sus ventanas. También aparecen Doe Avedon, la mujer del fotógrafo, llevando pieles en el andén de una estación de trenes, Dorian Leigh en los brazos de un ciclista o Suzi Parker patinando con Robin Tattersall en la Place de la Concorde. Una pensativa Marlene Dietrich se enciende un cigarrillo y Audrey Hepburn deambula por las calles de París .

Y, por supuesto, está Dovima, luciendo el vestido de noche Soirée de Paris de 1955, posando entre dos elefantes en una de las imágenes más famosas del mundo de la moda. Las fotografías de Avedon  capturan una emoción especial que es casi imposible de captar a simple vista. Jacqueline de Ribes, en el prólogo del libro, escribe sobre Avedon que era "uno de los fotógrafos más seductores, entusiastas, dinámicos, inspiradores, exigentes y extravagantes". El libro también revela las creaciones de la Maison al mostrar los bocetos de Christian Dior junto a las imágenes del fotógrafo, y relata esta cautivadora historia con anécdotas de Justine Picardie, la autora y editora jefe de Harper's Bazaar Reino Unido.

Olivier Saillard, el historiador de moda y director del Palais Galliera, el Museo de la Moda de la ciudad de París, narra en el epílogo: "Esta comunión (entre el trabajo de Christian Dior y aquel de Richard Avedon) escribió la edad de oro de la fotografía de moda, que avanzó sin ningún tipo de artificio, en unos tiempos en los que realizar fotografías sin una red de seguridad transformó a los fotógrafos y a sus objetivos en juguetones acróbatas".