Las últimas pioneras de la arquitectura femenina, Premio Pritzker para Yvonne Farrel y Shelley McNamara

Solo cinco mujeres en la historia han ganado el considerado premio Nobel de la arquitectura.

Las arquitectas Farrell y McNamara han ganado el premio Pritzker, el nobel de arquitectura

Las arquitectas Farrell y McNamara.

/ Marka

“Son pioneras en un campo que ha estado tradicionalmente, y continúa, dominado por hombres. Son un faro para otras profesionales”. Más allá de la obra creativa que ha llevado a las irlandesas Yvonne Farrel y Shelley McNamara, del estudio Grafton Architects, a ganar el premio Pritzker 2020, considerado el Nobel de la arquitectura, el jurado también ha querido remarcar su condición femenina.

Bocconi University. Designed By Grafton Architects. Arch. Shelley Mcnamara. Yvonne Farrell. Milan. Italy
Bocconi University. Designed By Grafton Architects. Arch. Shelley Mcnamara. Yvonne Farrell. Milan. Italy / Marka

Desde que este galardón fue instituido en 1979, solo otras tres mujeres antes que ellas, frente a 43 hombres, habían conseguido ese reconocimiento: la anglo-iraquí Zaha Hadid en 2004, la japonesa Kazuyo Sejima (junto a Ryue Nishizawa) en 2010 y la española Carme Pigem en 2017 (también compartido con sus compañeros Rafael Aranda y Ramón Villalta).

Tal vez esa consideración del jurado sea un síntoma de mala conciencia. La estadounidense Fundación Hyatt, que concede este galardón anual, también contribuyó a la discriminación de las mujeres proyectistas durante años al ni siquiera considerar a ninguna como candidata y, sobre todo, al excluir a la brillante Denise Scott Brown del premio que concedió a su marido, Robert Venturi, en 1991 a pesar de haber trabajado juntos durante más de dos décadas.

Las otras pioneras

En realidad antes que ellas ha habido muchas otras pioneras en el siglo XX que demostraron con sus obras la ceguera sexista que dominaba la arquitectura. Julia Morgan, la primera mujer que fue admitida en la prestigiosa Escuela de Bellas Artes de París en 1902, se convirtió en un referente para quienes siguieron su estela. Fue el caso, entre otras, de la italiana Lina Bo Bardi (su obra más icónica es el Centro Cultural SEC, en Sao Paulo); la también italiana Gae Aulenti (recordada sobre todo por el Museo Orsay, en París); la británica Jane Drew, quien se especializó en paisajes a gran escala, como prueba su diseño de la Universidad de Ibadan, en Nigeria; Liz Diller, quien ha ayudado a modernizar la imagen de Manhattan; o Benedetta Tagliabue, italiana establecida en España y responsable de proyectos como la Escuela de Música de Hamburgo, el Ayuntamiento de Utrecht, en Holanda, o el Parlamento de Escocia.

Universidad de Bocconi, diseñada por Grafton Architects. Arch. Shelley Mcnamara. Yvonne Farrell. Milan. Italia

Universidad de Bocconi, diseñada por Grafton Architects. Arch. Shelley Mcnamara. Yvonne Farrell. Milan. Italia

/ Marka

El desafío permanente a los límites de la arquitectura que representó Zaha Hadid, con monumentos como la Ópera de Guangzhou en China o el Pabellón Puente para la Exposición Universal de Zaragoza, consumó el protagonismo femenino en el urbanismo mundial. Yvonne Farrel y Shelley McNamara, representantes de una arquitectura funcional que prioriza el servicio a la comunidad antes que la estética, probablemente sean las últimas pioneras en su campo. Va siendo hora de que el talento pierda de una vez por todas el género.

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