Samantha Christoforetti: la astronauta 3.0

La italiana se acaba de convertir en la primera mujer comandante de la Estación Espacial Internacional (ISS). Hablamos con ella.

Samantha en la Estación Espacial Internacional

Samantha lidera la Estación Espacial Internacional.

/ ESA

La astronauta de la Agencia Espacial Europea asumirá el mando durante la expedición 68ª, que tendrá lugar el año que viene, y viajará junto a los astronautas de la NASA Kjell Lindgren y Bob Hines, a bordo de un cohete Crew Dragon de SpaceX. Este será el segundo viaje de la ingeniera milanesa, que ya demostró ser una líder fiable y competente durante la misión NEEMO23 de la NASA. En 2014 se convirtió en la primera mujer italiana en viajar al espacio (la tercera europea) y una de las que más tiempo ha estado fuera de nuestro planeta: 199 días. Pasó a ser toda una estrella en las redes (Youtube y Twitter), con un millón de seguidores gracias a los vídeos, fotos y comentarios que enviaba desde el espacio.

¿Cómo se siente?

Regresar a la Estación Espacial Internacional para representar a Europa ya es un honor en sí mismo. Agradezco mucho mi nombramiento y espero aprovechar la experiencia adquirida en el espacio y en tierra en esta última década -se unió en 2008 a la ESA, que justo busca nuevas astronautas- para liderar a un equipo muy capaz en órbita.

La astronauta italiana, con el traje de paseo espacial

La astronauta italiana, con el traje de paseo espacial.

/ ESA

La última vez nos mostró cómo era la vida cotidiana en la ingravidez...

Necesitaba compartirlo. Yo crecí siendo una fanática del espacio y siempre estaba ansiosa por recopilar todo tipo de información. Así que cuando me tocó ir al espacio, pensé que sería genial que la gente pudiera ver cómo era aquello, cómo comíamos o hacíamos gimnasia o ver cómo el agua, que flota, tiende a pegarse a la piel... También prepararé el primer café expreso en el espacio y me disfracé de ‘Star Trek’ (risas). Soy una apasionada absoluta de la saga.

¿Tenía un horario determinado?

No, hacía los vídeos en mi tiempo libre, que era muy poco (risas). Cuando estás trabajando con un programa tan específico y con equipo tan especializado, en realidad estás muy ocupada.

¿Es verdad que llegó a tomar parte en unos 250 experimentos allí arriba?

Bueno, en realidad, en muchos de ellos no tuve que hacer nada, ya que los astronautas éramos los sujetos de estudio, para comprobar cómo se comporta el cuerpo humano en el espacio y, en otros, me limitaba a guardar muestras en un congelador o apretaba un interruptor, pero en unos 60 sí que fuí responsable, en todo lo que concernía a la microgravedad de la ESA...

La astronauta Samantha Cristoforetti

Samantha, en su 200 días en el espacio: sumó 299 en total.

/ Picasa

¿Qué es lo que más se echa de menos en el espacio?

La sensación de gravedad. Sentir la ingravidez es algo único, pero acaba cansando. Aunque ahora, en la tierra, es que lo más añoro. Realmente disfruté la vida allá arriba. Es muy simple y satisfactoria, con mucho propósito en todo lo que haces.

¿Aún le queda algún sueño por cumplir?

Salir a dar un paseo espacial... a pesar de haber entrenado mucho para ello, no puedo hacerlo. También me gustaría que el ser humano pisara Marte. Cuando era niña, creí que ser astronauta era explorar nuevos mundos y nuevas civilizaciones.

Confiesa en su libro, ‘Diario de un aprendiz de astronauta’, que no lleva bien la popularidad...

Da un poco de miedo, sí. La gente te mira de otra manera. Es menos natural y por eso me resulta difícil encontrar relaciones auténticas.

En 90% de los astronautas son hombres, ¿la han discriminado?

Probablemente, pero fue lo suficientemente sutil como para haber sido ambiguo. La única vez que encontré un obstáculo claro fue al ponerme el traje EMU que se usa para las caminatas espaciales. No están diseñados para una mujer de tamaño medio. Hay otros casos, como cuando un periodista me preguntó cómo me sentía al ir al espacio con dos hombres tan atractivos, en cuyos fuertes hombros podía apoyarme... Nos estuvimos riendo de eso mucho, mucho tiempo. También hay ventajas: las cenas de mujeres astronautas, donde me informaron sobre el mejor sujetador para ir al espacio y la mejor manera de hacer pis (risas).

La astronauta Samantha Cristoforetti

Samantha, con sus compañeros de expedición: Timothy Peake, Andreas Mogensen y Thomas Pesquet, entrenando en el simulador Soyuz, en el Centro de Entrenamiento de Astronautas Yuri Gagarin de Moscú.

/ Stephane CORVAJA

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