Podcast Woman Business. Lupina Iturriaga, Fintonic: “Los bancos se convertirán en proveedoras de productos, una especie de Amazon de las finanzas”

La protagonista de nuestro podcast de hoy tiene talento para los números y el emprendimiento. Y usó ambos para crear, hace ya 10 años, la app de asesoría financiera Fintonic, que cuenta hoy con un millón de usuarios. Una triunfadora multipremiada en un sector, el fintech (finanzas y tecnología), en el que hacen falta más mujeres.

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Woman Business, el podcast de la revista Woman Madame Figaro.

/ Jorge Arévalo

Hace 10 años, Lupina Iturriaga tuvo la audaz idea de montar un servicio totalmente innovador, una app que ayudaría a los usuarios a tomar buenas decisiones financieras y a contratar los servicios que más se ajustaran a su perfil. “Veíamos que la gente no estaba sacando el máximo partido a su dinero; y decidimos crear un servicio para ayudarles”, dice. Y así, con su socio Sergio Chalbaud, creó Fintonic, una aplicación que ahora tiene un millón de usuarios y que ha convertido a Lupina en una de las 15 mujeres referentes en el sector fintech (financieras tecnológicas), según el Financial Times, y en una de las 25 empresarias más importantes de España para la transformación digital, según el Instituto Coordenadas.

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La clave de su éxito, afirma, fue la independencia. “Fintonic no es un banco, y eso fue lo que convenció a los usuarios cuando nacimos. La gente sabía que se les escapaban cosas: que les cobraban comisiones que podían evitar, que había movimientos duplicados… y nosotros les explicábamos dónde estaban pagando de más y en qué podían rascar. Ahorramos a los usuarios una media de más del 12%, y en pólizas de seguros, más de 1.000 €”. Esto, junto con la simplificación de los trámites (“la gente no cambia a un producto mejor porque comparar es complicado, y no tienen tiempo o es un desgaste”), les llevó a crecer en un camino no exento de riesgos y dificultades. "Nuestra app era algo nuevo. Explicar el concepto a los usuarios era complicado. Y para los inversores también era difícil entender que íbamos a ser capaces montar un marketplace, y que las financieras, las aseguradoras y los bancos iban a entrar en el. Cuando entendieron que la necesidad que había era firme, todo fue mucho más sencillo". Porque, para Iturriaga, cubrir una necesidad es la clave de una start up: "Si la gente necesita ese servicio, todo lo demás llega", afirma.

El sector fintech, sin duda, mira al futuro, y contempla escenarios como la desaparición del dinero en efectivo (“¡ojalá”) o de las sucursales físicas de los bancos. “Tardará, porque hay una parte de la población que aún necesita las sucursales, por edad o para ciertas operaciones. Pero sí, será el futuro. Creemos que los bancos se convertirán en proveedoras de productos, una especie de Amazon de las finanzas en el que tú eliges el mejor producto para ti sin “casarte” con una entidad”.

El compromiso social, según Iturriaga, es también fundamental: “Queremos ayudar a la sociedad a entender mejor sus finanzas, a controlar a sus bancos y a tomar mejores decisiones para obtener la mejor financiación. Esa es nuestra lucha”. Una lucha que a veces se cobra su precio. “De una start up no desconectas nunca, no hay conciliación. Es una locura… pero también una maravilla. Fintonic es mi cuarto hijo”. Eso sí, reconoce que el emprendimiento no es para todo el mundo: “Es lo mejor que yo he hecho en mi vida, pero hay que saber afrontar el riesgo, porque la mayoría de las start ups quiebran. Eso sí, de cada fracaso se aprende. Y es importante saber cuándo hay que aguantar y cuándo tirar la toalla, algo que a los emprendedores nos resulta muy difícil porque somos optimistas por naturaleza”.

Iturriaga no ignora las barreras añadidas del emprendimiento en femenino. “A los hombres, por lo general, les es más fácil levantar dinero, esto es una realidad. Así que mi socio y yo nos dividíamos las presentaciones para que esa parte la llevara él. Es una estrategia que siempre nos ha funcionado, aunque sea un poco triste. Y ahora, aunque hay fondos dirigidos a mujeres, u obligación de que haya una CEO en la empresa… aún sufrimos esta diferencia. Por eso estamos aquí, en este podcast, ¿no?”, sonríe.

A pesar de las dificultades, Iturriaga confía en que la proporción de mujeres en el sector fintech aumente, porque “ahora apenas nos llegan currículos, y no sé por qué; hace unos años había muchas ingenieras y matemáticas. Y ahora no, aunque están muy solicitados. Yo creo que a las chicas les motiva mucho el poder ayudar, y les diría que se plantearan el sector fintech, si se les dan bien los números, la tecnología, el desarrollo… Es algo con lo que pueden contribuir a construir cosas que van a cambiar la sociedad en el futuro. Antes, un matemático iba para profesor; ahora hace unos algoritmos que ayudan a la gente. Así que, por favor, ¡mandadme vuestros currículos!”.

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