Nuria Gago: "Viví todo un viaje con “Patria”, de Fernando Aramburu"

La actriz logra el Premio Azorín 2018 con su segunda novela, en la que pone en valor, con ternura y lucidez, el papel de los ancianos en nuestra sociedad.

Nuria Gago, la actriz premiada

Nuria Gago, fotografiada por Noemí Elías.

/ Noemí Elías

Afirma que a cada uno se le va el corazón con algo... a ella, con la gente mayor. «Es que los ancianos me parecen tan interesantes... Mi abuelo tiene 100 años y yo hablo con él cada tarde, de todo... Mi abuela y él siempre han sido modernos: han mantenido su esencia, amoldándola a un mundo cambiante.» En María Manuera, que murió con alzhéimer hace un par de años, está inspirada esta conmovedora y, sin embargo, divertida novela. «Para mi abuela, que aunque un día se olvidó de su nombre, siempre se acordó de nosotras», escribe la catalana. Una historia que mueve por dentro.

En este momento de tu vida y tras el reconocimiento, ¿qué te sientes más, actriz o escritora?

Pues las dos cosas. Tengo la suerte de haber encontrado dos terrenos en los que me siento feliz y realizada. Y he descubierto que también me gusta trabajar sola y organizarme a mi ritmo, algo que como actriz es impensable, ya que estás siempre pendiente de los demás.

¿Cómo nació tu amor por la escritura?

Escribo desde que puedo recordar... soy hija única y mis padres me tenían casi prohibida la televisión, así que no me quedaba otra que pintar, jugar, escuchar música o leer con ellos. Cuando llegó la adolescencia, la escritura fue un desahogo para ordenar mis ideas, para intentar comprenderme y buscar mi sitio. Y cuando empecé a trabajar, fue mi medicina para no sentirme frustrada en los parones. Luego podía pasar hasta ocho meses sin escribir... las series antes duraban tanto... ¡y yo sin portátil! Siempre ha sido una expresión de mi creatividad.

¿Temes más que no te llamen o que no se presenten las musas?

Nunca me siento forzada a escribir... sabes que si no sale hoy, saldrá mañana. Pero que no te llamen para un proyecto cuando estás a las puertas... es un buen chasco. Los actores estamos habituados a los noes; la sensación de éxito y fracaso es muy relativa y aprendes que siempre se abre otra puerta: si no me hubieran rechazado en los últimos tres trabajos, no hubiera acabado el libro. Llevo más de 15 años trabajando como actriz y estás sometida a un examen continuo. O lo relativizas...

¿Y cómo has llevado el éxito del premio?

Pues, muy sensible desde el 1 de marzo... Estoy en una noria emocional. He recibido tanto amor por parte de mis compañeros y amigos que no he podido obviar lo que está pasando. Tengo la sensación de que me han montado una fiesta sorpresa. Yo he sido la primera sorprendida.

¿Has sentido un salto de calidad entre las dos obras?

Sí, en estos tres años he vivido cosas personales que me han hecho madurar: mi abuela, que siempre ejerció de madre –la mía murió cuando yo era pequeña–, cayó enferma y la estuve acompañando hasta el final, también he cumplido 38 años y vas relativizando. Las cosas de las que me apetece hablar son distintas.

Sabemos que el personaje de María es un homenaje a tu abuela –de hecho, presentaste la novela al Azorín bajo su nombre–, ¿tú eres Lu, la protagonista?

Tengo en común con ella la necesidad de encontrar mi lugar. Cuando parece que ya lo tienes, el mundo cambia y vuelves a empezar... Pero no es una novela autobiográfica.

¿Pero a ti también te han roto el corazón dos veces?

Por supuesto... ¡O más! Pero no pasa nada, es un músculo y se recupera.

Todos los personajes están retratados con mucho cariño excepto la madre...

Es una figura que me genera mucha curiosidad. Nuestras madres, en los años 80, tenían su papel determinado: acabar la universidad, encontrar trabajo y ser madres. ¿Y si te has dejado llevar por la corriente? ¿Y si eres infeliz? ¿Y si cuando ves a tu hijo, ves tu fracaso? Me parece complicado ser madre... Es un viaje, además de una decisión de por vida, y es valiente hablar de ello.

¿Te gustaría que tu próximo trabajo fuera un guion?

Me encantaría, pero en colaboración con otra persona. Además, es una ventana laboral que se abre... molaría hacerlo con Leticia Dolera.

Como lectora, ¿qué te gusta disfrutar?

Leo de todo y de forma compulsiva: si descubro una obra que me interesa, me lo leo todo del autor. Me gustan Paul Auster, Amélie Nothomb, Anna Gavalda, Ray Loriga... y viví todo un viaje con “Patria”, de Aramburu. Y libros de crecimiento personal: me puedo zampar seis de golpe.

¿Qué haces cuando no lees?

Consumo series y cine en plataformas legales. Por la noche, me meto en la cama con la perrina y me hago maratones. Veo series que me gustan, como “Master of None”, dos y tres veces. Y “Girls”, con esas mujeres reales... ¡Qué gusto! ¡Y qué cabeza!

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