Delphine Lehericey: “El patriarcado es una losa sobre la humanidad"

La directora suiza estrena la premiada película ‘El horizonte’, con Laetitia Casta como protagonista en una de las mejores interpretaciones de su carrera. Un filme que narra el tórrido verano del 76 desde los ojos de un adolescente que ve como su familia y el mundo que conoce se desmoronan.

 

Laetitia Casta en 'El horizonte', de la directora Delphine Lehericey.

La actriz Laetitia Casta en 'El horizonte', de la directora Delphine Lehericey.

/ Gjorgji Klincarov

El verano de 1976, una ola de calor asoló Europa. Una terrible sequía afectó, sobre todo, a Francia con graves efectos, cosechas perdidas y ganado sacrificado ante la falta de agua. Justo en esa época se desarrolla la novela ‘El centro del horizonte’, del escritor suizo Roland Buti; una obra premiada con el Prix Suisse de Littérature (2014) que la directora suiza Delphine Lehericey ha convertido en una película fascinante, ‘El horizonte’.

El filme está protagonizado por la actriz Laetitia Casta que interpreta a Nicole y por su hijo en la ficción, el actor adolescente Luc Bruchez. Ambos están extraordinarios en esta película tan hermosa como, a ratos, dolorosa. Porque en medio de una preciosa historia de amor y de búsqueda de libertad entre dos mujeres, un adolescente asiste angustiado a cómo se desmorona su familia y el mundo tal y como lo conoce.

El actor adolescente Luc Bruchez, protagonista de 'El horizonte'.

El actor adolescente Luc Bruchez, protagonista de 'El horizonte'.

/ Gjorgji Klinarov

Se trata de una película sobre una familia en la que cada uno de sus miembros está sumido en una lucha propia. La de la madre por encontrarse a sí misma y darse la libertad para ser y para amar, la del padre contra los elementos que están destruyendo su modo de vida y, aunque él aún no sea consciente, también contra un sistema patriarcal que forma parte de la opresión que siente.

“Creo que el patriarcado es una losa sobre la humanidad y el hombre lo banaliza”, apunta Delphine Lehericey que reconoce que se enamoró de la historia porque ella misma ha pasado una muy similar y desde el primer momento pensó en Casta para protagonizar su película. “Me importaba mucho que el público la creyera, sin juzgarla, sin condenarla. Me parecía que una actriz popular como ella podía conseguirlo y creo que así ha sido”, explica.

Aunque Laetitia Casta está espectacular en el filme, es el joven actor Luc Bruchez, en su papel como Gus, el hijo menor de la pareja, quien ha enamorado a la crítica con su interpretación. Bruchez lleva el peso de la película al convertirse en la mirada de los espectadores que, a través de él, asisten a cómo su familia se resquebraja. Comprender que esa destrucción supone también la creación de un nuevo escenario, quizá más libre para él, seguro que para su madre, será la aventura vital de este adolescente.

Laetitia Casta y Luc Bruchez, madre e hijo en la película 'El horizonte'.

Laetitia Casta y Luc Bruchez, madre e hijo en la película 'El horizonte'.

/ Gjorgji Klinarov

‘El horizonte’ ha cosechado varios galardones, entre ellos el Premio Lurra de Greenpeace, que le entregó el actor Javier Bardem como embajador de la Ong ecologista. El filme muestra la degradación de la relación entre los seres humanos y la naturaleza con la llegada de la agricultura y la ganadería extensiva. Lo resume muy bien el padre de la familia, un campesino abrumado por las deudas contraídas por un gallinero en batería: ‘ahora soy un esclavo’.

Entrevistamos a Delphine Lehericey con motivo del estreno de la película en España el 31 de marzo.

¿Por qué decides hacer El Horizonte, qué te atrajo de la novela de Roland Buti?

Ha sido un encargo bastante particular. Los productores adquirieron los derechos de este libro, que tuvo bastante éxito en Suiza y otros países europeos. Me mandaron un primer guion que se había hecho a partir de la novela. Me atrajo enseguida la historia, el tema. Sobre todo había algunos aspectos personales con los que me sentía identificada, en cuanto a una mujer que deja a su marido por otra mujer, que me atrajo desde el principio.

En la película asistimos al descubrimiento, el surgir del amor entre dos mujeres en una época, los años 70, y un entorno, el rural, donde aquello era muy complicado. ¿Cómo sería para una mujer hoy, crees que habría mucha diferencia?

Creo que hay dos cosas. Por un lado, no creo que la historia en sí se diferenciara mucho de lo que hemos rodado, pero creo que si la hubiera situado en la actualidad me encontraría con un hándicap: los sistemas de comunicación. Hubiera habido menos casualidad, menos poesía. Esos encuentros en el bosque, Gus descubriendo la historia de amor de su madre cómo la descubre… Porque con los medios que hay hoy todo hubiera transcurrido de otra manera, ese es el gran cambio. Pero no creo que hoy habría sido menos traumatizante para cualquier adolescente descubrir esto sobre su madre.

¿Crees que habría sido diferente si el hijo la hubiera descubierto a su madre con un hombre, en lugar de con una mujer?

Creo que la idea de la traición hubiese sido la misma si el amante hubiera sido un hombre. Pero para el hijo es quizá una doble traición porque es una mujer joven, quizá más erótica sobre la que él proyecta su deseo también. Pero, la verdad, que esto ocurriera en el año 76, descubrir la homosexualidad de tu madre, era algo casi extraterrestre y desde luego era algo prohibido, así que supongo que para él era una doble o triple traición.

¿Por qué elegiste a Laetitia Casta para ese papel de Nicole, la madre y esa mujer enamorada llena de pasión?

Para mí Laetitia era la primera opción para el papel. Un día la escuché en un programa de la radio al que había ido como Embajadora de Unicef. Hablaba de niños, precisamente, y enseguida pensé en ella para la película. Además, ella, como madre, tenía la edad perfecta. Pero además, para mí era importante que el personaje lo interpretara una actriz conocida, porque me importaba mucho que el público la creyera, sin juzgarla, sin condenarla. Que la cólera y la rabia de Gus no pesaran sobre la decisión del público. Es decir, que la mirada del adolescente no fuera la primordial para los espectadores, que fuera una mirada más contemporánea, más neutra. Más bien, la mía. Me parecía que una actriz popular podía conseguirlo y creo que así ha sido.

Laetitia Casta y Luc Bruchez, madre e hijo en la película 'El horizonte'.

Laetitia Casta y Luc Bruchez, madre e hijo en la película 'El horizonte'.

/ Gjorgji Klincarov

Laetitia Casta está espectacular en esa historia de amor y, sobre todo, del camino hasta encontrarte a ti misma y darte permiso para ser libre. ¿Cómo trabajaste con ella esa interpretación tan llena de matices?

Con ella todo es muy sencillo. La verdad es que fue muy fácil desde el principio. Le cayó muy bien Luc [Bruchez], que interpreta a Gus, y los dos se entendieron maravillosamente bien. Para mí, eso es muy importante a la hora de rodar. Que se hiciera familia, para que la realidad fuera del plató también tuviese que ver o se pareciera mucho a lo que yo quería contar. Y lo cierto es que desde el primer momento los dos se entendieron y eso facilitó mucho el rodaje.

Uno de los protagonistas de la película es Gus, el hijo adolescente, interpretado magníficamente por el joven actor Luc Bruchez. Se trata de un personaje adolescente, ese momento, muy cinematográfico y literario, en el que se colapsa en hormonas, deseo y ansías de libertad. ¿Qué simboliza Gus para ti?

Es precisamente eso. Pero normalmente todas las historias son contadas a través de la percepción de un adulto, y aquí es todo lo contrario. Se cuenta a través de un niño adolescente. Es como si la cámara fuera la mirada de este niño y eso es lo que me parecía interesante, a diferencia de otras historias. Lo que me parecía muy interesante es que fuera la mirada ese adolescente la que nos contara ese momento tan interesante e intenso de su vida.

Luc Bruchez interpreta a Gus, el adolescente protagonista de 'El horizonte'.

Luc Bruchez interpreta a Gus, el adolescente protagonista de 'El horizonte'.

/ Gjorgji Klincarov

‘El horizonte’ podría ser una película nostálgica, un adolescente, el verano del 76… y sin embargo, ese verano parece casi una pesadilla apocalíptica. Los animales mueren, el calor es agobiante…

Es cierto, es una mezcla las dos cosas. Por un lado es una forma de nostalgia de las películas de finales de los años 70, francesas e italianas, como las de Louis Malle o de [Luigi] Comencini. Quería que todo pareciera realmente del 76, que no sonara a falso y reflejar el ese realismo, quizá hasta algo brutal. Y hay muchas cosas de la película que te resuenan, que ocurrieron entonces pero siguen pasando hoy. Esas olas de calor, el descubrimiento de la sexualidad, de la madre, del amor. Experiencias bonitas y al mismo tiempo de una cierta fatalidad que quería tratar con ese tono, como si hubiera podido ser hoy, pero no lo es.

¿Crees que Gus, cuando crezca, será un hombre libre, libre de esas masculinidades tóxicas que le rodean en la película?

Me dicen que tengo una visión un poco una visión bastante dura de los hombres, casi misándrica. Pero yo creo que tengo una mirada bastante amable tanto de los hombres como de las mujeres, de toda la humanidad. Sin embargo, lo que sí creo es que el patriarcado pesa cada vez más más sobre la humanidad y el hombre lo banaliza. Hay un momento cuando él pregunta ‘pero, ¿qué he hecho?’, porque ya ha llevado el pan a la mesa y le parece que eso es todo. Espero que Gus, cuando crezca, sea más libre y que esté menos sujeto a ese patriarcado. En el libro la cosa termina bastante mal, pero yo he querido ofrecer otro final, más esperanzador.

Fotograma de 'El horizonte', película ganadora del Premio Lurra de Greenpeace.

Fotograma de 'El horizonte', película ganadora del Premio Lurra de Greenpeace.

/ Gjorgji Klincarov

Por último, quería preguntarte por el trasfondo del filme. ‘Los inocentes’, entre otros galardones, se llevó el premio Lurra de Greenpeace en el Festival de San Sebastián. En ella reflejas la belleza del campo, pero también la agresividad del hombre que ya no cuida la naturaleza porque no puede, porque el neoliberalismo se lo impide. Lo dice el padre, ‘ahora soy un esclavo’. ¿Qué querías contar de ese momento de ruptura con la naturaleza?

Yo, desde luego, estoy muy orgullosa de haber recibido este premio porque el cambio climático está ahí y me parece importante hablar de ello. Desde los años 70 en los que se hace la transición de las granjas a una forma de cultivo más extensiva que lleva a la destrucción que ahora estamos viendo, que está ahí y que es una de las temáticas de la novela en la que está basada la película. Me parece importante poder, en el año 2019, poder hacer una película precisamente sobre eso. En estos tiempos tenemos la inspiración de esa joven activista sueca, Greta [Thunberg] https://www.woman.es/lifestyle/ocio/mundial-ambiente-ideas-cuidar-tierra. El personaje de Gus un poco encarna a esa generación joven que mira los adultos que están causando está catástrofe contra la que él no puede nada. Yo no soy militante, soy cineasta, pero al mismo tiempo no puedo ignorar la realidad del mundo. El cambio climático, esa agricultura y ganadería extensivas que al final producen una especie de pesadilla y que es lo que estamos viviendo hoy en día. No soy activista, pero ya no puedes mirar hacia otro lado.

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