Cinco mensajes contra la violencia de género que alguien no pensó muy bien

"No estáis haciendo todo lo que podéis para que no os peguen" y otros mensajes institucionalmente irritantes.

Meteduras de pata

¡Menudas meteduras de pata!

/ Anetlanda

Creemos que hemos avanzado mucho, que ninguna mujer se considera ya menos valiosa que un hombre y que ningún hombre defiende lo beneficioso del bofetón a la esposa histérica. Pero en lo más oscuro de nuestra mente seguimos teniendo una mentalidad heteropatriarcal que sale a la luz en los momentos más incómodos. Por ejemplo, cuando nos encargan una campaña de prevención y condena de la violencia machista.

Repasamos algunos de los 'fails' más épicos en sensibilidad de género, perpetrados por gente que, en teoría, estaba de nuestra parte.

1. ¿Saben aquel de la mujer que tenía las tetas tan grandes que...?

“¿En qué se parecen las mujeres a las pelotas de frontón? En que cuanto más fuerte las pegas, más rápido vuelven”. La intención de esta campaña, puesta en marcha por el Ayuntamiento de Zamora, era denunciar lo denigrante que es el humor sexista. Pero el resultado fue que toda la ciudad quedó empapelada con chistes de mal gusto tamaño XXL, con una pequeña explicación al final sobre el sentido de la acción. Ante las críticas, eso sí, el consistorio modificó la campaña.

2. La gramática, esa z**rra.

Cuando el presente de indicativo se disfraza de imperativo, surge la polémica. El Ayuntamiento de Murcia quería advertir a las mujeres (sobre todo, a las más jóvenes) sobre esas actitudes que no deben consentir a sus parejas: “Controla tu manera de vestir, maquillarte y comportarte en grupo”, decía uno de los carteles. ¿El problema? Que la consigna parece más bien un consejo sobre lo que deberían hacer ellas para ahorrarse conflictos con sus novios.

La polémica campaña de Murcia

La campaña de Murcia, no exáctamente acertada.

/ Ayuntamiento de Murcia

No ayudó que se imprimiera sobre fondo rosa ni que el título de la campaña, “Bloquea el maltrato”, fuera en imperativo. Y aunque algunas frases eran menos ambiguas (“Te hace creer que no vales nada”, “Si vas a algún sitio sin él, te llama constantemente”), la campaña también ha despertado otra queja habitual en este tipo de acciones: pide a las potenciales víctimas, y no a los potenciales agresores, que hagan todo el trabajo (marca tus límites, no consientas el control, denuncia). Otra que ha sido retirada, por cierto.

3. Sí, sí... ¡pero vaya culos!

“El largo de mi falda no te dice que sí”. La intención del Ayuntamiento de Sevilla era buena: no importa cómo vista una mujer, eso no te da derecho sobre ella. El mensaje se dirige al potencial agresor y marca un límite claro. El problema: la imagen que ilustra la campaña es de tres traseros en minifalda, que a) despersonaliza a las víctimas y b) enseña culos para hablar de abstenerse de tocar culos.

Campaña en Sevilla

La confusa campaña sevillana.

/ Ayuntamiento de Sevilla

4. El alcohol saca lo peor de nosotros

No es una acción contra la violencia de género, sino contra el consumo de alcohol en adolescentes, pero también revela cómo les funciona el cerebro a algunos. Y es irónico que sea el Ministerio de Igualdad (y Sanidad y Servicios Sociales) quien haya puesto en marcha una campaña tan poco igualitaria: uno de los carteles, ilustrado con la foto de una jovencita, advierte: “El 68,2% de los menores ha consumido alcohol en el último mes. Tras su consumo, se constata un mayor número de relaciones sexuales sin protección o no consentidas”. Los carteles con rostro masculino, sin embargo, hablaban de daños físicos y conflictos familiares.

Tu hija bebe

El Ministerio de Igualdad metió la pata con esta campaña.

/ Ministerio de Igualdad

5. Las mujeres son... especiales.

Chicos, recordad esto: si la violencia no es la solución, el paternalismo, tampoco. Y cuando la Xunta de Galicia decide hacer una campaña con el eslogan “O mais grande de Galicia non se maltrata”, equiparando señoras y catedrales y poniéndolas en un pedestal para que hagan bonito, vamos por el mal camino: el de la cosificación, la condescendencia y la mirada patriarcal. La ola de protestas fue, como no podía ser menos, monumental.

La campaña de la Xunta

La Xunta comparó mujeres y catedrales.

/ Xunta de Galicia

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