Carola Rackete, el símbolo de la resistencia

La joven capitana alemana se ha convertido en la encarnación de la lucha por la dignidad y la justicia en el Mediterráneo. Sin embargo ha tenido que esconderse debido a las amenazas y ella, como varios activistas más, se enfrentan a penas de cárcel por salvar vidas. Te contamos sus historias.

Carola Rackete, la capitana del barco de rescate Sea Watch 3

Carola Rackete, la capitana del barco de rescate Sea Watch 3.

Carola Rackete, la capitana del barco de rescate Sea Watch 3, se ha convertido en un símbolo, uno más, de la lucha por la vida y<strong>el Mediterráneo</strong>. la justicia en el Mediterráneo. Su decisión de atracar en Lampedusa (Italia) con 42 inmigrantes a bordo a los que habían salvado de morir ahogados hizo que la detuvieran las autoridades del país, pero la noticia corrió como la pólvora y una oleada de apoyo a Rackete y a la organización de rescate marino Sea-Watch se levantó por todo el mundo. Nacida en Preetz, un pequeño municipio alemán de apenas mil habitantes, Rackete acababa de cumplir 31 años cuando fue apresada en italia acusada de desembarcar ilegalmente y de fomentar la inmigración ilegal. Su delito consistía en haber traído a bordo a 402 inmigrantes a los que salvó, junto a su tripulación, de una muerte segura en el mar. Con su detención, Rackete se ha convertido en un símbolo de la lucha por la vida en el Mediterráneo. También en el recordatorio de todo lo que Europa está dejando que ocurra.

Cuando comenzó a trabajar para la organización alemana de rescate marítimo Sea-Watch haciendo operaciones de salvamento en el Mediterráneo, ya contaba con experiencia a bordo de un rompehielos en el Ártico. Al descender de su barco, la capitana fue increpada por hombres que la amenazaban gritándole cosas como 'espero que te violen cuatro negros', ‘¿te gustan las pollas negras?’, o 'los italianos primero', en referencia a una posible violación. Ella siguió caminando sin hacer caso a los insultos, ni a los gritos. Lo primero que manifestó tras su detención fue que lamentaba lo ocurrido. Además, dijo a los medios: “Mi vida ha sido fácil, he podido frecuentar tres universidades, me gradué con 23 años. Soy blanca, alemana, nacida en un país rico y con el pasaporte correcto. Cuando me di cuenta, sentí la obligación moral de ayudar a quien no tenía las mismas oportunidades que yo”.

Carola Rackete, el símbolo de la resistencia

Carola Rackete, el símbolo de la resistencia.

El vicepresidente y Ministro de Interior italiano Matteo Salvini, la que paradójicamente sus seguidores conocen como il Capitano, se apresuró a condenarla como a una ‘criminal”, pero la Ong Sea Watch salió en defensa de su capitana. “Carola se quedó sin elección. Las autoridades de los muchos países con los que se contactó la dejóaron completamente sola ", dijo la portavoz de Sea Watch, Giorgina Linardi. "Durante 17 días no recibió ningún tipo de apoyo por parte de ninguna autoridad, y la única indicación que obtuvo fue la de desembarcar a las personas en Libia, un país en guerra y el mismo desde donde escaparon las personas que rescatamos. Carole tampoco esperaba ese nivel de resistencia por parte de las autoridades ", añadió Linardi. "Es absolutamente cierto que Carola no respetó la orden de detenerse cuando entró en el puerto. ¿Pero era realmente necesario oponerse de esa manera a la maniobra? ¿Era realmente una amenaza tan grande tener una nave de rescate con 40 rescatados a bordo? Todos los días tenemos lo que llamamos desembarques de fantasmas y barcos fantasmas, llenos de personas desesperadas y migrantes que llegan a nuestra costa", reflexionó la portavoz de Sea Watch.

Ciudadanos en defensa de Carola Rackete

Ciudadanos en defensa de Carola Rackete.

Aunque la jueza de Agrigento, donde fue visto su caso, la ha dejado en libertad porque considera que “actuó cumpliendo el deber de salvar vidas, sin embargo Carola Rackete podría enfrentarse a diez años de prisión y a una multa que podría alcanzar los 50.000 euros acusada de favorecer la inmigración ilegal. El próximo 9 de julio deberá comparecer ante la justicia italiana. Su caso no es único. Otra alemana, capitana y bióloga de 36 años, Pia Klemp, se enfrenta junto a su tripulación -entre la que se cuenta el bombero malagueño Miguel Roldán-, a 20 años de condena por fomentar la inmigración ilegal. Su ‘crimen’ es haber rescatado a más de mil personas de morir ahogadas en el mar. Las autoridades consideran sin embargo que así favorece a la inmigración Desde el verano de 2017, su barco, Iuventa, permanece requisado en el puerto de Lampedusa (Italia). En declaraciones a medios alemanes, Klemp ha asegurado que si es condenada irá al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. "Me niego a creer que vivimos en una Europa a la que tienes que ir a la cárcel para salvar vidas necesitadas", manifestó a la emisora pública alemana WDR.

También la española Helena Maleno también fue acusada de tráfico de personas por ayudar a migrantes y se tuvo que enfrentar a los Tribunales marroquíes durante el pasado año hasta que al fin archivaron su causa el pasado marzo, tras intensos meses de desgaste a la activista, a quien incluso prohibieron salir del país. La labor de Maleno es llamar a Salvamento Marítimo o la Marina Marroquí para dar aviso de una patera que se encuentra en dificultades en el Estrecho y lanza avisos también a través de sus redes sociales. Precisamente en las redes miles de internautas se quejan amargamente de que no puede ser delito salvar vidas. Sin embargo, cada ver es más difícil, duro y caro hacerlo. En estos días se ha hecho público que el Gobierno español a través del Ministerio de Fomento ha amenazado a la Ong Open Arms de sanciones de hasta 900.000 euros si continúan con su campaña de rescates. Los responsables del barco Open Arms se han dado por enterados, pero han comunicado que seguirán con su labor y han lamentado que este año ya han muerto 598 personas en el Mediterráneo, más de 1.300 en 2018. Personas que "podrían haber sido rescatadas si fuera voluntad de los países de la Unión Europea”, han recordado.

De momento, y pese a que ha tenido que esconderse -«se encuentra en un lugar secreto debido al gran número de amenazas recibidas», ha declarado el portavoz de la organización alemana Sea-Watch, Ruben Neugebauer, a AFP-, la capitana Rackete parece haber ganado la batalla moral a Salvini y también ante los tribunales, aunque queda saber qué pasará cuando comparezca el 9 de julio. Sin embargo, en las últimas horas los sondeos en Italia dan un aumento de votos de hasta el 40% en la intención de voto al mandatario. Quizá il Capitano piense que esté venciendo en su lucha contoplacista por las urnas, seguramente su mayor interés en esta guerra en la que los únicos que pierden, seguro, son las más de 36.000 que ya han muerto intentando cruzar el Mediterráneo. La cifra de la vergüenza.

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/ FEDERICO GAMBARINI

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