Belly Hernández, de Dorian: "Fue duro que las salas no se llenaran en los primeros años..."

La cara femenina de Dorian hace un parón en su exitosa gira internacional, la de “Justicia Universal”, su sexto disco, para mostrarnos su faceta más potente.

Belly Hernández, la cara femenina de Dorian

La teclista del grupo Dorian, uno de los más longevos de la escena indie electrónica.

/ @Lapantaerarusa

Es una de las mujeres fuertes de la música española actual, capaz de componer brillantes arreglos de sintetizador, piano, guitarra o cuerdas. Tras 14 años de impecable carrera, apuesta por ser un referente para las nuevas generaciones.

¿Ser la única mujer del grupo te ha hecho más resistente?

La fortaleza venía de serie. Como en todos los sectores, en el mundo de la música hay machismo, pero en la escena independiente no me he sentido discriminada, aunque algo sola, sí. Somos pocas.

¿Qué papel tienes en Dorian?

Me considero una pieza fundamental de la banda: soy arreglista, compositora, miembro fundador... como producimos nuestros discos, cada uno tiene también funciones empresariales: llevo la comunicación y los videoclips (es la responsable de que Daniel Brühl, María Valverde o Anna Castillo protagonizaran algunos de ellos).

¿El grupo hubiera sido igual sin ti?

Creo que no, he aportado un toque de feminidad importante y un cuidado especial por la estética (carteles, gráficos). Me gustaría servir de inspiración a otras chicas: que me vean en los teclados, en el escenario, fuerte, hablando ante los medios... debemos tener más visibilidad. Cada vez soy más partidaria de la paridad: necesitamos un empujoncito para avanzar hacia la igualdad. Al menos, ya veo una consciencia en estos últimos años y me hace feliz.

¿Cómo percibes las nuevas generaciones de mujeres?

Muy guerreras, seguras de sí mismas, distintas a las de mi generación y me siento orgullosa. Lo vamos a conseguir.

En vuestro nuevo disco, “Justicia Universal”, habláis de temas como el racismo, la corrupción, el cambio climático... ¿y del #meToo?

Aún no. Solemos hablar de temas que nos preocupan, pero hasta ahora no hemos tocado el feminismo, quizá porque es complicado llevarlo a una letra, como la política... Es Marc quien hace las letras, así que se lo voy a comentar. A mí no se me dan bien, y eso que soy traductora de inglés y alemán. Pero desde 2006 solo hago música...

¿Eres una especie de pegamento para el grupo?

No. Somos una banda muy bien avenida... y los cinco nunca nos hemos llevado tan bien como ahora. No lo tuvimos fácil en los comienzos y el tirar adelante nos unió. Es difícil que acabemos separándonos, porque somos respetuosos y dialogantes. Si después de 14 años no nos hemos enfadado, ya no pasará.

¿Qué ha sido lo mejor y lo peor?

Lo peor fue cuando aún no éramos profesionales y teníamos que trabajar o estudiar además de la música. Tocar en un grupo significa dormir poco, tener horarios cambiados, viajar... era agotador. También fue duro que ninguna discográfica apostara por nosotros o que las salas no se llenaran en los primeros años... ¿Lo mejor? Salir de España y dar a conocer tu música en otros países, tan estimulantes y distintos. Este año hemos editado nuestro disco en Chile, Argentina, Colombia, Perú, México y Estados Unidos... donde hemos tocado por primera vez. Increíble.

¿Pero borrarías los malos momentos?

No, y creo que ha sido bueno crecer de esta forma gradual, porque te hace tomar conciencia de todo lo que has conseguido y tienes los pies en el suelo. Nunca hay que olvidar lo mucho que cuesta llegar y lo afortunado que eres por ello.

¿Has renunciado a tener una familia?

Sí, pero no es algo negativo ni traumático, porque mi forma de vida me gusta y me llena. Me siento realizada... pero si hubiera ido por otro lado, también habría sido feliz.

¿Un recuerdo de vuestra historia?

Uno solo... ¡Uf! Tocar en el Zócalo de México, una de las mayores plazas del mundo, o hacerlo con Calamaro. O cuando ves que el público se sabe tus canciones. Impactante.

Síguele la pista

  • Lo último