La "técnica Alexander" para corregir los daños de los desequilibrios físicos

Así nos afecta el “desequilibrio físico” y así se puede corregir según una técnica desarrollada en el siglo 19 y recuperada en nuestros días.

¿Son los “microactos” la clave de la verdadera felicidad?

Los beneficios de la técnica Alexander
Los beneficios de la técnica Alexander / Istock

¿Sientes a diario que tu vida está en total desequilibrio? Salud descuidada, mucho trabajo y poco descanso... Encontrar el equilibrio es clave para vivir una vida feliz y sin estrés. Decirlo es fácil pero lograrlo, es otra cosa. Aquí es donde la Técnica Alexander entra en juego para ayudar a reequilibrar tu cuerpo y mente.

De sobra sabemos el impacto del estrés en nuestra vida. Todas las presiones de la sociedad moderna en la que estamos sumergidos, nos llevan como si de un precipicio se tratase, a un desequilibrio total: nos afecta hasta en la forma en la que nos movemos. Hemos sido capaces de desarrollar unos malos hábitos inconscientes referidos a nuestra consciencia corporal y a nuestra postura que, a la larga, esto puede llevar a dolores intensos en la espalda, el cuello, las caderas o las rodillas (entre otras cosas). Y aunque solemos pensar que estos dolores son inevitables con la edad, muchas veces se deben a la forma en que nos movemos y las tensiones que acumulamos. ¿Ya te va sonando? 

La técnica Alexander

Todo esto tiene una traducción: desequilibrio físico. Y resulta que en la actualidad, muchos expertos y terapeutas están recogiendo y aplicando los descubrimientos que se hicieron en el siglo XIX, como la famosa técnica Alexander. 

La técnica Alexander se enfoca en el re-equlibrio corporal

La técnica Alexander se enfoca en el re-equilibrio corporal

/ Istock

Se trata de un método de reeducación de nuestra consciencia corporal, enseñándonos a eliminar esos hábitos posturales que pueden estar causando dolores y molestias. Frederick Matthias Alexander, quien inventó la técnica a finales del siglo XIX, descubrió que muchos de los problemas físicos que experimentamos se derivan de estos malos hábitos inconscientes. Y su método pretende ayudar para aprender, de nuevo, a moverte de manera más equilibrada y a liberar tensiones innecesarias. Como si fuéramos niños.

¿En qué consiste?

La Técnica Alexander intenta ayudar a descubrir estos hábitos perjudiciales en la persona y a reemplazarlos por movimientos más naturales y eficientes. Por ejemplo, tal vez tengas la costumbre de cargar más peso en una pierna que en la otra, lo que puede generar dolor en las caderas y aumentar el desgaste de las articulaciones. Con el método, se aprende a equilibrar el peso y a distribuir la tensión de manera uniforme.

Pero profundicemos más. La técnica Alexander se basa en varios principios fundamentales:

  • Conciencia del Cuerpo. Los practicantes aprenden a ser más conscientes de sus movimientos, postura y tensiones en todo el cuerpo. A través de la observación y el autoanálisis, se identifican patrones de comportamiento perjudiciales y se trabaja para corregirlos.
  • Inhibición. Este principio se refiere a la capacidad de detener o evitar patrones de movimiento habituales que puedan ser perjudiciales. Se trata de pausar antes de reaccionar para romper el ciclo de malos hábitos y establecer nuevos comportamientos más saludables.
  • Dirección Consciente. Una vez que se logra la inhibición, se puede enfocar la mente en las nuevas direcciones y movimientos más saludables. Se da prioridad a la longitud y el equilibrio, permitiendo que el cuerpo se mueva de manera más libre y fluida.
  • Uso Global del Cuerpo. La técnica Alexander busca un uso armonioso de todo el cuerpo. No se trata solo de corregir una parte aislada, sino de considerar cómo cada parte afecta al conjunto.
La técnica Alexander busca un uso armonioso de todo el cuerpo

La técnica Alexander busca un uso armonioso de todo el cuerpo

/ Istock

¿Y cómo ayuda?

Este método de reequilibrio físico es como llevar tu cuerpo a revisión. Enseña a moverte con menos presión sobre tu cuerpo y a desarrollar una mejor postura. A diferencia de otros métodos que te dicen qué hacer, la técnica Alexander se centra en lo que NO debes hacer, para evitar dolores y molestias.

Vuelves a aprender a sentarte, a pararte y caminar de manera más eficiente… y todo esto reduce la tensión y el desgaste en las articulaciones. Pero también tiene beneficios más allá de los físicos, porque también puede mejorar la respiración, reducir el estrés y, en general, hacerte sentir más tranquilo y feliz.

Uno de los mayores beneficios es que te ayuda a ser más consciente de tus hábitos. Porque la triste realidad es que en la mayoría de las veces, ni siquiera nos damos cuenta de que estamos haciendo algo perjudicial para nuestro cuerpo. Aprendiendo a ser más conscientes podremos prevenir todo aquello de lo que, sabemos, vamos a sufrir después.

Hablamos del yoga, de la meditación, de los baños de sonido o los baños “de bosque”. Pero a veces, sólo necesitamos ser un poquito más conscientes (y primarios).

Síguele la pista

  • Lo último