La razón más concluyente para que te borres de una vez por todas de Facebook

Entraste como una tromba a Facebook en 2008 o 2009, muy pocos se atrevieron entonces a decir que no.

Cómo salirse de Facebook
Cómo salirse de Facebook / Szymon Brzoska

Una década más tarde, Facebook y su creador, Marck Zuckerberg (venerado durante años por ser el multimillonario más joven del mundo), no hacen más que perder prestigio. Que no dinero. Solo hay que fijarse en las oficinas de ensueño en las que cualquiera desearía trabajar. No hay que olvidar que Zuckerberg es también el dueño de Instagram y Whatsapp que, de momento no muestran síntomas de debilidad.

Mensaje a la entrada de las oficinas de Facebook

Mensaje a la entrada de las oficinas de Facebook.

/ D.R.

Pero volviendo a Facebook. Si antes entrabas a dar un garbeo por la red social entre quince y veinte veces al día ahora entras, como mucho, por la mañana y por la noche. Y te aburres. Ya no es lo que era. La relación va mal y Zuckerberg no hace más que ponerse pesado y sacarte trapos sucios del pasado.

“Facebook empieza a portarse como una pareja que no acepta el final. Javier, mira este recuerdo tuyo de hace dos años. Nos importas. ‘Mira, sugerencias de amistad’. ‘Mira, hemos hecho esto por tu cumpleaños’. Temo que ahora llame al telefonillo diciendo que solo quiere hablar”. Así describía en Twitter @Javbilbao el mal perder de Facebook.

Lo cierto es que hay todo un movimiento global para largarse de Facebook. Y es comprensible. Lo que se ha podido demostrar hasta ahora de su gestión sugiere que no es trigo limpio. La afición a difundir fake news (noticias falsas) para favorecer a personajes como Putin, Trump o Bolsonaro no ayuda, tampoco el comercio con los datos de sus usuarios (sí, nosotros), compartiéndolos una y otra vez, a diestra y siniestra (y a nuestras espaldas) con el mejor postor.

Facebook decidió convertirse en la mejor plataforma de manipulación del mundo. Ya hemos visto a su creador sentarse ante unos jueces que, todo sea dicho, no entendían demasiado bien de que iba su invento. Y aún seguimos en Facebook.

Cierto es que no es la primera vez que hacemos el amago de irnos. En el verano de 2013 hubo un repunte en Google de las búsquedas para darse de baja en la red social. Entonces estábamos enfadados porque se comprobó que nueve empresas tecnológicas, entre ellas Facebook, Google y Apple habían compartido los datos de sus usuarios con la NSA (National Security Agency). Lo que equivalía a haber sido espiados por orden de un gobierno extranjero.

Sin embargo, ahora todo parece distinto y suena mucho peor. Y lo más grave y por lo que hemos dejado de entrar a Facebook es porque se ha convertido en un sitio aburrido.

Mujeres consultando el móvil
Mujeres consultando el móvil / D.R.

Entre sus pecados está haber convertido la información personal en el bien más preciado de la era digital. Facebook ha comercializado los datos de sus más de 2200 millones de usuario con el fin de conseguir “un crecimiento explosivo”, según explica el diario The New York Times.

¿Cómo lo hizo? The New York Times tuvo acceso a documentos internos de Facebook que detallan los acuerdos especiales que firmó con sus socios comerciales a quienes vendían (o venden) nuestros datos.

Por ejemplo, permitió que Bing, el motor de búsqueda de Microsoft, pudiera ver y usar los nombres de todos los amigos de sus usuarios que tenían cuenta en Facebook. Le dio a Netflix y a Spotify la capacidad de leer los mensajes privados que intercambiabas con tus contactos de la red social. Amazon pudo obtener los nombres y la información de contacto de usuarios de Facebook a través de sus amigos que no tenían ni idea de que eso estaba pasando.

Otro periódico de fiar, The Wall Street Journal ha demostrado también que este abuso con los datos lo cometen muchas aplicaciones que han negociado con Facebook compartir hasta la información más íntima de sus usuarios. Y cuando decimos íntima es literal. Por ejemplo, asegura el diario que la aplicación Flo,con más de 70 millones de usuarias que se dan de alta para llevar las cuentas de su menstruación comparte con Facebook la fecha de ovulación de sus usuarias y si tienen o no intención de embarazarse.

La aplicación 'Flo' vende tus datos a Facebook

La aplicación 'Flo' vende tus datos a Facebook.

/ D.R.

HR Monitor que registra el pulso y el ritmo cardíaco de sus más de 100 millones de usuarios le pasa también el soplo a Facebook. La app Realtor dedicada a los negocios inmobiliarios con unos 10 millones de usuarios, le pasa a la compañía de Zuckerberg donde sus usuarios están buscando piso y cuales han sido señalados como favoritos.

Estas conclusiones forman parte de un informe del Parlamento británico que concluye que Facebook es “un gangster digital”.

Probablemente sigas en Facebook, como yo, por inercia. Por lo mismo que uno tarda un año en darse de baja de un gimnasio o en cambiarse de banco. Somos animales de hábitos. Y digámoslo de una vez, muchas veces, de malos hábitos.

Para dar algunas pistas de cómo irse de Facebook podemos seguir la estela de algunos gurús de Internet, gurús de los de verdad, de los que crearon Internet. Uno de ellos es Jaron Leiner que en su libro 'Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato

También la editora de la revista Slate Sannon Palus cuenta su experiencia cuando dejó por segunda vez Facebook. En un artículo asegura que al final fue más fácil de lo que parecía. “La verdad es que ya no obtenía ningún valor de la plataforma (…) Muy pocos de mis amigos reales la usaban habitualmente (…) Facebook se había convertido en algo así como una pelota para el estrés o, quizás como un ‘piti’, algo a lo que estás enganchado instintivamente y que lo usas cuando estás aburrida, cuando te despiertas por la mañana o cuando estás esperando el autobús. Para ella los atractivos de Facebook habían quedado reducidos a ver publicidad de cosas que alguna vez había querido (y buscado en Internet) y a los cotilleos de los amigos que ella llama en su artículo 'vestigial friends', o sea gente que ya no estaba en su vida, excepto vía Facebook, y que por tanto, podía prescindir de ellos sin dolor.

Pero en el fondo la periodista reconoce que se va de Facebook porque se aburre. Y confiesa que lo ha cambiado por Instagram (del mismo dueño). “Otra pelota para el estrés pero al menos todavía es un sitio divertido”, confiesa. ¿Te suena la historia? Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

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