La solución de los dos euros en el radiador: se acabó el pasar frío y preocuparte por la factura

Con la llegada del frío se hace imprescindible evitar cualquier tipo de derroche.

La solución de los dos euros en el radiador: se acabó el pasar frío y preocuparte por la factura
La solución de los dos euros en el radiador: se acabó el pasar frío y preocuparte por la factura / Istock

El invierno general ya está aquí. Esta segunda quincena de noviembre nos depara una ola de frío y mal tiempo que puede reducir significativamente las temperaturas, con mínimas nocturnas a menudo cercanas a los 0 °C. En estas situaciones, se hace imprescindible evitar cualquier tipo de derroche.

También porque las subidas del precio del gas podrían suponer un verdadero golpe para la sostenibilidad de las cuentas de muchas familias. Un aumento de las tarifas podría suponer gastar cientos de euros más en caso de invierno frío. Por eso se hace imprescindible adoptar estrategias útiles para combatir la pérdida de calor. Entre los diversos remedios útiles, hay un truco de la abuela que está de moda entre los aficionados y practicantes de toda Italia, para el que podría servir un simple papel de aluminio: basta con gastar 2 euros en un simple artículo de bajo coste para intentar ahorrar mucho dinero.

Todo ahorrador cuidadoso debería considerar los gastos domésticos como el punto de partida para medir la sostenibilidad de su patrimonio. Por otra parte, la palabra economía, en griego, significa precisamente ocuparse de los gastos domésticos. Dentro de los decálogos de comportamiento propugnados por la Agencia Nacional ENEA sobre cómo reducir los gastos de calefacción, también hay uno sobre la pérdida de calor de nuestros radiadores. Está claro que obstruir el flujo de calor o sufrir el impacto de paredes exteriores especialmente frías puede aumentar mucho el tiempo de encendido del radiador. Por eso, además de evitar las corrientes de aire e invertir en accesorios realmente aislantes, podemos pensar en soluciones alternativas.

Aluminio en el radiador

Entre las más sencillas está la idea de colocar papel de aluminio detrás del radiador, exactamente entre la superficie de la pared y el radiador. Este truco ha estado rebotando últimamente en blogs y de boca en boca. Su punto fuerte es que es extremadamente fácil de aplicar. Se trata del poder aislante del papel de aluminio. Lo único que hay que hacer es identificar las paredes que corren más riesgo por ser exteriores o estar sujetas a filtraciones.

Aplicando papel de aluminio, el calor rebotará en otras direcciones, evitando así chocar con superficies frías. El calor circulará en dirección al interior de la habitación, calentándola rápidamente. Esto reducirá significativamente el tiempo necesario para elevar la temperatura de la habitación. Algunos usuarios sugieren un trabajo más exhaustivo para reducir el impacto estético, por ejemplo instalando una pequeña superficie de plexiglás que se cubrirá con papel de aluminio. De forma mucho más práctica, existe una solución intermedia en el mercado. Se llaman paneles termorreflectantes y están fabricados con materiales mixtos (entre ellos, precisamente, el aluminio). El coste en este caso oscila entre 6 y 15 euros por pieza.

Por supuesto, es importante evitar cualquier obstáculo de seguridad, como un posible contacto entre el radiador y otros materiales.

No olvidemos tampoco el resto de precauciones, como sangrar y evitar elementos diversos y adicionales que obstruyan el calor: entre ellos, la suciedad y las clásicas camisetas puestas a secar.

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