Mujeres estratégicamente seductoras

Demasiadas veces se utiliza el termino sexy para identificar exclusivamente el atractivo sexual, cuando su concepto moderno se corresponde con un poder de seducción mucho más amplio. Todos conocemos a Scarlett Johansson, Penélope Cruz o Shakira, pero solo un grupo pequeño de personas conocen a las cien mujeres más ricas del mundo que acaban de aparecer en la lista Forbes y estas, les aseguro, también son seductoras. Para triunfar en los negocios hay que seducir al mercado, y eso no se consigue enseñando más o menos centímetros de piel.

Es nuestra inteligencia la que nos tiene que enseñar a identificar y a gestionar el miedo a no ser queridas –identitario de las mujeres– y darnos así la posibilidad de incorporar a nuestra vida profesional y personal un comportamiento estratégico que nos hace seductoras. Esa es una variante de la inteligencia que seduce a mujeres y a hombres. Cuando comunicas sin miedo eres carismática y eso, señoras, arrasa más que unas bonitas piernas.

¿Hay que despreciar la capacidad de seducción de la belleza física? Ni hablar: un cuerpo armónico nos dará confianza y nos hará sentir más poderosas, pero hay que tener claro lo que ofrecemos. Si lo que queremos es ser sexies en el sentido más tradicional estamos ofreciendo placer-sumisión; si lo que queremos es ser seductoras, estamos enseñando nuestro poder. Y el poder atrae. Si somos sexies nos ofrecemos a los demás; si somos seductoras los demás se ofrecerán a nosotras.

¿La seducción ahora mismo es imprescindible para el éxito? Yo diría que sí porque seduce quien persigue sus objetivos sin miedo, quien comunica su identidad; seducen las personas a las que les gusta la gente... Seducción es estrategia y, si te sientes sexy, pues mejor.