¿Sientes que te ahogas cuando llevas la mascarilla? Tranquila, estos consejos te ayudarán a relajarte

No estás sola, a muchas también nos pasa y sabemos cómo acabar con esa ansiedad. 

Las mascarillas son ya parte de nuestro look

Las mascarillas son ya parte de nuestro look (@streetstylestars)

 

Ay, amiga, ¡qué duros fueron los primeros días en los que salimos a la calle con mascarilla! Después de tanto tiempo en casa confinadas y sin apenas moverlos, dar dos pasos era como haber corrido la maratón de Nueva York. Y ya si le sumamos que los vaqueros que los vaqueros nos quedaban más ajustados que meses atrás, el caminar con mascarilla era un auténtico estrés. Sí, estrés. Ahora ya han pasado unos meses, pero algunas seguimos teniendo esa sensación de ansiedad y de agobio cuando llega el momento de ponernos la mascarilla. ¿Que a ti también te pasa? Pues, querida, has llegado al mejor sitio porque hemos charlado con Carla Sánchez, cofundadora de la App THE HOLISTIC CONCEPT y experta en bienestar y gestión del estrés, y nos ha dado algunos consejos para familiarizarnos con la mascarilla y que minimicemos -lo máximo posible- el agobio que muchas veces produce usarla.

- Busca una mascarilla con la que te sientas cómoda

Por suerte, cada vez hay más ofertas en mascarillas y no solo nos tenemos que ceñir a las que venden en las farmacias. Las de tela están ganando cada vez más popularidad (y si no tienes una, echa un vistazo al ‘shooping’ que hemos preparado), pero lo importante es que te sientas cómoda. “Tanto en el rostro como en los agarres, que a veces hacen bastante daño o deforman las orejas porque, si encima molesta, la sensación de angustia después de unas horas irá en aumento. No tengas reparo en probar hasta encontrar el modelo que mejor se adapta a tus sensaciones y tus necesidades (tamaño, material, alargador de cintas…). Dependiendo de la salud y el nivel de amenaza que sienta cada uno, recomendamos estudiar bien el modelo de mascarilla con el que nos vamos a sentir más seguros, ya sea quirúrgica, reutilizable, de tela con filtro… pero siempre homologada. Al fin y al cabo, esa es la misión de este complemento, proteger”, dice la especialista.

- Ve cambiado de mascarilla, así que hazte con varias

Sea cual sea tu ocupación profesional conviene tener más de una. “Hay personas que deben llevar mascarilla quirúrgica por su trabajo, pero luego pueden cambiar a un modelo lavable, perfecto para el día a día en la calle. Si no estás bajo esta obligación y no eres hipocondríaco, siempre está bien tener a mano un paquete de mascarillas quirúrgicas para momentos puntuales, y el resto del tiempo manejarte con al menos 2 modelos lavables para que puedas ir cambiándola y mantener una higiene adecuada”, recomienda.

- Cuídalas

Es muy importante el lavado. “Si tu juego de mascarillas es lavable corres el riesgo de pasarte el día respirando detergente y suavizante, que no es bueno ni para tus pulmones ni para tu piel. Preferiblemente, escoge un jabón ecológico y suave para lavar tus mascarillas”, aclara Carla Sánchez. Los de ropa de bebé son perfectos porque su perfume es mínimo (si lo tienen) y son hipoalergénicos. Así evitarás posibles reacciones en la piel y el tejido de la mascarilla durará más. Lávalas siempre en ciclos largos de lavadora y a un mínimo de 60ºC para asegurar una correcta desinfección. Lo ideal es que se sequen al sol para que no queden restos de humedad (otra opción es cerca de la calefacción).

- Ventila de vez en cuando

Si tienes que trabajar todo el día con la mascarilla puesta, exige una buena ventilación en la estancia donde pases gran parte del día. Abre todas las ventanas durante al menos 10-15 minutos y cada 3 horas como mínimo; aunque entre ‘fresquete’ tu aparato respiratorio lo agradecerá. Y si teletrabajas, aunque te libres de estar ‘amordazado’, también es aconsejable acostumbrarse al hábito de ventilar, verás que te ayuda a estar más activo y lúcido.

- Descansa cuando puedas

Igual que te levantas del escritorio para estirar las piernas o haces un ‘break’ para el café a media mañana, la mascarilla hay que quitársela cada cierto tiempo para tomarse un respiro. Una forma sencilla de hacerlo es dirigirte a algún lugar de la oficina o espacio de trabajo donde no haya gente y tengas una ventana a mano. “Ábrela, quítate la mascarilla 5 minutos y simplemente respira profundo y aprovecha para beber agua. Tu cerebro estará encantado tras oxigenarse unos minutos. Repite esta pauta las veces que necesites al día”, recomienda la experta.

- Aprende a respirar

“Por si no lo sabías, tu respiración es una de las herramientas antiestrés más efectivas que existen. No solo está incorporada a tu cuerpo, sino que puedes acudir a ella ante cualquier situación y en cualquier lugar. Merece la pena aprender técnicas respiratorias básicas para calmar la mente, aumentar la energía o centrar el foco. Puedes aplicarlas haciendo esas pausas de toma de oxígeno en la ventana o en cualquier momento del día. Este truco te ayudará a lidiar mejor con tus emociones y a reducir el agobio de la mascarilla-non-stop”, advierte.

- El truco que te relajará

La experiencia de llevar mascarilla puede ser incluso relajante. “Puedes acudir a los aceites esenciales; es importante que sean naturales (no sintéticos) y preferiblemente de origen orgánico, porque los vas a respirar de forma directa. ¡No vale poner tu perfume favorito! Una vez elegido, aplica una gotita mínima en el interior de la mascarilla, mejor si no roza con la piel. ¿Mi recomendación? El aceite esencial de lavanda tiene propiedades calmantes y antiestrés, sin duda es mi favorito. Pero si necesitas un chute de energía también va muy bien la menta piperita, que además de despejar las vías respiratorias, te despierta y aporta vitalidad. Te animo a hacerte con varias esencias y jugar con los distintos aromas y propiedades, ¡es un mundo fascinante! y ayuda mucho a sobrellevar el uso de la mascarilla”, apostilla.

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