El mejor paritorio del mundo es español

Un estudio de arquitectura español formado por dos mujeres se ha alzado con el premio internacional IIDA, el ‘Óscar del diseño sanitario’. ¿Su proyecto? Un espacio para dar a luz con el que cualquier mujer soñaría.

Unidad de parto del Hospital Universitario HM Nuevo Belén en Madrid

El paritorio del Hospital Universitario HM Nuevo Belén premiado.

/ David Frutos

Las arquitectas del estudio español Parra-Müller acaban de recoger en Chicago el premio internacional IIDA de diseño de interiores en el ámbito sanitario, por el proyecto de un paritorio, la nueva unidad de parto del Hospital Universitario HM Nuevo Belén en Madrid.

Antes continuar conviene dejar claro que, aunque suene increíble, los paritorios tradicionalmente han estado pensados para el desarrollo de las técnicas médicas sin tener demasiado en cuenta la comodidad de la mujer. Por eso se da a luz tumbada en lugar de, por ejemplo, sentadas, con lo que sería mucho más fácil empujar. Las tradicionales salas de parto tampoco promueven la movilidad, con sillas móviles, que animen a la mujer a caminar, por ejemplo, para así ayudar con la dilatación… Se trata por supuesto de la típica disyuntiva perversa que nos deja calladas y a la que cualquier madre respondería que ‘primero el bienestar del bebé’. O sea, que se construya en pos de la técnica. Sin embargo, hoy sabemos que tal dilema no tiene razón de ser. La tecnología no está reñida con el bienestar humano. Tampoco con el de las futuras mamás. Así, se puede conjugar sin miedo el confort de la mujer con un parto con todas las garantías. El parirás con dolor ya se ha superado, incluso aunque renuncies a la epidural. Y esto es lo que demuestra el proyecto de Marta Parra y Ángela Müller, las fundadoras del estudio español Arquitectura de Maternidades, en el que ambas diseñan espacios donde se conjuga la más alta tecnología con la comodidad de las mujeres, sus familias, el personal sanitario y los recién nacidos. Se trata de que nadie salga perdiendo pero que al fin se tenga en cuenta, y mucho, la opinión de las futuras madres.

El proyecto de Marta Parra y Ángela Müller en el Hospital Universitario HM Nuevo Belén en Madrid

Paritorio premiado el ‘Óscar del diseño sanitario’.

/ David Frutos

“Llevamos muchos años escuchando a las mujeres y sus historias de parto. Cada una diferente, pero con unos ejes comunes que nos han servido para saber cómo proyectar una sala de partos”, explica Marta Parra que reconoce que “las necesidades de las mujeres no están en la hoja de ruta de la vanguardia arquitectónica. La arquitectura no ha pensado demasiado en las mujeres”. Por eso su estudio intenta paliar esos olvidos. “Se está desterrando definitivamente el modelo en el que la mujer era trasladada de una estancia a otra. Ahora se entiende que lo que necesita una mujer de parto es poder moverse, tumbarse, andar, colgarse, ponerse a cuatro patas, o todo a la vez”, apunta Parra que recuerda el efecto beneficioso del movimiento en los partos. “El reto era generar un espacio que dé solución a todas las necesidades físicas y emocionales de un parto, a través de espacios confortables, funcionales y bellos, está en la base del proyecto”, explica. Reto superado nada menos que con el Óscar de la arquitectura médica, el premio internacional IIDA de diseño de interiores en el ámbito sanitario.

Marta Parra y Ángela Müller reciben el premio internacional IIDA de diseño de interiores en el ámbito sanitario

Un estudio de arquitectura español formado por dos mujeres se ha alzado con el premio internacional IIDA.

/ Christopher Dilts

Preguntamos a Marta Parra por la experiencia para que nos cuente cómo es ‘el mejor paritorio del mundo y nos explique porqué la arquitectura y los espacios pueden llegar a ser ‘el tercer cuidador’ de los pacientes.

¿Cómo os conocisteis Ángela Müller y tu, y por qué decidisteis montar un estudio juntas?

Nos conocimos cuando Ángela vino a estudiar un año a la Escuela de Arquitectura de Madrid, en su año de Erasmus. Después volvió a Austria, y años más tarde, a raíz de fijar su residencia en Madrid, volvimos a contactar cuando se quedó embarazada y buscaba información acerca de dónde parir en Madrid. Yo ya tenía 2 hijos, y le dije que se fuese a Austria a dar a luz, pues en España todos los hospitales eran tremendamente medicalizadores del parto. Hablamos de 2004. A raíz de nuestros partos y experiencias personales, comenzamos a involucrarnos en el activismo por los derechos del parto, conocimos muchas mujeres, nos organizamos y tuvimos la suerte de participar en la elaboración de la Estrategia de Atención al parto Normal del Ministerio. Al saber que ambas éramos arquitectas, el Ministerio nos encargó un estudio acerca de los espacios de las maternidades, que se plasmó en un documento: Arquitectura Integral de Maternidades. Era el primer acercamiento al tema en castellano. A partir de ahí, continuamos investigando y aprendiendo de ejemplos de otros países, incorporando la evidencia científica al diseño, y aunando finalmente nuestra práctica profesional con nuestro activismo con mujeres y bebés.

¿Cómo surge vuestro proyecto de un paritorio, la nueva unidad de parto respetado del Hospital Universitario HM Nuevo Belén en Madrid?

La propuesta de generar una Unidad de Parto normal en el Hospital Nuevo Belén encajó muy bien con la línea de innovación y humanización que en ese momento había en la gerencia del hospital y del grupo, y surgió la oportunidad.

¿Qué tiene este paritorio de especial?

Son unas salas de parto pensadas desde, por y para cada usuario. Los usuarios son las mujeres y sus bebés, y también los profesionales que los atienden, así como los acompañantes y familiares. El reto de generar un espacio que dé solución a todas las necesidades físicas y emocionales de un parto, a través de espacios confortables, funcionales y bellos, está en la base del proyecto. Es un proyecto integral, que no se queda en la decoración, sino que tiene todo lo que se necesita para tener y atender un parto, ubicado de manera que lo que transmite es privacidad, seguridad y confort.

En general, ¿creéis que los espacios relacionados con el parto se hacen pensando en la mujer… o no?

Parece que se está desterrando definitivamente el modelo basado en las secuencias, en el que la mujer era trasladada de una estancia a otra, moviéndose entre ambientes quirúrgicos y hospitalarios, pensados sólo desde la técnica de los procesos. Al cambiar el foco, se entiende que los ingredientes básicos de un parto saludable son la intimidad, la seguridad y la paciencia, y que lo que necesita una mujer de parto es poder moverse, tumbarse, andar, colgarse, ponerse a cuatro patas, o todo a la vez. Así, el espacio cambia drásticamente. El sencillo hecho de sacar el potro del centro de la habitación, desplazar la cama a un extremo y generar un ámbito de movimiento ya tiene un efecto muy positivo en los partos. Si además todo ello forma parte de un proyecto integral, donde equipamiento, vistas, materiales, control lumínico y acústico, etc son tenidos en cuenta, el resultado es drásticamente diferente, mejor.

Para este proyecto, ¿habéis hablado con las principales implicadas: las mujeres?

Por supuesto, llevamos muchos años escuchando a las mujeres y sus historias de parto. Cada una diferente, cada vivencia y necesidades distintas, pero con unos ejes comunes que nos han servido para saber cómo proyectar una sala de partos. También hemos integrado nuestras experiencias, pero ha sido mucho más enriquecedor aprender escuchando a las mujeres.

Sois madres, ¿cómo ha influido eso (o no) en el proyecto?

Las dos somos madres, sumamos seis hijos entre las dos, y cada parto y nacimiento ha sido diferente, especial, algunos más positivos que otros. Nuestras experiencias nos han despertado una sensibilidad especial no solo por las salas de parto, sino por los espacios de neonatología, en los cuales desgraciadamente no se suele tener en cuenta a la madre para que pueda permanecer 24 horas con el bebé, tal como recomienda la evidencia científica. Nuestras parejas han sufrido también la desinformación y alejamiento en el momento del parto, y eso nos ha hecho ponernos en su piel y buscar siempre el confort del acompañante, darle un sitio, un lugar donde no sienta que está entorpeciendo o molestando. Y sí, por supuesto que ha influido en nuestro trabajo. De hecho, lo ha conducido desde el principio. La empatía con las madres y mujeres de parto está en el ADN de nuestro trabajo.

Paritorio que se ha alzado con el premio internacional IIDA

Diseño de Marta Parra y Ángela Müller, las fundadoras del estudio español Arquitectura de Maternidades.

/ David Frutos

El espacio que habéis creado además de parecer muy funcional, tiene un gran atractivo estético. ¿Qué parte ocupa la belleza estética en vuestro diseño?

La belleza es un factor más al que no tenemos que renunciar, sólo por el hecho de estar en un hospital. La belleza, la armonía nos genera bienestar, reduciendo los niveles de estrés y favoreciendo por tanto, el correcto desarrollo del parto. Por tanto, contar con espacios agradables, amables, no es sólo una cuestión superficial: es salud.

¿Tiene la Arquitectura perspectiva de género? ¿Cuál sería o debería de ser?

Tradicionalmente la arquitectura no ha pensado demasiado en las mujeres, y cuando comenzó a hacerlo a principios-mediados del siglo XX, fue desarrollando cocinas más eficientes y modernas. La Historia de la Arquitectura ha obviado siempre a las grandes arquitectas. E la Escuela no estudiamos apenas las obras de arquitectas, aun cuando el siglo XX está lleno de talento de mujeres haciendo arquitectura, junto a hombres, socios o parejas, que absorbieron todo el éxito y reconocimiento. Las escuelas de arquitectura están llenas de mujeres estudiantes muy talentosas. En el profesorado ya aparece un sesgo de género. Y un en 2017, tan solo hay apenas 2 catedráticas de proyectos en toda España. Hay sesgo. Y visibilizar el trabajo de las mujeres arquitectas es una buena manera de contribuir a paliarlo.

¿Se suele olvidar la Arquitectura de las necesidades específicas de la mujer?

Las necesidades y variantes de las mujeres no están en la hoja de ruta de la vanguardia arquitectónica. Ni el diseño industrial de los objetos más cotidianos ni las escalas ni las funciones exclusivamente de mujeres forman parte del pensamiento teórico.

Paritorio diseñador por el estudio español Parra-Müller

Unidad de parto en el Hospital Universitario HM Nuevo Belén en Madrid.

/ David Frutos

Acabáis de recibir el premio internacional de diseño IIDA (International Interior Design Association) en Chicago. ¿Qué supone este reconocimiento para vuestro trabajo? ¿Qué destacaron de vuestro trabajo para dároslo?

El reconocimiento a la innovación que hemos recibido, nos reafirma en la idea motor de que la humanización de los espacios vinculados con la maternidad no es una moda o una tendencia. Es evidencia. Y está aquí para quedarse. Contar con el espacio como “tercer cuidador” es trabajar a favor de la salud y de las personas. No sólo en las áreas de maternidad hospitalaria, sino también en otras áreas con pacientes vulnerables, donde pequeños cambios tienen un alto nivel de impacto en el bienestar de los usuarios.

¿Cómo fue la experiencia de recibir este importante premio?

Tuve la suerte de acudir a recibirlo, y recibir el cariño y admiración de muchos de los grandes estudios estadounidenses de arquitectura sanitaria, que han visto en nuestro proyecto una obra honesta e integral, con un impacto muy positivo en la salud y en la vida de las mujeres.

¿En qué proyectos estáis ahora que nos podáis contar?

Estamos terminando el área de Obstetricia del nuevo hospital de Clínica Navarra en Madrid, con un concepto parecido, pero soluciones formales diferentes, donde vamos un poco más allá integrando la zona de cuidados especiales del bebé dentro de la sala, como sustituto fiable de la cuna térmica, de modo que no haga falta que esté en las salas de parto, generando tranquilidad en las mujeres que ven en la cuna térmica un elemento que puede ser usado en su bebé, generando una sensación de fragilidad. Y estamos desarrollando un Hospital de Día Oncológico en Aranda de Duero, con unos conceptos muy innovadores, donde cada paciente tiene un alto grado de privacidad y confort, donde hemos integrado al acompañante junto al paciente. Está proyectado, además, desde los principios de la arquitectura sostenible y saludable, con materiales y sistemas naturales que generan salud y ahorro energético. Es un edificio muy especial, en el cual los pacientes pueden disfrutar de las vistas de la ribera y el pueblo mientras reciben tratamiento.Y algunos proyectos más en proceso…

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