La experiencia española: "Mis bebés durmieron en una caja de cartón"

Maria Del Carmen Hanninen tiene 52 años y los últimos 27 los ha vivido en Finlandia, su querido país de adopción. Allí trabaja como guía turística en Audrey Tours y ha criado a sus dos hijos, Daniel José, de 25, y Olivia, de 21 años. Ella nos cuenta su experiencia personal con las cajas de cartón para bebés.

Bebé durmiendo
Bebé durmiendo

“En Finlandia el Gobierno regala a las familias una caja de cartón con el nacimiento de cada bebé. A mi me la regalaron con cada uno de mis niños. La caja te llega a las 20 semanas de embarazo. La primera que me mandaron fue en el año 1991. Recuerdo todavía cuando fui al correo para recogerla con mi marido. Ir a por ella es uno de los momentos estelares para las futuras mamás finlandesas. Una vez en casa, la abrimos y me quedé maravillada con todo lo que contenía. ¡Era como una fiesta de 'baby shower’! Como madre primeriza, en realidad yo tenía poca idea de cómo vestir un crío y el contenido de la caja me resolvió esas dudas. Usé toda la ropa que venía en ella. Me fue bastante útil, especialmente con mi primer hijo porque no sabía qué ponerle para el invierno finlandés y las prendas que venían en la caja me ayudaron mucho. No tuve que comprar nada para los primeros seis meses de vida de mi hijo porque la caja tenía todo, desde pañales hasta un mono de nieve. Y, por supuesto, usé la misma caja como cuna para sus primeras seis semanas. Lo hice porque era muy acogedora y estaba hecha con un cartón fuerte y sólido. Entre mi suegra y yo la decoramos con una tela muy bonita. Hoy en día, las paredes de cartón de la caja están decorada con dibujos animados. Así se puede utilizar directamente como cuna sin tener que forrarla como hice yo en 1991.

Cuando, años después, mi hijo Daniel se enteró que había dormido en ella de bebé, llegó a casa y me dijo: ‘Mamá, estoy traumatizado: Acabo de enterarme que dormí las primeras semanas de mi vida en una caja de cartón!'. Yo le respondí : 'Es cierto, ¡pero era una caja muy bonita!’. Los dos nos echamos a reír y se ha convertido en una especie de broma familiar. Estas cajas tienen algo especial porque, como te las regalan al nacer tu bebé, es un recuerdo de ese momento. Os mando una foto de mi hijo Daniel de pequeño jugando encima de la manta que le mandaron a su padre cuando nació en 1966 y que conservó para sus propios hijos. Como veréis, es un diseño llamativo con mucho color, muy de los años 60. Esa manta formó parte de nuestra familia durante 49 años. Mis hijos Daniel y Olivia jugaron muchas veces sobre ella. La guardamos siempre como algo de un gran valor sentimental hasta el año pasado cuando nuestro animalito, una cobaya, murió una tarde. Esa misma noche, mi hija Olivia y yo excavamos un agujero en nuestro jardín, al pie de unos de nuestros árboles favoritos y allí lo enterramos envuelto en ella. Nos dijimos que la manta había llegado a nuestra familia debido a un nacimiento y al final la despedimos con un entierro. Os aseguro que aquella despedida poética nos ayudó a todos contener las lágrimas y a estar un poco menos tristes. Me alegra mucho saber que están copiando la idea en otros países y ojalá sirva para ayudar a otras familias. La caja sirvió al gobierno finlandés para ayudar a reducir la tasa de mortalidad infantil en los años 30. Espero de corazón que sirva igual en todos los países del mundo y que sea tan especial como lo fue para nosotros."

Niño finlandés sobre una manta
Niño finlandés sobre una manta / D.R

 

Síguele la pista

  • Lo último