¿Deberías seguir comiendo trigo?

Sin renunciar a ningún nutriente, te proponemos alternativas saludables que podrás incorporar a tu dieta en forma de carbohidrato.

Trigo, toda la verdad
Trigo, toda la verdad

El trigo ha estado presente en nuestro menú desde que empezamos a recolectar. En forma de hogaza de pan, pasta o bollos es uno de los productos estrella de la dieta diaria occidental. Desde hace algún tiempo, algunos expertos avisan sobre los posibles peligros de su consumo elevado y algunas dietas milagro hablan de suprimirlo radicalmente.

¿Quién tiene la razón? Hablamos con Susana Castañeda, nutricionista y naturópata, sobre las modas de las dietas proteinadas que eliminan el consumo de trigo y carbohidratos: «Son perjudiciales porque cargan el hígado, provocando, en ocasiones, una cetosis –hacen que el cuerpo tire de las reservas de proteínas y grasas como fuente de energía para moverse–, además de causar otra serie de posibles problemas: digestivos, energía baja, mal humor...»

Trigo a examen

Diferentes variantes de trigo.

No debemos eliminar ningún nutriente de nuestra dieta, pero quizá sí es una buena idea sustituir el trigo por otro tipo de cereal que esté menos procesado. «El trigo originario ya no es el mismo, pasó por una serie de transformaciones y, una vez digerido, es prácticamente un azúcar», explica Susana Castañeda, que también nos habla sobre lo que muchos nutricionistas piensan: el trigo actual ha sufrido múltiples transformaciones genéticas que lo han hecho menos digerible que antaño, convirtiéndolo en un hidrato simple, sin casi valor nutricional.

¿La solución? Prueba a introducir otros hidratos complejos en tu dieta: panes integrales o cereales menos procesados como la espelta, el trigo sarraceno, centeno o quinoa.

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