Los tropiezos de las series más emblemáticas de la tele

Hasta las ficciones más alabadas poseen capítulos y temporadas para olvidar. ¿Existe la serie perfecta?

'Homeland'
'Homeland' / D.R.

La mayoría de las ficciones que han triunfado en la pequeña pantalla cuentan con episodios sonrojantes que la crítica y los espectadores se han apresurado a subrayar. ¿Las causas? Abandonos de actores clave, enfados de guionistas, desgaste, falta de inspiración…

Apenas media docena de series de larga duración (entre ellas ‘The Wire’, ‘Los Soprano’, ‘Mad Men’, ‘Breaking Bad’ o  ‘The good wife’) muestran un expediente limpio de reproches en el inflexible mundo de Internet. Frente a ellas, el resto. 

Estos son algunos de esos tropiezos que, seguramente, a los responsables de guión les hubiera gustado enmendar.

‘Homeland’. Los elogios que obtuvo su vibrante primera temporada, en la que una agente de la CIA (Carrie Mathison) investiga a un soldado estadounidense que ha sido rehén en Irak durante ocho años (Nicholas Brody), se acallaron en la tercera entrega.  Lo peor, la inexplicable y larga estancia que el citado Brody pasa en un edificio semiabandonado de Brasil y que fue tildada de “soporífera” por sus seguidores. La serie recobró el tono más adelante.

‘A dos metros bajo tierra’. Convertida en ficción de culto, venerada por todos, la ficción sobre una familia que gestiona una funeraria se distanció ligeramente de la audiencia en su tercera temporada, cuando los capítulos se tornaron más densos, oscuros y, según muchos, monótomos. En la 4ª y 5º renació, gloriosa.

'Chicas Gilmore'
'Chicas Gilmore' / D.R.

‘Gilmore Girls’. Un retrato femenino, dinámico, pop y entretenido. Así se mantuvo hasta su última y séptima temporada, cuando su artífice, Amy Sherman-Palladino, abandonó el proyecto porque sus jefes se negaron a reforzar la plantilla de guionistas. Sus sustitutos se las vieron y se las desearon para mantener la rapidez de los diálogos y el espíritu Gilmore. Pese a sus esfuerzos, esa temporada dejó varias tramas inconclusas. 

‘True detective’. El gran éxito que cosechó su primera temporada en 2014 hizo que HBO proyectara una segunda cuando la primera aún no había concluido sus emisiones. Para ello, contrató nuevos nombres, localizaciones… ¿Un error? Sus acérrimos aún echan en falta el impacto visual de las campiñas del comienzo y la actuación magistral de Matthew McConaughey  en el papel de Rustin Spencer Cohle (‘Rust’).

‘Juego de tronos’. La serie más descargada de Internet tiene un ‘pero’ en su brillante trayectoria: una quinta temporada algo destartalada. Sus críticos más feroces hablan de “tedio” y “tramas frustrantes”. Solo los últimos capítulos y un final impactante parecen salvarla del desastre.

‘True blood’. La serie partía de un planteamiento ingenioso: los vampiros quieren salir del guetto donde viven e integrarse con los humanos. Para ello, los segundos tendrán que superar prejuicios y diferencias. La sorpresa de la primera entrega se vio truncada en la segunda, reducida a los avatares sentimentales de un romance mixto (vampiro-humana) y a un poco interesante caso de sacerdotisas y ménades. 

‘Californication’. Su protagonista, el mujeriego, fracasado e irreverente Hank Moddy (David Duchovny), fue durante años uno de los personajes más gamberros y queridos de la televisión.  Hacia la tercera temporada, su sex appeal dejó de ser tan eficaz para los televidentes, que le tiraron de las orejas en las redes. ¿Tal vez la escasa evolución de su personaje fue lo que le jugó una mala pasada?

‘Lost’ (Perdidos). La recurrente técnica de flash-back que los guionistas emplearon para relatar el pasado de cada uno de sus numerosísimos personajes produjo capítulos irregulares y, en ocasiones, lentos y tediosos en la tercera temporada. Tampoco cuajaron algunos de los nuevos personajes como Nikki y Paolo (precisamente el capítulo que protagonizan está considerado por los ‘losties’ como el peor de la historia de la producción).  Pese a este bache, y la huelga de guionistas que coincidió con la temporada posterior, ‘Perdidos’ demostraría después que aún tenía mucho recorrido.

‘American Horror Story’. La temporada que protagoniza Lady Gaga, la quinta ya, ha logrado devolver interés a una serie que ha dado distintos traspiés. Su aquelarre de monstruos y desalmados despuntó con sus dos aterradoras primeras temporadas, se mantuvo con una tercera y se hundió en la cuarta (‘American Horror Story: Freak Show’). Su pecado: supeditar el hilo argumental a los golpes de efecto. A sus fans tampoco les gustó el episodio de vida más allá con el que la serie se despidió de la que había sido su protagonista durante tantos años: Jessica Lange.

‘The Office’. El abandono en la séptima temporada de Steve Carell, el actor protagonista de la serie, obligó a los guionistas a recomponer la ficción. Sin embargo, no fue fácil y la octava entrega sufrió los estragos de la ausencia del jefe original de la oficina así como el desgaste propio de un producto tan longevo.

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