Cinco razones para ir a ver ‘Tully’... y una para quedarse en casa

Charlize Theron y Mackenzie Davis encarnan a una madre agotada y a una Mary Poppins millennial en una película a dos voces sobre los claroscuros de la maternidad.

Charlize Theron, en un acto en Viaena

Charlize Theron, la protagonista de 'Tully'.

/ Thomas Kronsteiner

El 23 de junio se estrena <strong>Tully'</strong>'Tully', una película sobre una madre más allá del agotamiento (Charlize Theron) que, al nacer su tercera hija, recibe un regalo inesperado: una joven niñera de noche llamada Tully. Tully (Mackenzie Davis, ‘Black Mirror’) es joven, cariñosa, insolente, honesta; resulta una bendición para los niños… y para la madre, Marlo, que, por primera vez en años, encuentra alguien con quien hablar y un espacio para ser una persona además de un suministro andante de cuidados maternales.

Por supuesto, la cosa no termina aquí. Tendréis que ver la película para descubrir (y juzgar) el sorprendente final, pero aquí os damos cinco razones para ir comprando vuestra entrada… y una para no hacerlo.

1. Duelo de creadores

‘Tully’ es la tercera cinta que ruedan a cuatro manos el director Jason Reitman y la guionista Diablo Cody. Reitman ha dicho que a estas alturas, Cody y él tienen un universo imaginario común y que, cada cinco años, hacen una película que describe cierto momento vital de ese mundo paralelo: ‘Juno’ su primera colaboración, trataba sobre crecer demasiado deprisa; 'Young adult' (protagonizada también por Theron), sobre hacerlo demasiado despacio; y ‘Tully’, sobre el cubo de agua fría de madurez que te arroja encima el hecho de tener hijos.

2. Diario de una madre agotada, por dos madres agotadas.

Diablo Cody escribió el guion de ‘Tully’ justo después de dar a luz a su tercer bebé. Charlize lo leyó cuando sus hijos tenían cuatro años y seis meses, y estaba intentando demostrar al mundo que era una buena madre (adoptiva y soltera) entre noches sin pegar ojo y rodajes agotadores. Eso significa que las dos se enfrentaron a esta historia sabiendo de lo que hablaban y con las carnes aún abiertas por la experiencia. Se nota: la Marlo de Diablo y Charlize es una madre de manos torpes y paciencia agotada, que ha ganado peso y perdido atractivo, que sabe que está tratando a sus hijos injustamente (el demandante recibe atención; la obediente queda ignorada) y que convive con un marido bienintencionado, pero en la luna y, en última instancia, egoísta. Como la vida misma, vaya.

3. Duelo de interpretaciones.

Todos sabemos de qué es capaz Charlize Theron. Nos lo demostró en 2003, cuando, harta de encarnar a cuerpazos sin alma, se deformó el rostro y el cuerpo para encarnar a la asesina perturbada de ‘Monster’ y dejó que su talento interpretativo brillara sin apoyo de una belleza perfecta. Ganó un Oscar (y el respeto popular) y nadie volvió a cuestionar su altura interpretativa. Para el papel de Marlo, Charlize pasó tres meses a base de comida basura y acabó con una depresión que, suponemos, la ayudó a construir el personaje. Por su parte, Mackenzie Davis es una joven actriz canadiense que está subiendo discretamente a lo más alto de Hollywood. La hemos visto en la magnífica serie ‘Halt and catch fire’, y también en el que se considera el mejor capítulo de ‘Black mirror’, ‘San Junípero’. La química entre las dos es fascinante.

4. El encanto adictivo de la ‘dramedia’

Según 'The New York Times', ‘Tully’ es una tragedia que se cree comedia. Pero ese es el encanto de las películas que escribe Diablo Cody: una situación trágica, un enfoque humorístico, diálogo vibrante e ingenioso y, en el fondo, un gran poso melancólico de filosofía vital. El cóctel se encuentra a años luz de todos los lugares comunes conocidos y nos mueve tanto a la risa como al llanto. Y, sí, quien lo prueba, repite.

5. ‘Girls just wanna have fun’.

Ay, esa banda sonora. Llena de nostalgia por la juventud que se va, de anhelos de volver a ocupar el centro de nuestras vidas, de energía vital desgastada y nunca recuperada… y, sobre todo, de Cyndi Lauper, símbolo de la juventud perdida de todos los cuarentones de la sala. Si vas a a ver ‘Tully’, lleva los oídos bien abiertos.

6. Pero, entonces, ¿por qué no debería ir a ver ‘Tully’?

Vamos a tener que ser deliberadamente oscuros, porque la razón fundamental es un 'spoiler' como una catedral, relacionado con una noche de juerga y el apellido de soltera de Marlo. Diremos solo que hay sectores de la población muy indignados con esta película, que afirman que ciertas enfermedades mentales no pueden tomarse a la ligera… ni siquiera cuando son perfectas para justificar giros sorprendentes de guión. Tendrás que ver la película hasta el final para entender esta referencia; ya nos dirás si te ha parecido brillante u ofensiva.

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