5 datos sobre 'Un monstruo viene a verme', el drama fantástico de Bayona

Un relato sobre el fin de la infancia, con Felicity Jones y Sigourney Weaver.

Cartel de 'Un monstruo viene a verme'

Cartel de 'Un monstruo viene a verme'.

/ D.R.

Cinco datos para saber más sobre una de las películas más esperadas del otoño.

El director cierra una trilogía

Nadie mejor que J.A. Bayona (Barcelona, 1975) para llevar al cine este drama fantástico sobre un niño que hace frente a la enfermedad de su madre con ayuda de un monstruo imaginario. Con Un monstruo viene a verme, el director cierra una trilogía de relaciones maternofiliales, tras El orfanato (2007) y Lo imposible (2012), películas que comparten, además, temas como la cercanía de la muerte o una infancia problemática con la sombra del acoso escolar. La diferencia, según ha explicado el propio director, es que ésta es su película más personal, ya que, como su protagonista, Bayona estaba obsesionado de pequeño con el dibujo (su padre es pintor). El próximo proyecto de Bayona, tras haber rodado varios episodios de la serie de terror Penny Dreadful, nada tiene que ver con el drama al que nos tiene acostumbrados, aunque, ya ha adelantado, que algo de ello tendrá Jurassic World 2, filme de entretenimiento que supone su debut en EE UU.

Personajes enfrentados al dolor

Un chaval de 12 años llamado Conor (Lewis MacDougall, visto en Pan: Viaje a Nunca Jamás, 2015) pasa por una difícil situación. Lizzie, su madre (Felicity Jones), padece cáncer y su padre los ha abandonado (Toby Kebbell). Su abuela (Sigourney Weaver, galardonada recientemente en el Festival de San Sebastián donde se presentó la película), madre de Lizzie, es una mujer de carácter rígido. Una noche, el niño comienza a recibir la visita de un monstruo (con la voz en la versión original de Liam Neeson). Conor, que tiene una sensibilidad artística especial y se refugia en sus dibujos, aprenderá que para soportar el dolor, entender la muerte, trascender, tiene que acabar con las cosas que le hacen sentirse infeliz.

La inspiración: el libro ilustrado de Patrick Ness

La película se basa en la novela homónima de Patrick Ness y es la primera vez que el director se enfrenta a la adaptación de un libro. La obra le llegó por dos vías diferentes. Por un lado, se la recomendó el guionista de El orfanato y Lo imposible, Sergio G. Sánchez, y, por otro, su propio agente, que fue quien le envió el guión escrito por el propio Patrick Ness. En septiembre, Reservoir Books publicó el libro de 224 páginas en una edición especial que incluye fotogramas de la animación y diseños por ordenador, y las ilustraciones de Jim Kay para la película.

El monstruo con forma de terrorífico árbol

La inspiración fueron las ilustraciones del libro, la imagen de una silueta masculina que representa al hombre en el que se convertirá el chaval algún día. Partiendo de los dibujos de Jim Kay, el ilustrador que pintó con pluma y tinta al monstruo, se crearon maquetas y diferentes diseños gráficos. De ahí surge la masa informe de ojos anaranjados, con raíces y ramas como si fueran tendones y músculos, y las hojas, carne; con trozos de barro y de roca dando forma a los tobillos y talones. El propio Conor dibuja desde pequeño y es el arte el que puede ayudar a que se cure, el arte como llave para superar la muerte. Es el monstruo el que guía a Conor hacia la verdad a través de tres cuentos, pues son los adultos los que, para evitar su sufrimiento, le han ocultado dicha verdad. El monstruo le hará ver que, en realidad, Conor está sufriendo porque no entiende lo que ocurre, que está cambiando y se está haciendo mayor.

Efectos especiales como en El Señor de los Anillos

Para hacer creíble a la criatura de 12 metros, el mismo equipo técnico con el que ha contado Bayona en sus anteriores películas se esforzó porque pareciera lo menos irreal posible, que tuviera alma. Para ello, las empresas El Ranchito y MPC se encargaron de combinar poderosos efectos visuales con detalles más artesanales, la técnica de performance capture, que ha sido empleada en otros grandes filmes como El Señor de los Anillos, de Peter Jackson o el Tintín, de Steven Spielberg. El director creativo Adrián García creó, además, varias piezas muy artísticas y dibujadas a mano, con diseños de trazo suelto y manchas de tinta, generadas en 3D, añadiendo partes dibujadas a mano.

 

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