'La chica a la que no supiste amar', una novela que atrapa, denuncia y estremece

El detective Tony Roures es una feliz invención de la periodista y escritora Marta Robles que en esta última novela 'La chica a la que no supiste amar' cumple su tercer libro de existencia. Podríamos hablar de trilogía, pero estamos seguras de que la historia continuará porque no se puede dejar suelto a tan gran personaje.

La chica a la que no supiste amar, de Marta Robles

La chica a la que no supiste amar, de Marta Robles.

/ D.R.

En esta su última entrega, la escritora Marta Robles se ha adentrado en el sórdido mundo de la trata de mujeres con fines de explotación sexual y la prostitución, con todas sus mafias y vergüenzas, dejando clara su relación o más bien interrelación. Marta sabe bien de lo que habla cuando describe la desgracia de mujeres obligadas a prostituirse, de prostituidores y de proxenetismo y proxenetas. Se ha documentado muy bien. Y, sin embargo, no ha recargado la novela con datos excesivos que la transformarían convirtiéndola en documental en lugar de negra. El resultado es 'La chica que no supiste amar', un libro que no deseas que acabe para conocer mejor todas las tramas, tan desagradables como fascinantes y, sin embargo, deseas alcanzar el final para ver cómo queda la foto del puzzle ya terminado y cuyas piezas van encajando poco a poco, según se suceden las páginas.

El tono desenvuelto, con sentido del humor, con apelaciones permanentes a terrenos conocidos, a temas de actualidad le dan aún más dinamismo al libro. Por otro lado, la presencia de la música que ejerce como un personaje más le otorga tanta modernidad, que cuando acabas desearías crear una lista de Spotify. La novela transcurre con el tono y las fórmulas a los que Marta Robles nos ha acostumbrado, con un Tony Roures duro y vulnerable al tiempo, cuyo pasado le visita permanentemente para permitirle ir resolviendo su presente sentimental y cuyo futuro se le adivina cada vez más feliz profesionalmente hablando y más complicado en lo emocional. Como lectora, le recomiendo que deje de fumar.

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