Jorge Blass: "La magia no está en el truco, sino en la mirada del espectador"

Es uno de los mejores magos del mundo. Su magia es distinta, espectacular. Con mucho humor y maestría, eleva este antiquísimo arte a otro nivel. No puedes perderte “Palabra de mago” (Teatro de la Luz Philips, hasta el 10 de abril).

Jorge Blass, el mago

El mago Jorge Blass fotografiado por Eugenio Recuenco.

/ Eugenio Recuenco

¿Cuáles son los requisitos para ser un buen mago?

El primero y fundamental es tener pasión por la magia, investigar, ser curioso... El segundo, dominar la técnica, hay que ser un excelente ejecutor para que no se vea el truco, practicar mucho; el tercero, dominar la palabra y la mirada para saber dirigir la atención de los espectadores y que el truco acabe siendo memorable.

Los magos tienen un poco de actores, de comunicadores, de malabaristas, de científicos...

Yo creo que somos más bien intérpretes, como los músicos. Aunque es verdad que utilizamos muchas de las herramientas de los actores, lo cierto es que no hacemos ningún papel sobre el escenario. Yo soy yo, aunque en una faceta muy concreta de mi mismo: haciendo una actividad artística.

¿Dónde reside la magia?

No está en el truco, ni siquiera en el mago, sino en la mirada del espectador ilusionado. La gente no quiere conocer los trucos... No digo que no sientan curiosidad, pero lo que quieren es que les hagas soñar. Por eso no han funcionado los programas de televisión en los que se desvela todo.

¿Uno es mago 24 horas? ¿Eres muy intenso en tu día a día?

Reconozco que me cuesta desconectar. En cuanto termino un proyecto, no pasan dos días sin que esté poniendo en marcha otro. ¡Es que me apasiona mi trabajo! Pero también soy un adicto al cine y a las series, aunque no veo la tele desde hace varios años...

¿Y eso?

No ha sido algo premeditado: he ido perdiendo la costumbre... Tengo un hijo de 4 años, Max, y ya sabes que los baños y las cenas suelen coincidir con la hora del Telediario y el prime time. Lo que sí veo bastante es el canal de dibujos: Clan TVE. Y leo mucho, sobre muchas cosas. Me encantan los libros motivacionales. "El elemento", de Ken Robinson, se lo he regalado a muchos de mis amigos. Es la única persona en el mundo que pagaría por conocer...

¿En serio, por qué?

Porque me parece un tío brillante y divertido. Él opina que los colegios acaban con la creatividad. En la escuela nos enseñan a penalizar las equivocaciones y a premiar los aciertos. Crean profesores de universidad. Pero sólo se puede avanzar si uno es creativo sin miedo, si prueba y se equivoca miles de veces... Sólo así se progresa. A mí me sucedió de pequeño: nos cuesta encontrar una pasión que se nos dé bien.

¿Cuando uno ha visto un show tuyo, cuánto tiene que esperar para el próximo?

(Risas). Un par de años... Cada año introduzco cosas nuevas, sobre todo porque soy el director del Festival Internacional de Magia y eso me obliga a reciclarme. Traigo a los 8 mejores magos de todo el mundo y hacen un show rápido, así que tengo que crear un par de piezas nuevas. Es todo un reto creativo. Y no trabajo solo: tengo un equipo de 3 o 4 personas conmigo.

¿Qué truco nunca harías?

El de la guillotina. Me parece desagradable. Y aquí uno viene a pasarlo bien.

El mago Jorge Blass

El mago Jorge Blass. Foto: Eugenio Recuenco.

/ Eugenio Recuenco

¿De qué truco te sientes más orgulloso?

El de Facebook, que me costó 4 años sacarlo adelante. Me lo compró David Copperfield hace poco para introducirlo en su show de Las Vegas. Cuando me llamó al móvil, creí que me estaban tomando el pelo... Pero no. Ha sido un referente para mí desde los 12 años, ¡imagínate!

¿Y cómo es Copperfield de cerca?

Pues un adicto al trabajo. Hace dos shows diarios y, los sábados, tres. Es un tío que se ha ido actualizando después de la revolución que supuso su trabajo en los años 90. Lo suyo es otra liga...

Pero tu mentor siempre ha sido Juan Tamariz... ¿En qué te pareces al maestro?

En la forma de entender la magia y de construir los trucos, de una forma muy elaborada, con una gran sorpresa final. Él es un genio, al nivel de Buñuel en el cine o de Dalí en el arte; una persona encantadora y generosa que ha creado escuela, porque le interesa mucho enseñar lo que sabe. Disfruta transmitiendo sus conocimientos y eso es un lujo. ¿En qué discrepamos? Pues en la puesta en escena. Él es mucho más campechano... Ha sido un rompedor, con esa estética tan... Suya (risas).

¿Por qué hay tan pocas mujeres magas?

Supongo que como en todos los aspectos de la vida: han tenido menos oportunidades de realizarse. Pero cada vez hay más y buenísimas. Además, ellas aderezan la magia con toques mucho más artísticos y cuidan más la imagen. Está Galina, una ucraniana que trabaja con la danza y una bola flotante maravillosa y la americana Tina Lenert, que hace magia dramatizada... Una Cenicienta mágica. Además, está demostrado que son las mujeres las que compran las entradas del teatro, así que hay que tenerlas muy en cuenta...

¿Qué es lo más difícil de trabajar en el extranjero?

Lo que peor llevo es hablar en chino. Me aprendo el guión de memoria... Pero lo llevo fatal.

¿Qué leyenda urbana más rara han contado sobre ti?

¿Que soy gay?

Bueno, hemos oído una de que te ponías a hacer magia en un avión retrasado cuando la gente se empezaba a poner nerviosa...

Falso. Yo a los aviones los tengo muchísimo respeto. El atacado sería yo, sin duda. Que los aviones puedan volar sí que parece magia, pero de la buena.

Síguele la pista

  • Lo último