Hay un truco para resolver el dilema más buscado: qué hacer para que no se empañen las gafas cuando te pones mascarilla

Hay diferentes soluciones, pero unas son más adecuadas que otras. 

Mujer con gafas y mascarilla dando un paseo
Mujer con gafas y mascarilla dando un paseo / Nevena1987

¿Te ha ocurrido que al entrar en un establecimiento con tu mascarilla y tus gafas estas últimas se hayan empañado, dificultando la visibilidad? ¡No eres la única! Y tiene explicación: sucede cuando los cristales (una superficie fría) entran en contacto con aire cargado de vapor que está a una temperatura más elevada.

Si antes esto se producía cuando bebías una bebida caliente o, por ejemplo, cuando abrías la puerta del lavavajillas o del horno, ahora el número de ocasiones se ha multiplicado por el uso de mascarilla. Sin embargo, hay solución, nos recuerdan desde la óptica GreyGlasses, cuyos expertos nos facilitan seis métodos, algunos inspirados en la experiencia de buceadores y profesionales de natación, así cómo pros y contras de cada uno. Elige el que se adecúe más a tu situación:

1. Tratamientos anti-vaho.

Este tipo de tratamiento es usual en los nadadores para evitar que se empañasen las gafas durante la competición. Consiste en convertir el vaho en pequeñas gotitas de agua evitando así la capa blanquecina que aparece en las gafas cuando se empañan. El inconveniente es que las gafas tienden a ensuciarse más rápido por lo que no es 100% recomendable cambiar el cristal solo por ese motivo.

2. Limpieza con una pastilla de jabón.

Es el truco más efectivo y famoso para evitar que las gafas se empañen. Con una pastilla de jabón neutra convencional se pinta con cuidado la parte interna de la lente. A continuación, con una gamuza se extiende el jabón por toda la superficie. En el caso de los buceadores, también pueden utilizar pasta de dientes en sus gafas y tratarlas de la misma manera que el jabón. Sin embargo, para las gafas del día a día no es recomendable ya que son más delicadas y la pasta de dientes es más abrasiva y puede dañar la superficie de la lente.

3. Adaptar la mascarilla a cada rostro.

Aunque todas las mascarillas pueden hacer que salga el vapor de aire hacia las gafas, el modo de colocarla puede influir para que se empañen más o menos. Intentar ajustar la mascarilla lo máximo posible al rostro y una vez conseguido, colocar las gafas sobre esta para que también haga presión. Así dejaremos salir la menor cantidad de aire posible.

4. Calentar con el vaho de la boca las lentes.

Puede ser efectivo en un primer momento, pero al rato volverán a su temperatura habitual y se empañarán por lo que no es totalmente efectivo. Sí lo es para un tiempo corto.

5. Pegar un trozo de esparadrapo.

Adherir un trozo de esparadrapo para evitar que salga el aire de la mascarilla hacia arriba sí es efectivo. Sin embargo, hay que tener cuidado y utilizar un esparadrapo que sea válido ya que puede ocasionar alguna herida al retirarlo si no se hace con cuidado.

6. Aumentar la higiene de las gafas.

No hay que olvidar que estas pueden ser un foco de infección al estar expuestas a agentes externos. Las micropartículas que producen la tos o el tocar las gafas constantemente con las manos hacen que puedan estar infectadas. Para lavarlas de forma correcta es necesario lavar las manos antes de tocar las gafas, poner una gota de jabón suave de manos en cada lente (evitar jabones desengrasantes concentrados que puedan dañar las propiedades y tratamientos de las lentes) y extender con la yema de los dedos, limpiando la parte externa e interna de la lente, sin olvidar la montura. No hay que olvidarse de limpiar también las patillas y las plaquetas o almohadillas de la nariz. Finalmente, se deben enjuagar bien con agua para que no quede ningún resto de jabón y secar las gafas con un paño de algodón que no suelte partículas ni pelusas.

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