Día Mundial del Refugiado: ¿Qué harías si te vieras obligado a abandonar tu hogar?

Hoy, 20 de junio, se celebra el Día Mundial de los Refugiados, pero celebrar quizá sea un verbo demasiado festivo. Quizá fuera más apropiado decir que este día es un recordatorio de la situación terrible que obliga a miles de familias a abandonar sus hogares para salvar sus vidas, y que es una fecha para demostrar que todos estamos de parte de los refugiados.

En la actualidad, más de 68 millones de personas en todo el mundo son refugiados o desplazados internos como consecuencia de los conflictos o la persecución. O sea, el equivalente a toda la población de España y Portugal junta. ¿Puedes imaginarlo?

Quienes trabajan habitualmente con personas refugiadas suelen desmontar con presteza todos los mitos y leyendas que acompañan a quienes huyen de las guerras, los conflictos o la pobreza extrema y el hambre. Sin ir más lejos, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) que desde el año 1979 trabaja para que las personas refugiadas, apátridas y migrantes en situación de vulnerabilidad vean reconocidos y respetados sus derechos, ha escrito incluso un artículo para desmontar esos mitos que no esconden más que racismo.

Este año, con motivo del Día Mundial de los Refugiados, el Secretario General de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ha lanzado una pregunta al mundo para hacernos reflexionar: ¿Qué harían ustedes si se vieran obligados a abandonar sus hogares?

A raíz de esta cuestión, hemos preguntado a varias personas que han estado en terreno, que trabajan día a día con las personas refugiadas para que, a través de su experiencia en primera persona, pongan voz, razón y emociones a una crisis que asola el mundo y que deja en evidencia a los países más ricos del mundo y a los ciudadanos que las poblamos. Estas son sus palabras.

Diana Valcárcel, directora de Comunicación de UNICEF Comité Español.

¿Cuál te parece el mito recurrente sobre los refugiados y cómo lo desmontarías?

"El otro día mientras tomaba un café en una terraza escuchaba a un grupo de gente hablar sobre los refugiados y migrantes que venían en el Aquarius y me dolieron los oídos. Oí los lugares comunes más simplistas e hirientes. No lo podría repetir… Más que mitos, creo que es necesario recordar que una persona refugiada es aquella que huye del conflicto y la persecución. Según ACNUR, "su condición y su protección están definidas por el derecho internacional, y no deben ser expulsadas o retornadas a situaciones en las que sus vidas y sus libertades corran riesgo". Creo que esto deja claro la vulnerabilidad a la que están sometidas y también la protección que deben de tener".

De tu trabajo con las personas refugiadas o desplazadas, ¿qué historia compartirías con nosotros para poder ponernos en su piel?

En una visita que hice hace dos años para conocer a niños y familias refugiadas sirias en Líbano conocí a Aya, que entonces tenía 17 años. Acababa de llegar con su familia desde Homs, su ciudad natal. Me enseñó una foto en su móvil de su casa destruida por las bombas. Intenté imaginarme el impacto de que tu casa y todas tus pertenencias desaparezcan. He seguido en contacto con Aya desde entonces. Las redes sociales nos han ayudado a ello. Me encanta saber cómo está, cómo avanza sus estudios, me cuenta sus ilusiones y también sus amores y desamores. Aya podría ser como mi sobrina que tiene su misma edad, pero resulta que ella no puede vivir en su país ni en su casa. Admiro la fortaleza y la dignidad de estas personas.

¿Qué harías tu si te vieras obligado/a a abandonar tu hogar?

Intentaría irme con las personas que más quiero porque imagino que eso reduciría el dolor del desarraigo.

Qué foto representa para ti la crisis de refugiados.

Cuando estuve en Jordania visitando a familias refugiadas sirias, una de ellas, la de Mohamed, nos preparó en el suelo de su casa, una comida con lo mejor que tenían. Los sirios son, culturalmente, uno de los pueblos más acogedores. Al ser recibida así en aquella casa, con tanto cariño y dignidad, me hizo pensar en la antítesis que están viviendo ellos en su huida. Creo que el valor de la acogida debería estar profundamente arraigado en nuestra vida.

María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España.

¿Cuál te parece el mito recurrente sobre los refugiados y cómo lo desmontarías?

¡Nadie nos invade! Los refugiados no llegan a Europa, no pueden; no les dejamos. En 2017 se registraron entre los 28 países de la Unión Europea 656.000 nuevas solicitudes de asilo (de las que Alemania contabilizó 200.000). Un país como Uganda, acoge a cerca de un millón de refugiados. El 85% de los refugiados se encuentran en países en vías de desarrollo o más desfavorecidos.

De tu trabajo con las personas refugiadas o desplazadas, ¿qué historia compartirías con nosotros para poder ponernos en su piel?

La historia de Hanisho, una mujer de 21 años de Sudán que llega sola con sus dos hijos pequeños a un campo de refugiados al este de Etiopía huyendo del conflicto en su país y es la segunda vez que se convierte en refugiada. Con tan solo 5 años, tuvo que abandonar su país con sus padres y refugiarse en Etiopía. Durante los 10 años que pasó en el campo de refugiados, con el apoyo de ACNUR, pudo estudiar antes de repatriarse voluntariamente a Sudán. Esta joven ahora, habla bien inglés, tiene formación y se erige en lideresa de las mujeres del campo donde al poco comienza a trabajar para una ONG de apoyo. Triste que su historia de desarraigo se repita, pero alegre el ver que la ayuda que se ofrece a los refugiados en los campos impacta positivamente en su futuro.

¿Qué harías tu si te vieras obligado/a a abandonar tu hogar?

Lo mismo que hacen las madres de miles de niños y niñas refugiadas, intentar cruzar fronteras hasta llegar a algún país seguro. Y si ningún país nos diera visado y nos permitiera que mis hijos se pusieran a salvo, me empeñaría hasta las cejas para que salieran por cualquier medio, aunque fuera poniéndolos en manos de redes de tráfico que nos prometieran llegar a algún lugar seguro. De todos modos, el riesgo de morir bajo las bombas es a veces tan alto como el de morir a manos de traficantes o ahogados en el Mediterráneo (más de 15.000 en 4 años).

¿Qué foto representa para ti la crisis de refugiados?

El dibujo de un niño eritreo en un campo de refugiados que llegó solo a Etiopía. En él representó lo que vivió en su país y los peligros del trayecto. La foto es de una sesión de arte-terapia con estos niños, que les sirve para liberar emociones, traumas, miedos

y angustias que a veces no pueden verbalizar. La hice hace unas semanas en el campo de Shire al norte de Etiopía, un país que acoge a 34.000 refugiados de Eritrea; el 34% de ellos son menores solos que han cruzado la frontera sin sus padres.

Eva Garzón, responsable de Desplazamiento Global de Oxfam Intermón

¿Cuál te parece el mito recurrente sobre los refugiados y cómo lo desmontarías?

Que todos los refugiados quieren venir a Europa. Cómo desmontarlo: Solamente Pakistán acoge en la actualidad casi el mismo número de refugiados que Europa en su conjunto. Y Turquía, más del doble. El 80% de las personas que se desplazan en África se queda dentro del continente, y el 90% si nos centramos en África del Oeste. Además Europa es, después de Asia, la segunda región que emite más migrantes internacionales.

De tu trabajo con las personas refugiadas o desplazadas, ¿qué historia compartirías con nosotros para poder ponernos en su piel?

La de las mujeres que, en países como Chad, se quedan al cargo de los hogares cuando los hombres se marchan. Lo hacen a menudo con la responsabilidad de mantener a la familia pero sin derechos básicos como el acceso a la propiedad de la tierra o a emprender actividades económicas. Y ellas aprovechan un contexto tan adverso para avanzar en la conquista de sus derechos fundamentales logrando cambios profundos en las normas y prácticas sociales.

¿Qué harías tu si te vieras obligada a abandonar tu hogar?

Buscar la forma de mantenerme en contacto con mis seres queridos.

Qué foto representa para ti la crisis de refugiados.

Esta imagen de Pablo Tosco / Oxfam Intermón de la Puerta de Europa en la isla de Lampedusa.