Cómo aprovechar la pandemia para cambiar nuestra vida

Elsa Punset nos da las claves para cambiar a mejor en su recién publicado libro “Fuertes, libres y nómadas” (Destino). Nos adelanta algunas en esta entrevista.

Elsa Punset

La divulgadora Elsa Punset con su nuevo libro "Fuertes, libres y nómadas".

/ Cortesía Destino

Tiene la misma capacidad de divulgación que su padre, el malogrado y entrañable Eduard Punset, a quien ella califica como “un optimista radical”. Y gracias a ese mismo don, Elsa Punset nos regala libros llenos de datos científicos accesibles, consejos sabios y mensajes esperanzadores.

El último, recién salido del horno, lo ha titulado “Fuertes, libres y nómadas” (Destino), tres adjetivos que definen cómo deberíamos ser si atendemos a nuestros ancestros. Tres atributos a los que podríamos aspirar ahora, en plena crisis sanitaria, un momento que deberíamos vivir como «una oportunidad para transformar nuestras vidas y, con ellas, el mundo en el que vivimos».

¿Por qué una crisis como la que estamos viviendo con esta pandemia es un contexto propicio para cambiar y mejorar nuestras vidas?

Porque los humanos preferimos lo malo conocido antes que lo bueno por conocer. ¡Estamos programados así! Los cambios nos cansan, nos asustan y nos duelen. Preferimos adaptarnos a las cosas, antes que arriesgarnos a cambiar.

Pero la esencia de la vida es avanzar, aunque sea de forma rápida y forzada, como ahora. Por eso comparto en mi libro, “Fuertes, Libres y Nómadas”, propuestas concretas y prácticas para aprovechar esta ola de cambio y estos tiempos extraordinarios.

Elsa Punset, Fuertes, libres y nómadas

Portada de "Fuertes, libres y nómadas", de Elsa Punset.

/ Cortesía Destino

¿El optimismo nace o se hace? ¿Podemos cambiar nuestra mente para ser más optimistas? ¿Cómo?

Son tres preguntas en una, pero como soy una gran optimista, voy a intentar contestarlas (risas). Los optimistas tienen los mismos problemas y retos que los pesimistas, pero a diferencia de estos últimos, confían en sus propios recursos y buscan soluciones de forma activa. Por ello, ser optimista trae grandes beneficios: más amigos, mejor salud, más recursos…

El optimismo tiene un componente genético, pero afortunadamente puede fortalecerse practicando los hábitos de vida típicos de los grandes optimistas. ¡Y son esos hábitos cotidianos los que he querido recopilar y compartir con los lectores!

¿Qué es el optimismo inteligente?

El optimista se reconoce porque es activo: se pone manos a la obra y resuelve problemas. Encuentra una solución o se adapta. Por eso es inteligente. El pesimista en cambio se siente impotente, y eso desmotiva, así que bajo su influjo tendemos a quejarnos, resignarnos o amargarnos. No merece la pena, es mucho ruido para pocas nueces.

Hablas del rewilding o el regreso una naturaleza, ¿de qué manera nos puede ayudar pequeños gestos como meter las manos en la tierra, nadar en agua fría o practicar un baño de bosque?

Llevamos siglos convencidos de que estamos separados o por encima de la naturaleza. ¡Qué gran error! Formamos parte del mundo natural, somos naturaleza, o como dice tan poéticamente el naturalista Joaquin Araujo, “éramos bosque que un día bajó por la ramas y echó a andar.”

Necesitamos urgentemente regresar a nuestra esencia natural, a la de nuestros antepasados, esos hombres y mujeres fuertes, libres y nómadas que vivían pegados a los ciclos naturales. Esa parte de nosotros clama por volver a perdernos en un bosque, por meter las manos en la tierra, por bañarnos en aguas frías, por comer comida real y por sentirnos vivos. ¡Pruébenlo! Ojalá los lectores encuentren razones y propuestas para lograrlo en mi libro. ¡Hay que volver a la vida!

Elsa Punset

Elsa Punset lanza su libro "Fuertes, libres y nómadas" (Destino).

/ Cortesía Destino

En tu libro admites que se está luchando mucho por la raza, la mujer y la identidad sexual, pero existe un prejuicio por el que queda todo por hacer: el edadismo. Cuéntanos cómo deshacernos de esa prisión que es la edad.

La edad no es una prisión, es un estado biológico natural que aporta ventajas y desventajas. La prisión la generamos los humanos cuando despreciamos y minusvaloramos a las personas a medida que envejecen, impidiendo que puedan (que podamos) vivir libre y creativamente. La prisión son nuestros prejuicios.

Podemos superar el edadismo como superamos todos los demás prejuicios, como el racismo o el sexismo: analizando el prejuicio con honradez, encontrando las palabras justas y respetuosas para hablar y definirnos, educando a las nuevas generaciones para que crezcan libres de él y legislando para que la sociedad no nos castigue por cumplir años.

No hablemos de distancia social, sino física. ¿por qué las relaciones y el amor son los mejores indicadores de felicidad?

Al contrario, ¡no hablemos de distancia física!... Hoy en día es tan fácil superarla, tenemos la tecnología y la empatía para hacerlo. Solo falta la voluntad. En cambio, no podemos vivir con distancia social- es decir, sin reconocer nuestra enorme interdependencia, sin el afecto y la generosidad de los demás. Somos seres sociales, en los demás está nuestra protección, nuestra salud mental y física, nuestra alegría y nuestra motivación.

Sin embargo, muchas parejas que han convivido durante tanto tiempo encerrados en casa han pasado por una crisis e incluso una posterior separación, ¿cómo evitar que estos tiempos afecten negativamente a la pareja?

Le propongo que lo miremos desde otro ángulo. El confinamiento podría ser una oportunidad única para tomarle la medida real a nuestra pareja. Tras estos meses de convivencia intensa, ¿cómo se sienten? Todas las parejas tienen sus zonas de conflicto, pero básicamente, como en cualquier relación humana, en una pareja la alegría debería pesar mucho más que la negatividad.

Algunas pistas para cuidarnos más y cuidar más a nuestra gente.

Mirarse a los ojos (es una forma infalible de reconectar), abrazar y achuchar a diario, decir palabras de aliento y de afirmación, hablar y escucharse por turnos, pasar juntos tiempo de calidad, agradecer todas las cosas buenas compartidas, reír con frecuencia y por cualquier cosa, comer sano y hacer deporte juntos.

Tu libro contiene varios códigos QR para la práctica de meditaciones. Todo el mundo habla ahora de meditación, ¿realmente nos puede cambiar la vida?

Fuertes, Libres y Nómadas” incluye cuatro meditaciones, una al final de cada capítulo. Ninguna meditación va a cambiarte la vida, pero me encantaría que pudiera ofrecer a los lectores un lugar de paz donde respirar, relajarse y reconectar consigo mismos.

¿De qué manera podemos conseguir que esta crisis sirva para que haya mayor justicia social?

Decía Leonard Cohen que todo tiene una grieta: así es como entra la luz. Cada acontecimiento traumático- una guerra, una revolución, una pandemia- nos invita a reconstruir después de la tormenta. Reconstruir para que haya mayor justicia e igualdad depende de cada uno de nosotros. Por eso he escrito este libro, para acompañar al lector con propuestas concretas y prácticas para que forma parte del cambio, porque como dice Barack Obama, que el mundo cambie a mejor depende de ti.

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