Nunca adivinarías qué coche le han regalado a Sergio Ramos por su cumpleaños

Ni caro ni ostentoso. El idéologo del regalo ha sido su hermano, René Ramos. 

El jugador del Real Madrid Sergio Ramos

Sergio Ramos, amante de los coches clásicos. 

/ Gonzalo Arroyo Moreno

Los clásicos están de moda. Parece que escapan a la criminalización que los automóviles sufren hoy día –e, incluso, a las envidias que generan los más caros– y por eso a todo el mundo le ha parecido genial, y hasta chic, que Sergio Ramos, defensa del Real Madrid, con capacidad para adquirir un coche mucho más caro, haya aparecido vestido de época a los mandos de su flamante Seat 600 en el entrenamiento de su equipo en Valdebebas.

"Los clásicos nunca mueren", ha escrito en dos idiomas (español en inglés) el futbolista en su perfil de Instagram mientras presumía de su flamante auto color cereza que es el regalo de cumpleaños de su hermano, René Ramos.

Los clásicos son fabulosos por muchas razones: nos recuerdan nuestro pasado, suelen tener más personalidad que los coches actuales -que todavía no han forjado su leyenda y se parecen más entre ellos– y porque los hay para todos los públicos: desde 1.500 euros hasta 32.000.000, hay un clásico para cada persona. Esa última cifra es, más o menos, lo que se ha pagado por el más caro del mundo hasta el momento, un Ferrari 335 Scaglietti de 1.957. ¡Muchísimo más que cualquier Ferrari nuevo!

El 600 de Ramos, según dicen expertos como Juan Carlos Payo, de Motor Clásico, está perfectamente restaurado, aunque en él se han cometido algunos 'excesos', es decir, incluye algunas 'evoluciones' que no pertenecen a los 600 originales. Este tipo de cambios suelen mejorar la imagen o la dinámica del vehículo, pero los apartan del mercado de los puristas, que buscan siempre coches 100% fieles al original y tales cambios, lejos de aumentar su valor, lo disminuyen. Se estima que este podría costar unos 5.000 o 6.000 euros.

¿Por cuánto se puede comprar un 600 en orden de marcha? Depende de que modelo y generación, pero los hay en perfecto estado por 3.000. Y es que se fabricaron muchos.

Por su parte, Sergio Ramos parece estar encantado con este regalo y ha publicado una demostración de su conducción en las redes sociales.

El futuro de los clásicos, desafortunadamente, depende de nuestros queridos políticos. Y es que los clásicos no cumplen las normas anticontaminación ni cuesta abajo. Tampoco los estándares de seguridad, y por ello pueden verse seriamente afectados por las normativas futuras relativas a ambas cosas.

Esperemos que, como maravillosa excepción que son en el panorama automovilístico, sean tratados como tales. Mientras tanto, los aficionados seguirán organizando sus clubes de clásicos para disfrutarlos en carretera, fuera de ella, en circuitos… y en todas partes.

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