Híbridos al poder
La duodécima generación del compacto de Toyota, uno de los coches más vendidos del mundo, recupera la denominación Corolla.
Nada menos que en 1966 comenzó Toyota a fabricar Corollas, que en España actualmente se llaman Auris. Un modelo que ahora se retira para dar la bienvenida, de nuevo, a un Corolla.
La principal novedad radica en que por vez primera el sistema híbrido –el único disponible en la gama de motores–, se ofrece en dos opciones: el ya conocido 1.8 de 122 CV máximos totales –98 CV gasolina + 72 CV eléctricos– al que se suma un nuevo 2.0 de 180 CV –152 CV gasolina + 109 CV eléctricos–. Comenzarán a venderse de forma inminente, y su precio de partida es de 20.850 euros.
Al entrar en los Corolla se respira un ambiente de alta calidad en el interior, que sin llegar a la de los fabricantes de modelos de lujo se coloca como uno de los más cuidados entre los generalistas gracias a exquisitos pespuntes, superficies de símil cuero por todo el salpicadero, gran pantalla central de 8” o relojes digitales, que son algunos de sus detalles más señalados.
Al arrancar, el protagonista es el silencio, pues el motor de gasolina duerme hasta que es necesaria su fuerza: los primeros metros se hacen en modo eléctrico. El coche transmite serenidad y paz, de la que el conductor disfruta y que lleva a una conducción suave y placentera, que es además la que logra que sus sistemas híbridos resulten verdaderamente interesantes por sus bajos consumos: la media ponderada es de 3,3 litros en la versión 1.8, y en la práctica no es difícil rondar los 5 litros.
La amortiguación, suave sin llegar a ser demasiado blanda, encaja a la perfección en esta filosofía, y es la versión 2.0 de 180 CV la más silenciosa gracias a que disfruta de más elementos de insonorización y, además, su motor gasolina necesita subir menos de vueltas para lograr prestaciones parejas a las de su hermano pequeño 1.8 de 122 CV. Y es que el cambio de engranaje planetario de los Corolla hace ambos coches algo ruidosos cuando solicitamos prestaciones. Si en ciudad ambos modelos se parecen muy mucho, en carretera, sin duda, es más interesante la versión “gorda”, que permitirá adelantamientos más ágiles.
Por el contrario, la conducción deportiva no es su fuerte, a pesar de que incluye modo Sport de conducción y amortiguación de dureza variable, aunque esta última, por el momento, no llegará a nuestro mercado. El coche no deja de ser ágil, pero carece de sensaciones fuertes, pedal de freno o dirección son suaves, y el funcionamiento de sus motores, aun con un excelente par a bajas vueltas, fomentan los consumos más que las prestaciones: las velocidades punta son bajas (180 alcanza el 2.0), al igual que las aceleraciones (7,9 seg. en el paso de 0 a 100).
En definitiva, los Corolla regresan con una gran calidad percibida, un rodar placentero, consumos de diésel y unos precios de partida realmente interesantes, pues no hay híbridos más baratos.
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