¿Por qué tus mascotas necesitan protección solar?

Aunque su pelo ejerce de escudo protector natural frente al sol, las mascotas también son vulnerables a la exposición prolongada a los rayos UV. Para afrontar la temporada estival, además de una buena sombra y agua fresca, necesitan protección solar, sobre todo en ciertas zonas. Te contamos por qué.

¿Por qué las mascotas necesitan protección solar?
¿Por qué las mascotas necesitan protección solar? / Istock

La protección solar se ha convertido en una máxima a seguir si queremos salvaguardar la salud de nuestra piel. Sin embargo, ¿te has planteado que a las mascotas también puede afectarle la exposición a los rayos UV?. “No todo el mundo sabe que la radiación solar afecta también a perros y gatos. Aunque el pelo les ofrece cierta protección, algunas áreas son vulnerables a los efectos nocivos del sol, especialmente las zonas con poco pelo, como orejas, barriga, axilas y trufa (nariz)”, explica Cristina Moncunill, Technical Product Director de Cantabria Labs Stangest.

A pesar del pelo, su protección natural, la radiación solar también les afecta, pudiendo causarles irritaciones, enrojecimientos y quemaduras, incluso de gravedad, en la piel, afirma Cristina Moncunill. “Estas lesiones pueden ser dolorosas y acentuar trastornos autoinmunitarios, dermatitis, causar molestias en zonas donde se ha realizado una cirugía o provocar problemas más graves, como ciertos tipos de cáncer de piel”. Y como en los humanos, esas quemaduras solares, apunta Leticia Ruiz, fundadora de Masco Beauty, pueden ser dolorosas y provocar irritaciones, enrojecimiento, ampollas e incluso infecciones. En casos graves, puede requerir atención veterinaria. “También puede causar cáncer de piel, sobre todo en los perros o gatos de pelaje claro o zonas sin pelo o pelo corto. Asimismo, pueden sufrir golpes de calor y daño ocular”. Por eso, además de proporcionarles sombra y agua fresca, conviene utilizar medidas de protección solar con productos específicamente formulados para mascotas.

¿Cómo debe ser un protector solar para mascotas?

Lo primero, dice Leticia Ruiz, es utilizar un protector solar específicamente formulado para mascotas, ya que los productos para humanos pueden contener ingredientes que son tóxicos o dañinos para ellos. “La mayoría de los protectores solares de humanos tienen óxido de zinc, ácido para-aminobenzoico o algunas fragancias artificiales que pueden ser perjudiciales para la mascota”.

Según la portavoz de Cantabria Labs Stangest, los requisitos de las fórmulas protectoras especialmente creadas para nuestras mascotas no difieren demasiado, en objetivos, de lo que le pedimos a nuestros fotoprotectores. Esto es: que el factor de protección solar (FPS) sea alto o muy alto (50 o 50+); que la protección sea de amplio espectro, cubriendo las principales radiaciones solares (UVA, UVB, IR y luz visible); que además de filtros incluya activos reparadores; que tengan el indicador de resistencia al agua y una fórmula ligera, de fácil aplicación. “Fotoproteger la piel de las mascotas es muy rápido y sencillo. Solo hay que aplicar el fotoprotector de forma generosa y uniforme antes de la exposición al sol en las zonas con menos pelaje, como orejas, trufa, axilas y barriga. Si tu perro o gato es de los que les gusta remojarse en el agua larga y tendidamente, es importante que le reapliques el producto al acabar el baño”. Asimismo, añade Ruiz, conviene reaplicar cada 2-3 horas si continúa en exposición solar.

Lo mismo que los humanos tenemos distintos fototipos que nos hacen más susceptibles a las quemaduras solares o al bronceado, en las mascotas sucede algo similar. “Hay que tener especial cuidado con la piel de los animales de pelo corto o blanco, ya que suelen padecer más problemas dermatológicos derivados de la exposición al sol”, manifiesta Cristina Moncunill. También, hay que prestar más atención a las mascotas que tengan alguna zona de piel temporalmente más expuesta, ya sea por problemas dermatológicos, como alergias o alopecias, o bien por cicatrices debidas a heridas o cirugías. Además, existen medicamentos, como son los corticoides o algunos diuréticos, que fotosensibilizan. “En caso de que la mascota esté bajo tratamiento con alguno de este tipo de fármacos, hemos de ser especialmente cuidadosos con la fotoprotección”, concluye la portavoz de Cantabria Labs, quien recomienda aplicar protección solar todo el año si la mascota va estar al aire libre un tiempo prolongado.. “Aunque esté nublado siempre hay parte de la radiación que penetra en la piel”. Igualmente señala otros factores ambientales que pueden aumentar el potencial dañino del sol, como el reflejo de la radiación en el agua o en la nieve. Además, recuerda que mientras que el pico máximo de radiación UVB se produce entre las 12 h y las 16 h, la radiación UVA es constante durante todo el día, siendo capaz de atravesar cristales como el de las ventanas de la casa o el coche. “En general, todos los perros y gatos tienen zonas de piel sin pelo que debemos proteger cuando quedan expuestas al sol: a la hora de salir a pasear, de descansar en el balcón o de tumbarse en el jardín, por ejemplo”, concluye Cristina Moncunill.

Según Moncunill, las quemaduras solares suelen ser las lesiones más frecuentes: “podemos ver la piel roja, seca y/o descamada, la nariz roja y seca, sensibilidad excesiva al tacto, picaduras…” También, añade Leticia Ruiz, pueden aparecer ampollas, erosiones o costras. De todos modos, advierte la portavoz de Cantabria Labs, es importante recalcar que la radiación solar también provoca lesiones que no son visibles, como daño en el ADN, pero que pueden tener unas consecuencias graves en la salud animal a largo plazo, otra razón para cuidar y fotoproteger las mascotas, con filtros orgánicos, físicos y biológicos; aunque Ruiz se decanta por los orgánicos.

No obstante, para la socióloga Alicia Arradilla, profunda conocedora del mundo de las mascotas, si respetamos la fisiología de nuestros animales de compañía, es decir, no les rapamos para que no suelten pelo por la casa, por ejemplo, debería bastarles con su protección natural. “Queremos mucho a nuestras mascotas, procuramos cuidarlas al máximo, pero las hacemos vivir en nuestro entorno y como nosotros, y eso les afecta”. Por ejemplo, vivir en una casa, en temperatura más o menos constante, les produce un conflicto térmico, que impide que pierdan o ganen pelo cíclicamente, según la estación. Por otro lado, acostumbrados a andar sobre el piso, las plantillas de las patas no se les endurezcan debidamente. Esto aumenta la posibilidad de quemarse cuando pisan la calle. Para prevenirlo, existen unos productos, en formato roll-on, que ayudan a endurecer esta zona. No obstante, cuando la calle está que arde, la mejor forma de evitar que se quemen es comprobarlo en nuestra propia piel. Si ponemos el dorso de la mano en el suelo y no aguantamos 5 segundos, nuestra mascota no debería andar por esa zona. Asimismo, en ese afán por integrarlos en casa, nos empeñamos en lavarlos demasiado e intentamos camuflar su olor poniéndoles perfumes o productos que usamos nosotros, lo que les puede causar dermatitis, ya que su pH es distinto al nuestro, y eso les hace también más vulnerables al sol.

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