Laia Sanz desafía al desierto en el Dakar 2024

La piloto española Laia Sanz cuenta los días para escuchar el rugido del motor de su coche en el Dakar el próximo 5 de enero. Por segundo año lidera el equipo astara, que busca la neutralidad total en emisiones de CO2 durante la carrera.

Laia Sanz, piloto de astara team para el Dakar 2024
Laia Sanz, piloto de astara team para el Dakar 2024 / astara

A los cuatro años se subió por primera vez a una moto y fue tal el cosquilleo que sintió que hoy sus estanterías las llenan 14 copas de campeona del mundo de trial, otras seis de enduro y muchos premios más. Laia Sanz, a pocos días de enfrentarse al desierto de Arabia Saudí en el Dakar 2024, sigue sintiendo esa misma emoción. El rugido del motor de su coche le dibuja una enorme sonrisa en la cara y el tiempo se detiene para ella, le invade la paz.

¿Cómo te picó el gusanillo de ser piloto de carreras?

Mi padre siempre ha sido un gran aficionado al automovilismo. El fin de semana se iba en moto con mi hermano y me daban mucha envidia. Yo no quería jugar con las muñecas, prefería el riesgo, hacer escalada y robarle la moto de trial pequeña a mi hermano para rodar. Es lo que más me gustaba. Debo agradecerle a mis padres que siempre apoyaron mis ideas y nos educaron en igualdad, nos dieron las mismas oportunidades. Cuando vieron mi afición, me apoyaron sin condiciones.

¿Entonces tenemos la idea equivocada de que el mundo del automovilismo en general, y el del Dakar en particular, es masculino?

Llevo bastantes años y es agradable comprobar que antes las mujeres ocupaban puestos como la encargada de prensa o fisioterapeuta, mientras que ahora hay un gran número de mecánicas o ingenieras en todos los equipos, así como pilotos. Obviamente, aún queda mucho por hacer, pero vamos en la dirección correcta. Soy muy positiva.

Al subirme al coche que llevarás en el Dakar contigo, he notado que cuando pisas el acelerador, tu cara cambia, disfrutas. ¿Qué sientes?

Me siento en paz cuando estoy dentro de un coche de carreras. Me sana, el tiempo se detiene. Es como que el mundo desapareciera y solo quedara el coche, el copiloto y yo. Es mi tercer año en el Dakar, el segundo con astara Team, y esta competición es como un mini Gran Hermano. Son 15 días muy intensos conviviendo 24 horas con tu equipo y el resto de los competidores. En una etapa, pasas de situaciones de mucho estrés, de la desesperación a estar muy feliz. Es toda una vida en 20 días. El Dakar la gente llega al límite y es cuando descubres cómo es en realidad, ves lo mejor y lo peor de cada uno.

Hablemos del equipo, ¿qué supone estar en el astara Team, el equipo más sostenible del Dakar?

Es un desafío. Como dice mi compañera de equipo Patricia Pita-Paolo Boggioni, es un honor poder hondear la banderade la sostenibilidad. Demostrar que un deporte tan potentecomo el automovilismo se puede hacer de una manera sostenible. El coche que voy a llevar pesa y consume menos y su motor utiliza una formulación del combustible sintético mejorado que consigue una huella de carbono totalmente neutra (cero emisiones).

[Las dos parejas de pilotos y copilotos que conducirán los coches serán Laia Sanz-Maurizio Gerini y Patricia Pita-Paolo Boggioni, con Óscar Fuertes como director de equipo. Es la primera vez en la categoría T1.2 Ultimate del Dakar que dos pilotos mujeres lideran un equipo].

¿Alguna vez pensaste en abandonar?

Poca gente en el Dakar se rinde. Porque a la mayoría nos ha costado mucho llegar hasta aquí. Si lo dejas, no sabes si vas a volver a tener la oportunidad. Por muy mal que lo estés pasando, si estás bien físicamente y todavía el cuerpo te aguanta, tú tiras. Formas parte de un equipo y no puedes fallarles. Yo lo he vivido, descubres que tu límite está mucho más allá de los que pensabas.

¿Por qué dices que el Dakar es una carrera solidaridad?

Te pongo un ejemplo. En el Dakar, sobre todo en moto, cuando alguien se cae, el primero que llega no es una ambulancia, como en un circuito. El primero que llega es otro piloto, que además debe saber de primeros auxilios, porque puedes salvarle la vida. Es vital detenerse. Además, como está controlado por GPS, la organización te devuelve el tiempo que has necesitado para socorrer a alguien. En el Dakar, a diferencia de en otras carreras o en los rallies, hay mucha más unión entre pilotos. El desafío es tan grande que estamos todos en contra del desierto.

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