El hijo de mi novio

Has encontrado al hombre de tus sueños: seductor, atento y maduro. Pero en una de tus primeras citas te confiesa que tiene descendencia. ¿Huyes o te quedas?

El hijo de mi novio
El hijo de mi novio

Una mezcla de sorpresa y miedo te invade cuando el chico que te acaba de enamorar te confiesa: «Soy padre.» Ahora que las separaciones y los divorcios están a la orden del día, no resulta tan extraño encontrar a un hombre con hijos de una relación anterior. ¿Qué hacer entonces? «Es una decisión personal –explica la psicóloga Begoña Odriozola–, pero si sólo se trata de una cuestión de temor ante lo desconocido no hay que tirar la toalla, no tenemos que enfrentarnos solas; es una cosa de dos y puede ser un proceso enriquecedor.»

Cuando Ana recuerda sus inicios con Javier, padre de dos niñas de siete y diez años, confiesa que se cuestionó la relación. «Piensas que será todo más complicado, pero en realidad todas las parejas tienen sus dificultades, haya niños o no. El problema es más tuyo que de los hijos, tienes miedo a que no te acepten, pero con el tiempo pienso que esas niñas han sido un regalo, me hacen feliz », afirma esta consultora de 30 años.

En estos casos, la razón cuenta tanto como el corazón. Mientras no existan planes estables de pareja es preferible no conocer a los niños; les puede generar un sufrimiento innecesario. Y en segundo lugar, si deseas ser madre en un futuro, asegúrate de que tu novio está de acuerdo. «Es frecuente que él no quiera, pero en mi opinión, esta situación de chantaje no se debe aceptar nunca », dice Maria Luisa Ferrerós, psicóloga y autora de “Pórtate bien” (Ed. Booket).

Tú no eres mi madre

Conocer a los hijos es el momento que más angustia despierta. El problema, en opinión de Odriozola, surge sobre todo cuando existe un conflicto abierto entre los padres biológicos o cuando todavía no han asimilado su separación. Pueden ver usurpado el puesto de su madre, mostrar celos…

Es una situación complicada que requiere buenas dosis de paciencia y estrategia. Ferrerós apunta que «es básico que el proceso de conocimiento sea lento; primero presentarse como una amiga del padre, que se va introduciendo poco a poco en la familia y que acaba siendo su novia».

Uno de los errores más graves es que ella intente ejercer de madre. «Quien debe reñir o imponer normas a los niños es el padre; ella debe mantenerse en la retaguardia», aclara Ferrerós. Si no, es fácil que los hijos contraataquen con el consabido «tú no eres mi madre».

En ese caso, «no hay que tomarlo como algo personal, sólo expresan su dolor», explica Begoña Odriozola. Los niños pequeños se adaptan mejor a los cambios que los adolescentes. Pero si, además, se trata de una niña, el conflicto puede ser aún más dramático, pues acostumbran a ser más protectoras. En estos casos hay que respetar mucho las atribuciones que ella ha establecido con respecto a su progenitor.

Puedes exigir a tu pareja...

Que entienda lo delicado de tu situación; reclámale su apoyo y más diálogo.

Que dé continua información a los niños. A él le corresponde tener una actitud comunicativa con ellos, pedirles su opinión y su comprensión.

Si los niños te faltan al respeto, es él quien debe marcar los límites y pedir que te traten bien.

Que combine su tiempo entre los hijos y la pareja de manera equilibrada.

Si sus hijos muestran graves problemas de actitud, un psicólogo puede ser de gran ayuda.

Cómo ganarte a los niños

Comparte tiempo con ellos haciendo cosas divertidas, jugando, mirando una película…

No te comportes como su segunda madre. Míralos como si fueran tus sobrinos.

Demuéstrales cariño de manera progresiva y sin fingir. Interésate por ellos y aconséjales.

Los besos y las caricias a tu pareja déjalos para la intimidad, sobre todo, al principio.

Nunca desautorices a su madre (siempre será su madre, aunque a ti no te guste).

Deja que tu pareja y sus hijos pasen algún momento a solas. Necesitan intimidad.

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