Los cinco errores de una ensalada que debemos evitar

Creemos que comer ensalada es una garantía de cuidar la alimentación. Diría que ejerce algo parecido al efecto placebo, solo con cenar una ensalada ya nos sentimos más sanos.  Sin embargo, a veces no conseguimos todo lo que esperamos de las ensaladas porque repetimos una y otra vez los mismos errores en su elaboración. Estos son cinco de los más frecuentes.

Los cinco errores de una ensalada que no debes cometer

Comer ensalada es una garantía de cuidar la alimentación.

Pasarnos con la proteína o poner muy poca

El mundo se divide entre los que preparan ensaladas verdes, solo con hojas y brotes tiernos y los que ponen dos o tres hoja de lechuga como excusa para mezclar grandes cantidades de pollo, queso, atún o huevo. Al parecer ni una cosa ni la otra funcionan.  Lo mejor es encontrar el punto medio. La proteína debe ser una parte esencial de las ensaladas porque ayuda a conseguir antes la sensación de saciedad, acelera el metabolismo y aporta nutrientes beneficiosos para la masa muscular, las hormonas, el pelo y la piel. Pero el exceso de proteína tampoco ayudará a perder peso y se acumulará en forma de grasa.

Ensaladas de una sola hoja

No parece conveniente hacer una ensalada de una sola hoja. Ahora con las bolsas de ensalada preparadas es más fácil echar mano de las mezclas que funcionan mejor como ensaladas. Cada planta contiene un único tipo de antioxidante, así que mientras más variedad tomes más aprovecharás sus beneficios relacionados con el antienvejecimiento y la protección contra algunos tipos de tumores. Se recomienda mezclar en cada ensalada varios tipos de hojas de colores y texturas diferentes, además de vegetales como el tomate, la lombarda, los pimientos o la cebolla.

Muy poca grasa (o demasiada)

La grasa es uno de los componentes estructurales  de las membranas de las células del cerebro y la piel, por lo que no se debe renunciar del todo a ella. Además, las grasas saludables ayudan a reducir la inflamación y te mantienen más tiempo sin apetito (lo cual evita la tentación de los atracones entre horas). Pero estos argumentos no valen para aderezar la ensalada con una de esas salsas compuestas de mayonesa y otras grasas saturadas. Un estudio realizado hace varios años ya demostró que las personas que solían usar esas salsas en sus ensaladas apenas absorbían los antioxidantes de los vegetales. Si embargo, una sencilla vinagreta hecha en casa puede solucionar el asunto del sabor  y la presencia de grasas saludables en la ensalada, también añadir aguacate o nueces. Hay que incluir algo de grasa en la ensalada, pero no vale cualquier tipo de grasa.

Eliminar  los carbohidratos

Para conseguir el equilibrio perfecto una ensalada debe tener algo de carbohidratos. No mucho, pero algo. Tal vez un poco de quinoa, o media patata asada. De esta manera la ensalada será más energética y te mantendrá alejada del picoteo entre comidas.

Ensaladas aburridas

Una hoja de lechuga bañada en aceite es aburrida e insípida. Te vas a cansar enseguida. Sin embargo, se pueden usar hierbas aromáticas como el romero, el cilantro o la menta para dar otro aire a las ensaladas. Una ensalada saludable debe ser apetecible. Si no la batalla estará perdida sin apenas haberla empezado.

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