Entrenar despacio, la penúltima tendencia fitness

La nueva tendencia se llama 'slow fitness' y podría ser igual de efectiva. 

Slow fitness
Slow fitness / @belenhostalet

De las rutinas ultrarrápidas y efectivas que nos ponían las pulsaciones por los cielos en siete minutos a unos entrenamientos lentos y sinuosos y, aseguran, igual de eficaces. El slow fitness nos llega como la penúltima revolución del fitness. La última estará naciendo mientras escribimos este artículo en una industria que no para de disparar tendencias a un mercado voraz de novedad.

El slow fitnees recuerda a la llamada gimnasia suave y al stretching de los  años 80 y 90 que también privilegiaba la calidad sobre las repeticiones y cuidaba extremadamente la técnica.

Adam Zickerman es el gurú de esta tendencia y su libro, La revolución del fitness Poder de 10, su Biblia que recomienda rutinas de ejercicios de  diez segundos.

Según Zickerman, es la mejor manera de generar densidad ósea, quemar calorías y ponerse en forma. Zickerman sostiene que las pulsaciones pueden ser igual de altas corriendo que andando en la cinta, siempre que  ésta se ponga en modo colina.

Otro de los beneficios del slow fitness es su efecto antiestrés, pues se consigue un mejor equilibrio entre el cuerpo y la mente si los movimientos son lentos y se elimina la velocidad y el exceso de intensidad de la ecuación.

Además, el entrenamiento lento es una alternativa eficaz a los deportes de mayor impacto en las articulaciones y es más fácil adaptar su práctica a cualquier edad y condición física.

El slow fitness también llamado slow gym es parte de las disciplinas cuerpo-mente y su acción va dirigida a mejorar la coordinación, la movilidad, la flexibilidad y la postura corporal.

Y aunque pueda parecer extraño se puede sudar casi como en una clase de spinning. Todo dependerá de con cuánta fuerza e intensidad contraigas y estires la musculatura en cada uno de sus lentísimos movimientos.

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