No elijas a tu entrenador personal solo por ser guapo

Encontrar al entrenador personal adecuado no es tan fácil como parece, pero aquí tienes algunos consejos.

Paula Echevarría y Martín Giacchetta

Paula Echevarría y el entrenador personal Martín Giacchetta.

Contratar un entrenador personal que guía tus pasos en el gimnasio es muy útil para personalizar tu entrenamiento y empezar a ver los resultados en poco tiempo. Es como contratar un psicoterapeuta a quien le vas a contar tus intimidades: Cómo comes y a qué horas, si lo haces sola o acompañada, si has perdido una talla y tienes que comprar unos vaqueros nuevos, si tienes problemas en el trabajo y por eso comes con ansiedad… Incluso debes contarle cuántas horas duermes y con quién.

En resumen, vas a establecer una relación estrecha e íntima con un desconocido que además suele tener cuerpazo (y saberlo). Todo esto conlleva un elevado riesgo de eso que los psiquiatras llaman “transferencia emocional”. Es decir, te puedes colgar de tu entrenador sin apenes notarlo.

Por todo ello te damos pistas para que elijas el tuyo minimizando riesgos y sin perder el foco de tu entrenamiento, que es mejorar tu condición física, tu aspecto y tu salud. Aclaramos que en este caso cuando hablamos del mejor entrenador personal queremos decir el que mejor te convenga o se ajuste a tus necesidades.

Fergie y su entrenador personal

Fergie y su entrenador personal.

Empezamos por lo más trivial pero es un regla de oro

1. No elijas al guaperas que se pavonea mirándose en los espejos del gimnasio

Es normal que todos lo entrenadores se sientan orgullosos del cuerpo que se han currado durante años de duro entrenamiento. Ergo, va a ser complicado encontrar a alguno que no se mire en los espejos. Pero todo tiene un orden y una moderación. Contrata al profesional que mientras estrena se concentra en su cliente, no le pierde pie ni pisada, le motiva y lo ayuda a superar etapas. Mejor ese que el muy guapo que está más pendiente de sus pectorales que de los tuyos.

2. Contrata al que sea capaz de ponerse en tu lugar

La empatía es una cualidad importante en un entrenador. No siempre vas a rendir al máximo y necesitas a alguien que te escuche y pueda adaptar el entrenamiento a tus circunstancias individuales. Es el entrenador quien debe adaptarse a las necesidades del cliente, no al revés. Y como ya hemos dicho que hay altas probabilidades de que termine siendo una especie de confidente que te apoya emocionalmente te convendrá que tenga las aptitudes de la escucha bien entrenadas.

3. Quédate con el más realista

Necesitas a alguien que no te cree falsas expectativas sino que cree la mejor versión de ti misma teniendo en cuenta tus formas naturales y la dotación genética con la que has llegado al mundo. En otras palabras, si tu estructura ósea es ancha no se pueden prometer que en seis meses serás Kate Moss. Es importante que el entrenador no acabe frustrando tus esfuerzos prometiendo imposibles.

4. Contrata al que tenga pasión por su trabajo

Si le gusta su trabajo le va a gustar entrenarte. Y eso es lo que te conviene. Ten en cuenta que muchos entrenadores trabajan en gimnasios porque no han conseguido un trabajo mejor o no han encontrado empleo en otro tipo de actividad deportiva, y eso no significa que vayan a entrenarte mal … pero tampoco se implicaran demasiado. En cambio uno que ame su profesión intentará que te lleves la impresión de que has contratado al mejor del gimnasio.

5. Elije al mejor formado

Además de buena condición física, un entrenador personal debe tener conocimientos amplios acerca del funcionamiento del cuerpo y su anatomía. Además, debe saber de nutrición y de Psicología y tener voluntad de actualizar todas esa información casi a diario. Contrata al que veas mejor informado y más al tanto de los últimos estudios científicos o de la bibliografía más actualizada. No te quedes con el becario.

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