Del deporte también se sale … Descubre si eres adicta al gimnasio

9 síntomas de que estás obsesionada con el gym. 

¿Eres una adcita al gym?

La atleta Darya Klishina

En todos los gimnasios, los caros y los baratos, habitan las ratas de gimnasio. Esa gente que vive por y para su entrenamiento… o para darse paseos por las salas y pavonearse entre máquina y máquina de tonificación o entre las elípticas y las bicis.

Te damos nueve puntos de evaluación. Si cumples cuatro eres uno de ellos, un adicto al gimnasio que debe poner se entrenamiento o al menos controlar la incontinencia verbal y dejar de hablarnos a todos de sus entrenamientos, sus dietas y sus suplementos de vitaminas.

1. Sentir pesar y un gran sentimiento de culpa cuando se ha faltado a una clase o uno se ha saltado un entrenamiento. Mirarse al espejo al día siguiente y percibir que los músculos han perdido volumen y todo cae atraído por la fuerza de gravedad.

2. Conocer (y llamar) por su nombre de pila a todos los entrenadores, saber dónde viven, cuántos hijos tienen, cómo se llaman, cuáles sus gustos, quedar con ellos… ¿qué fue de la vida que tenías antes de apuntarte al gimnasio?

3. Te han confundido más de una vez con un trabajador del gimnasio. Y, lo peor, estás encantado. Es que claro, te has enterado donde se compran las zapatillas y las mallas… ¡y te has comprado las mismas!

4. Cuando abres el armario más de la mitad de tu ropa lleva etiquetas de Nike, Adidas, Reebok, Puma … Ya no tienes looks urbanos, de ir a bares, de pasear por las calles. El gimnasio se ha apoderado de tu estilo.

5. Tener varios playlists específicos para cada entrenamiento, con el objetivo de sentirte motivado y con mayor energía para rendir más. Compartirlo con otros yonquis como tú. Pasar horas discutiendo de cuál es la mejor playlist para correr.

6. Tener a los entrenadores del gimnasio entre tus contactos de Whatsapp.

7. Condicionar tu vida social y si es posible tu horario laboral a los horarios de los entrenamientos.

8. Descargar a tu teléfono la app del gym

9. Enfadarte mucho, escribir una carta de protesta, abrir una petición en Change.org… todo porque el gimnasio va a cerrar dos días en Navidad.

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