Los cinco malos pensamientos que todo el mundo tiene en su primer día de gym

Los primeros días de gimnasio son duros para todos, por eso tendrás inevitablemente estos cinco malos pensamientos.

Reese Witherspoon de camino al gimnasio
Reese Witherspoon de camino al gimnasio

Se han acabado las excusas. Se ha acabado hasta el roscón. Así que sin más dilaciones hay que apuntarse al gimnasio. Al menos los que entre sus propósitos de 2016 han incluido hacer deporte.

Los primeros días del gimnasio son duros. Es difícil ser la nueva, la más torpe, la que no habla con nadie … Tranquila, no estarás sola  y para evitar sorpresas hemos recopilado una lista de los malos pensamientos que te vendrán a la cabeza en tu primera semana de gimnasio. Así podrás identificarlos y decir con tranquilidad: “No me pasa nada que no le haya pasado antes a otros”.

Empezamos:

Mal pensamiento 1 “Me esconderé aquí, al final de la clase, detrás del más alto para que nadie se fije en mi”.

Es una reacción natural tener miedo a lo nuevo o querer tener el superpoder de la invisibilidad cuando no te sabes la coreografía de Zumba. La realidad es que deberías ponerte delante. De esa manera aprenderás más rápido y pronto serás una más del grupo. El instructor y los alumnos te verán, te hablarán y te integrarán al grupo. Si eres tímida, igual te conviene una solución intermedia. Ni la primera ni la última de la clase, ponte en el centro del grupo, en ese sitio siempre se hacen amigos.

Mal pensamiento 2 “Genial. Me ha tocado al lado la más guapa y tonificada del gimnasio. Parezco su abuela tullida”.

Es cierto que en el gimnasio te puedes encontrar cuerpos perfectos cuyos dueños dedican horas de su vida y grandes esfuerzos a esculpirlos. Y es cierto que verte al lado de uno de ellos te hace sentir mal. Pero es útil recordar que muchos de ellos un día fueron como tú y han llegado ahí. No quiere decir que su meta tenga que ser la tuya, pero su cuerpo es fruto de un esfuerzo que tuvo un primer día, como hoy es el tuyo. Paciencia y perseverancia. Simepre puedes cambiarte de sitio en el gimnasio o no obsesionarte con los espejos.

Mal pensamiento 3. “Me he dejado la mitad de las cosas en casa, las zapatillas están viejas y esta ropa es horrible”

Es normal que el primer día de gym caigas en  la cuenta de cómo se curra el personal los modelitos par air al gimnasio mientras tú has tirado de una camiseta vieja y unas mallas más viejas todavía. Pronto entenderás además que te has equivocad con esa camiseta de algodón no solo por estética sino porque el sudor jamás se seca mientras tus compañeros parecen siempre perfectos. No pasa nada, todo esto es un aprendizaje por el que pasan todos los novatos. Aunque es cierto que hay gente que invierte demasiado en ropa deportiva de última tendencia, sí debes hacer un mínimo gasto en unas buenas zapatillas y en ropa que se seque rápido. Por otra parte hay que tener en cuenta que sit e miras en el espejo y t eves guapa estarás más motivada para empezar a sudar.

Mal pensamiento 4 (o no tan malo) “El profesor es maravilloso y me hace ojitos”

A ver, los entrenadores suelen tener muy buen cuerpo, una musculatura muy trabajada y una gran actitud en las clases. Debes acostumbrarte a esto como a poner tu tarjeta para que se abra el torno de la entrada. No hiperventiles cada vez que lo veas. Por otra parte, suelen ser amables e intentar hacer buenas migas con sus clientes, te sacarán conversación, pero esto no significa necesariamente que te esté haciendo ojitos. Bueno, si esto te sirve para no faltar a clases, ¡creételo!

Mal pensamiento 5 “¿Para qué diablos servirá esta máquina? ¡WTF!

No vamos a negar que algunas máquinas del gym parecen instrumentos de tortura, otras directamente lo son. No desesperes y pide ayuda, pregunta, pide que te hagan una tabla personalizada. Intenta ir al gimnasio cuando no esté muy lleno y así tendrás tiempo para aprender la utilidad de cada una de ellas. Pd. ¡No tienes que probarlas todas!

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