Marguerite Duras, mujer libre ¿y feminista?, según Mélanie Thierry

Una película vuelve a traer a la actualidad la figura de la gran escritora francesa. La actriz Mélanie Thierry le da vida en una interpretación excepcional. Hablamos con ella. 

Mélanie Thierry, en el Festival de Cine Angoleño en Francés.

Melanie Thierry asiste a la décima edición del Festival de Cine Angoleño en Lengua Francesa 2017.

/ Francois Durand

Hace apenas una semana se estrenó en España la película 'Marguerite Duras. París 1944’, de Emmanuel Finkiel, basada en la novela 'El Dolor', de Marguerite Duras, un libro en el que relata los días de abril de 1945 que la escritora consumió casi en una agonía en la espera de Robert Antelme, su marido, prisionero por los nazis y al que acabaron deportando a un campo de concentración.

Si la novela es compendio de soledad y lóbregos pensamientos, la película se convierte en un relato intimista de una gran belleza en el que la actriz Mélanie Thierry, protagoniza un verdadero 'tour de force' en la película con su interpretación de la escritora, en la que se mimetiza de una manera singular, orgánica. Imaginas a aquella mujer menuda pero con una enorme fuerza interior con sus ojos, su respiración, su caminar.

Reconocida por la crítica especializada como una de mejores actrices del cine francés actual (muchos la saludan como la sucesora de la gran Isabelle Huppert), Thierry fue una cotizada modelo niña y adolescente que ha sabido efectuar una exitosa transición a actriz con películas como 'La leyenda de 1900', ('La leyenda del pianista en el océano'), 'La bailarina', 'La Princesa de Montpensier', o 'Un día perfecto', del director español Fernando León de Aranoa.

Este filme vuelve a traer a la actualidad a una de las mejores escritoras francesas. Una mujer que dinamitó los convencionalismos de la literatura creando obras magistrales como 'El Amante' -con la que ganó el premio Goncourt en 1984-, 'El arrebato de Lol V. Stein' o 'Los ojos azules pelo negro'. Dueña de una prosa que busca un purismo sin concesiones, casi minimal, y que sin embargo consigue conectar con las emociones más profundas de quienes la leen.

De todas sus obras, 'El Dolor' es en la que más se abre, exponiendo sin miedo sus miedos, los de una persona viva que sin embargo siente un sufrimiento que compara con la peor de las muertes, el de la incertidumbre por quien ama. El regreso de su marido, como un espectro, cambiado por las duras experiencias, no trae la calma sino, ¿adivinan?, un dolor aún mayor. El de quien siente que no puede dar lo mismo que daba. La aflicción de la pérdida anticipada. No en vano, Duras acabó por divorciarse de su marido, con quién guardó sin embargo una buena relación de amistad.

Pero además, ‘Marguerite Duras. París 1944’ se alza como una obra casi de espías, donde podemos ver otra dimensión de la gran escritora que también fue miembro de la Resistencia francesa. Perfecta para sus admiradores, también es una película ideal para iniciarse en su figura.

Marguerite Duras supuso una ruptura en la literatura, que no volvería a ser igual tras ella. Demostró que el mundo de las emociones en primera persona, tantas veces rechazado por los críticos literarios, abría sin embargo una gran puerta artística. Ajena a etiquetas, en su intensa búsqueda de libertad intelectual, Marguerite Duras manifestó su rechazo a cualquier pertenencia, ya fuera el comunismo, el movimiento literario del Nouveau Román (nueva novela) o el feminismo. Sin embargo, acudía cuando hacía falta.

En abril de 1971, ella firmó el Manifiesto de las 343 con otras mujeres como Simone de Beauvoir o Catherine Deneuve. En él declaraban haber abortado, arriesgándose a penas de cárcel. La respuesta de la ministra Simone Veil, mujer y superviviente de Auschwitz, llegó en 1974: el aborto fue legalizado. Por eso y por sus escritos, las feministas la han abrazado como un símbolo de libertad femenina. No puede ser de otro modo. Como afirma Mélanie Thierry, "sería absurdo pensar que ella no estaba a favor de los derechos de las mujeres".

Hemos entrevistado a Mélanie Thierry que interpreta a una de las grandes damas de la literatura francesa para conocer sus impresiones.

la actriz Mélanie Thierry

Una foto de archivo de la actriz francesa Mélanie Thierry.

/ Pascal Le Segretain

¿Cómo ves la figura de Marguerite Duras, cómo la definirías?

Una mujer con espíritu de aventura, una mujer moderna, una mujer de letras, una mujer atractiva y seductora, con algo irreductible.

¿Qué es lo que más te ha sorprendido de ella?

Hasta qué punto es también capaz de molestar, de provocar y a la vez, que quedemos rendidos a la admiración más absoluta.

¿Qué ha sido lo más difícil de preparar del personaje y por qué?

No caer en un papel de composición, histriónico; y encontrar las facetas secretas, y poner en ello algo muy personal a su servicio, encontrar su ritmo interior y su voz, encontrar la combinación adecuada, unirme a su musicalidad sin caer en el exceso de sofisticación, y hacerlo totalmente mío.

Tras rodar esta película y ahondar en su figura, ¿consideras que Marguerite Duras era feminista?

Se creó a sí misma sobre una forma de autonomía, algo raro en aquella época. Creo que por fuerza es feminista. Sería absurdo pensar que ella no estaba a favor de los derechos de las mujeres. Pero el ‘gran espíritu’ es andrógino, buscar una feminización del arte es un error de las mujeres porque al crear esa especificidad, limitan el alcance mismo de sus aportaciones. Esto que digo no es mío, sino de Marguerite Duras. Era una mujer que gustaba de ser esquiva, en cierta manera, y que dejó un misterio que marcó a su época.

¿Qué dieron ella y sus escritos a las mujeres?

Cuando Marguerite Duras sale a colación, a menudo se está hablando de todas nosotras

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