Los restaurantes 'made in Spain' en los que querrás quedarte a vivir

Las mejores propuestas en las que decoración y gastronomía se unen para viajar muy lejos de nuestras fronteras.

Decoración del restaurante Pomerania en Madrid

Restaurante Pomerania.

/ D.R.

En estos restaurantes 'made in Spain', querrás quedarte a vivir... y a disfrutar. Lo decimos porque en la mayoría de ocasiones los <strong>restaurantes</strong>espacios reservados para los restaurantes, y que han sido realizados con suma atención al detalle, esconden algunas de las propuestas decorativas más actuales del momento. Ir a un restaurante, tanto a cenar como a comer, se ha convertido en algo más que una experiencia culinaria. Es, muchas veces, viajar en el tiempo y alrededor del mundo, descubriendo la comida más exótica de las diferentes culturas que pueblan la tierra... y la ocasión perfecta para dejarse sorprender por las ideas estéticas más curiosas. Estas son cuatro propuestas en las que gastronomía y decoración corren de la mano en la misma dirección.

Avalado por ser el hermano pequeño del grupo Bar Galleta, este nuevo espacio, situado en la Glorieta de Bilbao en Madrid, traslada a la capital los sabores más desconocidos y populares de la gastronomía canadiense. Planteado como si estuviésemos en el típico refugio montañés, su estética, entre divertida, desenfadada y juvenil, nos traslada a la típica parada a mitad de camino que hacemos mientras realizamos una excursión por sus bosques naturales. Entre lámparas realizadas con ornamentas de alce, mobiliario de época, cabezas de caballo pasadas por la mano de una ecologista y recuerdos varios de embarcaciones que surcan los lagos, El Canadiense esconde una agradable decoración campestre, perfecta para disfrutar de una carta inspirada en sabores canadienses con lo mejor de su comida más fácil, como el 'yourtiere' o el 'poutine'.

Decoración del restaurante El Canadiense en Madrid

Restaurante El Canadiense.

/ D.R.

Si quieres descubrir un viaje de sensaciones, tanto gustativas como estéticas, que te recuerde lo mejor de la cultura brasileña, tu visita al restaurante FOgO, en Barcelona, es inevitable. Amparado por una elegante y discreta decoración, que aparece dispuesta en dos plantas (la primera como coctelería y la segunda como punto de muestra gastromómica), se apoya sobre todo en los llamativos papeles pintados con texturas vegetales y en la presencia de la madera. Así, no es difícil sentir la sensación de que estás de visita en cualquier espacio del centro de Río de Janeiro. A ello contribuye la propuesta gustativa y popular del chef João Alcántara en torno a los platos más típicos del país sudamericano. Imposible no sucumbir al sabor de un 'bolinho de feijoada'.

Decoración del restaurante Fogo en Barcelona

Restaurante Fogo.

/ D.R.

Aparte de la rotunda estética ejecutada por el estudio de Andrés Jaque, que recuerda a muchos de los clubs de los mejores años 50 de Nueva York, en los que la pátina del mármol y el dorado de las luminarias eran su referencia estética, este nuevo espacio 'gastro' del Barrio de Salamanca de Madrid esconde, además, una sorpresa en su carta que gustará a muchos de sus comensales. Todos sus platos son hipocalóricos, no llevan azúcares añadidos, grasas trans ni harinas refinadas, un concepto en el que se dan la mano la salud y la gastronomía. Aquí se hace verdad el binomio 100% placer + 100% salud.

Decoración del restaurante Romola en Madrid

Restaurante Romola.

/ D.R.

Una pareja de luminarias de pantalla XL, acabadas en tela 'nude', coronan las salas más espaciosas del cuarto local que el grupo RanTanPlan abre en la calle María de Molina de Madrid, un espacio que asegura su estética en las mejores ideas del estilo 'urbancity'. Para conseguirlo, nada mejor que unas paredes paneladas, en las que unos estratégicos apliques poliédricos de metal rediseñan el lugar, grandes conjuntos de espejos de forma oval que indicen en el gran volumen del espacio y una acertada combinación de textiles y maderas, todo ello orquestado bajo la batuta de la arquitecta María Villalón Puras. Si a eso le añades, una cocina controlada por el chef César Galán y platos de autor con una mezcla de estilo nórdico, para qué pedir más. Solo tienes que ir.

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