Pasión por la decoración años 50

Esta casa exhibe auténtico mobiliario y piezas de arte de las décadas de los 50 y 60 en un entorno moderno y luminoso.

Pasión por la decoración años 50
Pasión por la decoración años 50

Atenor de las imágenes, no hay duda de que Ken Ferguson es, además de un profesor australiano, todo un enamorado del pasado. No hay más que acercarse a su casa de Fremantle (una pequeña ciudad en la costa oeste) para descubrir ya en la entrada del garaje un magnífico Ford Falcon familiar de 1959; toda una pieza de coleccionista. Pero la verdadera pasión de Ken no son los coches antiguos sino los muebles de autor de los años 1950 y 1960, los adornos vintage de la década de los 20 y los edificios con solera. Por eso, cuando descubrió esta pequeña casa de campo de 1900, rodeada de un coqueto jardín, no se lo pensó dos veces, a pesar de que no era tan grande como para satisfacer sus necesidades. Cuando consultó el problema con algunos arquitectos locales, todos le propusieron derribar la vieja construcción y partir de cero, pero Ken se negó.

«Siempre me han apasionado los edificios antiguos, por eso no podía a acabar con él, aunque fuera demasiado pequeño para albergar mi colección de muebles de los años cincuenta. Conservar el patrimonio es algo que me tomo muy en serio, aunque tenía un grave problema, porque la casa era demasiado sombría y yo necesito más luz y aire fresco para vivir a gusto.»

Segundas partes, sí son buenas

Otra de las soluciones que le propusieron fue levantar dos alturas más: a pesar de que las vistas sobre el puerto de Fremantle habrían mejorado sustancialmente, no quería transformar de forma tan radical la estructura de una casa centenaria...

Entonces apareció Jane Tangney, una artista amiga de Ken apasionada por el diseño y la arquitectura: «Nos fuimos a cenar una noche y acabamos dibujando una idea genial en una servilleta. Yo le sugerí a Jane desplazar la casa hacia la parcela interior y a ella se le ocurrió hacer un segundo edificio, detrás del principal, y conectar ambos por un pasillo. De esta forma, la ampliación quedaba oculta a los ojos de los vecinos y se mantenía la línea de bonitas casas tradicionales que hay en todo el paseo», cuenta el profesor.

Como Jane no tenía ninguna experiencia en planificar edificios, el arquitecto Terry Farrell fue el que hizo realidad su original y atrevido proyecto. La zona nueva se levantó como un moderno cubo donde se instaló un enorme salón, una cocina abierta al comedor, el dormitorio principal con su cuarto de baño y la lavandería. El pasillo de conexión entre ambos bloques está flanqueado po dos patios interiores, uno a cada lado, de forma cuadrada, ideados por Jane. Sirven de transición entre los dos estilos, las dos épocas. «Cada habitación del nuevo edificio da a uno de los patios. De esta forma, la casa ha logrado una privacidad que antes no tenía, sin perder ni un ápice de luz y de apertura», explica el propietario. Es justo en esta recién estrenada zona de la casa donde la pasión de Ken por el arte y la arquitectura se pone de manifiesto: sus piezas de mobiliario de 1950 lucen en cada rincón como un improvisado museo.

Además, Jane ha aportado algunas pinceladas artísticas, como la estantería de la cocina o el banco de obra del pasillo que une la casa antigua con la nueva. «Estoy encantado con el resultado. La gente llega a casa y se siente tan a gusto que me cuesta sangre, sudor y lágrimas devolverlos a la suya», bromea un orgulloso Ken Ferguson.

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